Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

De allí salió el dinero para pagar el estudio de sus tres hijos, terminar su casa y alguno que otro gusto, como el lavatrastos de dos fosas en la cocina. Fue el sustento de la familia y cubrió las cuentas cuando el trabajo de albañil de su marido, Rubén, no era constante.

Quienes crecieron en el sector aún recuerdan la emoción de ir a comprar a donde la Mila. “Tres chicles por cinco centavos, aguas de a Q2 y las bolsas de TorTrix llenas hasta arriba, no como ahora”, recuerda Alejandro.




La Mila y su tienda siempre formaron parte de la vida de la colonia. Se acabó el aceite, no hay manteca, jabón y hasta traguito para calmar la resaca del papá un domingo a mediodía. “Anda donde la Mila”, decía mi mamá.

Una buena mañana, el rótulo de Pepsi se quedó colgado tapando la ventana de despacho. La Mila había cerrado el negocio, algunos creyeron que la llegada de Paiz o La Torre fue la causa.

Pero no fue así, asegura la ahora retirada tendera. “Cerré el negocio porque los mareros se mandaron con la extorsión”.

Uno a uno caen en Santa Rosita

En el sector de Santa Rosita, al menos unos 15 negocios han cerrado en el último mes. Ventas de carne, abarroterías, carpinterías y una que otra miscelánea dejaron de atender.

Magda, una comerciante del sector, que vende productos avícolas, desde hace más de 20 años, tiene que pagar Q1,300 al mes para mantener a los extorsionistas tranquilos. “O les pago o dicen que le van a hacer algo a mis hijos”.

El bajo volumen de ventas de Magda resultó ser una bendición disfrazada. Negocios que venden mucho, tienen cuotas más altas y los mareros no andan con tapujos.

Hoy, las sierras de Genaro trabajan dobles turnos, de noche y de día la labor no se detiene. Hay que trabajar más y más rápido para salir de los contratos y así poder pagarle a los extorsionistas.

En principio, los comerciantes deben pagar Q20 mil para que la carpintería pueda seguir funcionando y los empleados no sufran algún inconveniente. Luego viene la cuota mensual, “hay que darles Q4 mil cada mes para que nos den protección”.




A la sombra de la opulencia

La pujante comunidad de Santa Rosita, zona 16, se ha desarrollado gracias a los exclusivos residenciales, colegios y universidades que se asientan en sus alrededores. Condominios como San Isidro, donde la elite de Guatemala reside, contratan mano de obra y servicios de la comunidad.

Muchas casas contratan servicios de limpieza, jardinería, guardianes y maestros de la localidad.

Ese auge de construcción y desarrollo ha llevado bienestar a muchas familias de Santa Rosita. Ferreterías, depósitos, mecánicos, viveros, carpinteros y muchos más trabajan para los grandes clientes, que con sus recursos dan bienestar a las familias. Y es precisamente ese auge el que ha puesto en la mira a los comerciantes del sector.

Sergio pertenece a la segunda generación de Morales que nace en Santa Rosita y asegura que la comunidad ha visto muchas variantes de delincuentes. “Ladrones, motocacos, estafadores y hasta vendedores de marihuana, pero los mareros organizados son otra historia”.

Matamos a uno y vienen tres más, o pasan baleando a nuestros niños, “ahora sí tenemos miedo”. Antes juntos, toda la comunidad, salía a enfrentar a los delincuentes, pero ahora estos se mueven en carros, motos o a pie y visitan a los comerciantes uno por uno para extorsionarles.

En Santa Rosita poco a poco se va acabando la esperanza de tener un negocio, verlo prosperar y quizá hasta heredarlo. Los vecinos parecieran estar condenados, a terminar sus días como guardianes o sirvientas de las lujosas viviendas que rodean su aldea.

DENUNCIA

Si quieres denunciar extorsiones y que el Ministerio Público (MP) investigue, puedes acceder a este sitio y hacerlo de manera anónima. Ayuda a combatir las extorsiones y acabar con este flagelo.

DENUNCIA A LOS EXTORSIONISTAS

Todas las noticias, directamente a tu correo

Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

Haz click aquí
Comparte
Comparte