La extorsión afecta todo el país, desde comercios, casas y hasta centros educativos, pero ahora cuestionamos qué sienten las víctimas. Carolina (nombre ficticio) tiene 17 años y estudia en la Escuela de Maestras para Párvulos en la zona 15.
Una mañana sintió el ambiente raro, las cosas no eran como siempre. Se levantó muy temprano para alistarse y esperar que la pasara a traer el bus para ir a estudiar. Eran las 5:55 a.m. cuando pasaron a recogerla, ella aprovechaba el trayecto para ir hablando con sus amigas, pero ese día notó que el piloto manejaba extraño.
Esa mañana estaba tan diferente que se pasó un semáforo en rojo, gracias a Dios no iban pasando carros, recuerda la alumna. Cuando ya llegaron a zona 15, se le acercó y le preguntó si le pasaba algo. Él le respondió que todo estaba bien y que no tenía nada. Pero no era así.
Pasaron varios días y las cosas continuaron tensas, ella ya estaba preocupada por el piloto, pues pensó que estaba enfermo. Un día él entró a hablar a la dirección de la escuela, salió y subió rápidamente al bus.
Les dieron a conocer a las alumnas de la escuela que los buses estaban siendo extorsionados, pedían dinero para no hacerles nada a las niñas. Ella, en ese momento desconocía cuánto le estaban pidiendo al conductor, pero sabía que no era una cantidad pequeña.
Ella se le acercó y le preguntó cómo estaba la situación. Le dijo que estaban muy mal que él tenía miedo que lo mataran. Que le había llegado un mensaje, en el cual los extorsionistas le pedían dinero, que sabían dónde vivía, con quienes y qué hacía después del trabajo. Él no contaba con el monto para pagar la extorsión, pues sabía que si les daba una vez, les tendría que dar muchas más.
La tensión continuó, ya que un día el piloto le contó a Carolina que tenían que pagar ese día, si no lo hacía iban a atentar contra ellos. La estudiante se asustó, ya no quería ir a la institución. La psicosis era tan fuerte que cuando pasaba una moto cerca del bus ella se agachaba con el temor que le disparara.
Carolina habló con su mamá por el miedo, pero le dijo que no temiera, que todo se iba a arreglar. Ella vive hasta en la zona 7, le queda muy lejos la escuela y tendría que salir aún más temprano para poder llegar a tiempo. Se enteró que ya habían colocado la denuncia por extorsión y empezó a ver patrullas de la PNC. Con eso, se empezó a sentir más tranquila.
Han pasado los días y la tensión continúa en el ambiente, con la diferencia que ahora su mamá le dice que se encomiende a Dios. La Policía Nacional Civil captura a diario un promedio de 3 a 5 personas por extorsión en las diferentes zonas del país. El Ministerio Público recibe a diario denuncias por extorsión en su mayoría a comercios.
El número telefónico para denunciar la extorsión es:
