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Han sido incontables las veces que se ha visto el debate entre taxis y Uber. ¿Cuál es más seguro para el pasajero? ¿Cuál te cobra menos? ¿Será que me estafan o me cobran de más con la aplicación? Lo cierto es que esa polémica será interminable para los usuarios, pero ¿nos olvidamos de quienes brindan el servicio?

Uber revolucionó el transporte al crear un perfil para todos sus usuarios y conductores. Esto supone que si pasa algo, sabrás quién fue el conductor y las placas de su auto. Por el lado del piloto, sabes quién es el pasajero, con foto y algunas cuentas enlazadas con Facebook. Si no te agrada el viaje, tanto el chofer como el usuario pueden calificar de una a cinco estrellas el viaje.

El mayor miedo para los nuevos usuarios ha radicado en la seguridad. Tras muchos años con asaltos en taxis, es razonable ese temor. ¿Qué pasa si la amenaza esta vez es el cliente?




Cliente de una estrella

Alex, un conductor de Uber, con más de 11 meses de experiencia, recorría la carretera en espera de un viaje durante la madrugada de un sábado. De pronto, la campanita de la aplicación sonó. De inmediato, el mapa se actualizó y lo dirigía al Parque Nacional Naciones Unidas en Villa Nueva, donde lo esperaría Andrés.

Al llegar a la entrada, de inmediato, se percató que la persona que lo esperaba estaba ebria y que jadeaba para llegar al auto. Al entrar, Alex preguntó hacia dónde se dirigía. Andrés, airadamente y con olor a alcohol respondió que a la Calzada San Juan y le dio la dirección.

Durante el camino, Alex permanecía en silencio mientras su pasajero escribía en su teléfono. Solo la música ambientaba el incómodo momento.

Llegaron a la calzada, donde Alex comenzó a consultar la aplicación de su teléfono, para conseguir la ubicación exacta a dónde ir. De repente, Andrés empezó a hablarle sobre su casa. “Ahí es puro barrio chavo, es con mara pesada a donde vamos”, insistía. El conductor muy curioso preguntó por qué. De alguna manera, esto levantó los ánimos del pasajero, que combinado con sus copas y enojo lo amenazó.

“Conmigo no te metas mano, que si quiero te suelto un par de plomazos y aquí te quedas”, decía de manera agitada Andrés. Alex simplemente se disculpó y le pidió permanecer tranquilo, ya que estaban cerca de su destino. El pasajero, llevó la contraria a las súplicas, sacó del costado de su pantalón una pistola y la colocó sobre su pierna diciendo “tranquilo mano, aquí el que te está pagando soy yo y si quisiera, no terminas este viaje”.




Alex acabó la conversación y simplemente terminó la ruta. Llegó a la casa de Andrés quien bajó rápidamente. El pago fue con tarjeta, lo cual evitó otra disputa entre ambos.

Uber App al rescate

Aquel mal momento fue suficiente para Alex, se desconectó para evitar realizar más viajes. Afortunadamente, la aplicación de Uber tiene una opción para reportar incidentes durante el viaje. Él no pensó ni dos veces en avisar sobre lo sucedido. Escribió algunos de los detalles sobre lo ocurrido y regresó a casa.

Al llegar a su hogar, Alex simplemente suspiró por la mala noche que trabajó y agradeció la suerte que nada haya pasado y se quedó con la historia de un borracho con arma de fuego. Descansó un poco triste sin respuesta de Uber.

A la mañana siguiente, recibió una llamada de un número desconocido. Al contestar, una representante de las oficinas de Uber Guatemala saludó a Alex y pidió escuchar la historia de su mal viaje del sábado, haciendo referencia a los comentarios que él envió tras el susto.




Tras la historia, la señorita se quedó sorprendida. “Gracias a Dios no pasó a mayores”, afirmó. Ella tenía de su lado los archivos de los viajes que Alex había hecho. Fue suficiente para dar con el nombre de Andrés, encontrar el viaje, su perfil y referencias. En ese mismo momento, la representante señaló al conductor que aquel pasajero conflictivo sería bloqueado y ya no podrá usar Uber, a su vez pidió disculpas por lo sucedido y acabó la llamada.

Queda claro que, al igual que en el servicio de taxi, nunca sabes quién está del otro lado de la aplicación. No sabrás si el conductor será amable y conversador o uno enojado y serio. De igual manera, como conductor, nunca sabrás si el que llegas a traer, es un asaltante, marero, etcétera; o una simple persona que le gusta el servicio.

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