¿Imaginas despertar un día y darte cuenta que estás embarazada? Cuando descubres quién es el padre, resulta ser tu primo. No quieres tener ese niño, te sientes abrumada, impotente y sin solución, pero decides dar a luz.
Al tenerlo, te das cuenta que eres realmente joven, que no estás preparada para ser mamá y prefieres evadir las consecuencias. Ante tu incontrolable frustración decides acudir a las drogas y tirarte de un puente junto a tu hijo y su padre biológico.
En ese momento, cuando te sientes convencida de tomar esa terrible decisión, aparece tu hermana de 10 años, quien a su corta edad decide hacerse responsable del bebé. Lo toma como suyo, lo ama y cuida dentro de sus posibilidades. Ella debería estar en la escuela, debería jugar y vivir como una niña normal ¿no? Pero al preguntarle a sus familiares más cercanos si están conscientes del daño para la pequeña al haber asumido tal responsabilidad, la respuesta es “ella lo quiso adoptar, fue su decisión”.
Esta es la historia de Cecilia, a quien llamaremos con este pseudónimo, por cuidado a su identidad. Ella forma parte de los más de 100 mil niños en Guatemala que viven en una situación de riesgo. Las pandillas se convierten en una amenaza diaria y la alta cifra de muertes semanales en las comunidades, al ser una situación tan repetitiva, deja de contarse y se convierte en una realidad que arrasa con vidas. Las clicas entonces se forman bajo un solo método: matar almas, oscurecerlas, acabar con la niñez y transformarla en oscuridad.
Un abordaje complejo
En Guatemala, el Estado invierte no más de Q1.25 por cada niño, mientras que en países como Costa Rica, se invierte una cantidad mayor a Q25.00. Al mismo tiempo, existen más de 5 entidades que se ocupan de la niñez en el país; sin embargo, la falta de recursos se convierte en un intento casi fallido para poder abordar las necesidades de cada menor que necesita ser rescatado. Una de ellas es AMBI (Amor y Bienestar), una iniciativa de Ana Murga, quien tampoco pasó por una situación agradable. “Mis padres fueron secuestrados en 2005, aún recuerdo cuando me llegó la noticia que mi papá no había sobrevivido el secuestro, lo habían matado los pandilleros. Sentía ira, sentía odio, no sabía cómo canalizar mis sentimientos, buscaba venganza”.
Ambi tiene un nuevo proyecto y necesita tu ayuda, puedes donar aquí: https://funds.gofundme.com/dashboard/curso-de-vacaciones-school-break/
Poco a poco esos sentimientos se transformaron en ganas de aportar a la niñez, de permitir a cada niño salir de esa cadena de violencia y dejar de lado un destino que hasta entonces, parecía inmanejable para los menores de distintas comunidades. Hoy, su labor ha sido tan importante que ha logrado impactar a más de 200 niños en 4 distintas áreas: Tecpán, Chicamen, Verbena y Mezquital.
“Los niños llegan a ser niños, aprenden destrezas, estimulación temprana, valores cívicos, espirituales, morales y además formación ciudadana. Desde pequeños deben aprender que por cada derecho, hay una obligación”.
Dar una nueva vida a estos pequeños ciudadanos se ha convertido en la prioridad de AMBI, que cumple con un programa que se lleva a cabo los sábados, pues los niños se encuentran estudiando durante la semana. “Tenemos a niños escolarizados únicamente, pues lo importante es ser un complemento en su educación y que su ambiente fuera de la escuela, sea lo más limpio y equilibrado posible”.
¡Un curso de vacaciones para los pequeños en riesgo!
Esta iniciativa se llevará a cabo durante los próximos meses, las actividades serán durante toda la semana, entre ellas manualidades, pintura y ¡hasta clases de canto! “De hecho, nos encontramos creando nuestra pequeña compañía de teatro, donde los niños explotarán su talento de expresión, próximamente comenzaremos con las funciones”.
Actividades que sin duda transforman vidas. Todo este proceso es acompañado por expertas como psicólogas, psicopedagogas y especialistas en educación, de esta manera se podrá garantizar el desarrollo correcto de estos pequeños. A pesar de ello, AMBI necesita apoyo, necesita fondos y víveres que puedan servir de respaldo para estos 12 mil tiempos de comida que se tienen contemplados tan solo para el curso de vacaciones.
Además, puedes apadrinar a un niño por tan solo Q100 al mes ¿no sería lindo poder contribuir a su desarrollo?
“AMBI me mueve, me apasiona y quiero contagiar este amor y capacidad que tenemos todos de transformar el futuro de nuestro país”.
FUENTES: ICEFI, UNICEF