Subirte al bus y parar con una condena de 27 años de cárcel imagen

Las horas, el lugar y el ADN no coinciden en un caso de violación sexual. Él fue condenado a 27 años. Su madre busca revertir la condena y que le devuelvan la vida que tenía el chico.

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Subirte al bus y parar con una condena de 27 años de cárcel




¿Qué pasaría si tú vas en un bus y la Policía Nacional Civil lo detiene, va directamente a ti y te acusa de una violación sexual, ocurrida unos minutos antes, en una ruta que jamás transitaste?

Esto le pasó a Marlon Rashon Jopia, un joven de 18 años de edad.

Él regresaba de un trabajo realizado en la Avenida Petapa, tomó el Transmetro que conduce al Trébol y allí abordó otro bus para Mixco, donde se subió a una camioneta que lo llevaba a su casa en Ciudad Satélite.

La PNC de repente paró el bus, y ahí iba Marlon con una mochila y en pantaloneta, la que se había puesto por el tipo de trabajo que le tocó hacer.




A la PNC le acompañaba una niña de 13 años de edad, quien minutos antes había sido abusada, por tres delincuentes.

 Ella vaciló en identificar a Marlon como uno de ellos, pero igual lo señaló.

En ese instante lo capturaron. Lo llevaron a tribunales y allí comenzó la historia de la tragedia ocurrida a Marlon.

El Ministerio Público comenzó la investigación y presentó a la Jueza un expediente de no más de 100 hojas, en el cual incriminaban al joven de haber cometido el hecho, a pesar de que el ADN de Marlon no coincidió con el semen encontrado en la vagina de la niña y ni la saliva, de un chupón hecho en su cuello, le corresponde a él.




La niña indica en su testimonio que tres hombres la bajaron del bus que venía desde la Antigua Guatemala, y unos pocos kilómetros, antes de llegar a Mixco, la abusaron sexualmente. 

Pero Marlon nunca estuvo en esa ruta, según los horarios presentados por la oficina donde trabajaba.

Él salió a las dos de la tarde de la zona 12, se subió al Transmetro y se bajó en el Trébol.

 Allí tomo otro bus a Mixco, y otro más a Ciudad Satélite, y la violación sexual ocurría mientras él estaba en ese trajín.




La investigación del MP carece de vídeos de cámaras que demuestren que Marlon no se subió al Transmetro. 

No contiene testimonios de testigos, de que él haya asaltado el bus y asesinado a una persona, y posteriormente violado a la niña, más que el de la hermana de la menor, que tiene 10 años. 

Tampoco posee el arma con la que, según dicen, Marlon asesinó al pasajero del bus de la Antigua Guatemala.

Aún así, la jueza que conoció el caso, lo condenó a 27 años de cárcel, y en uno de sus argumentos indicó que era posible que el chupón lo había hecho Marlon.




¿Pero quién es Marlon? Es un joven que ha sido apadrinado por una ONG que vela por los derechos de los niños y niñas.

Se graduó de bachiller y en su colonia trabajaba como repartidor del gas en el área. 

Jamás perteneció a una pandilla, según sus antecedentes, y por eso en la cárcel de Chimaltenango lo asignaron al sector de los paisas.

Hoy, su madre emprendió un tortuoso camino para revertir la condena, y también evitar que sea juzgado por la muerte del pasajero del otro bus, en el cual, él nunca se subió. 




Y por eso pedirá a la Procuraduría de los Derechos Humanos que revise la investigación del proceso, y mire que su hijo jamás cometió tal acto delincuencial.

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