Hace algunas noches tuve el gusto de compartir con varios abuelitos, quienes tienen más de 80 años, ya te podrás imaginar fueron horas de plática.
Desde anécdotas durante su infancia, hasta recopilaciones de recuerdos de sus hijos, siempre con un aire de nostalgia al terminar cada historia.
Y sí, aunque pude haber evitado realizar una pregunta un poco mezquina, a Don Bartolomé, no me contuve, la realicé.
¿Haría algo diferente si tuviera que volver a criar a su hijo? Con lágrimas, suspiró para continuar citando a Diana Loomans…
“Si tuviera que volver a criar a mi hijo, primero construiría su autoestima y la casa la edificaría después.
Lo corregiría menos y lo conectaría más.
Pintaría más con el dedo y lo señalaría menos con el dedo.
Me preocuparía menos por saber y sabría preocuparme más.
Apartaría mis ojos del reloj y lo miraría con mis ojos.
Daría más abrazos y menos retos.
Haría más caminatas y volaría más barriletes.
Dejaría de jugar a ser serio y jugaría seriamente.
Sería mucho menos firme y afirmaría mucho más.
Correría por más campos y observaría más estrellas.
Pondría como modelo no tanto el amor al poder como el poder al amor”.