Era una mañana que Laura llevaba a su pequeño hijo al doctor porque estaba enfermo desde hace varios días. Se subió al Transmetro sin imaginar lo que iba a pasar.
Laura decidió sentarse en los sillones amarillos que ahí se encuentran, el bebé estaba dormido cuando subieron a la unidad, pero a los pocos minutos se despertó.
Ella, también iba cargando con una pañalera y cartera, en la misma llevaba sus documentos, dinero y el celular. Mientras esperaba sentada para llegar a la parada donde bajaría. Como 4 paradas antes, observó que una joven, de aproximadamente 16 años, estaba a la par, no hizo movimientos ni nada y Laura se sintió confiada.
La joven se bajó del bus y Laura continuó su camino.
De pronto, un joven de unos 19 años, se encontraba a su lado y se agachó como si fuera a amarrarse un tenis, al llegar a la parada se bajó. Por fin, Laura llegó a su destino, agarró fuerte al bebé, la pañalera, su cartera y bajó del bus. En ese instante, necesitaba llamar, para avisar su llegada, pero su celular no estaba.
Lo buscó y buscó, pero el celular ya no estaba. Rápidamente pensó en ambos jóvenes que estuvieron a la par de ella, pero no sabía quién de los 2 pudo haber sido. Se bajó y no alertó a ninguno de los policías que estaban en la estación.
Pero el caso de Laura no ha sido el único.