Me corté el pelo y doné amor imagen

Esta es una historia personal, en la cual descubrí que donar cabello no es solo eso, sino es brindar esperanza, amor y alegría.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Desde hacía varios años me interesaba donar el cabello, pero por descuido o dejadez no buscaba información de cómo era el proceso. Pero un día me decidí a hacerlo.

Para mí el pelo siempre fue importante, habían días en los cuales me lo dejaba liso, colocho, con cola, chongo o como fuera, pero me encantaba mantenerlo largo, ya que me llegaba hasta la cadera.

En 2016, viajé a Brasil a un congreso de cáncer en la sangre y cuando regresé a Guatemala empecé a buscar información de las personas que padecían la enfermedad. Una dolencia difícil, triste y muchas veces con escasa información.

Cuando regresé del viaje investigué en varias instituciones sobre el cáncer y la donación de cabello que se hacía para las guerreras que enfrentaban la enfermedad. Sin embargo, ese año no me animé a hacerlo, creo que por temor a cortarlo, que aunque se diga fácil no lo es.

El cáncer llegó a mi familia y sobre una de las personas que más he amado.

Mi abuelito, quien fue la figura paterna en mi vida, murió de cáncer de próstata hace varios años. Tiempo atrás, hablaban mucho de esa enfermedad pero yo no la entendía, vi el sufrimiento de él, de cómo enfermaba cada vez que le tocaba terapia de hemodiálisis, pues el cáncer se apoderó de sus riñones y causó insuficiencia renal. Verlo llorar de dolor me partía el alma, en varias ocasiones pude ver que a su edad le daba pena que sus hijos lo ayudaran con sus necesidades básicas, él que siempre había sido tan fuerte, estaba pasando por una enfermedad tan dura, sin embargo luchó hasta que sus fuerzas le permitieron. Mi abuelo es una de las personas que más me ha dolido perder, pero batalló hasta donde pudo por vencer la enfermedad y ese fue un gesto de amor.

Este 2017, tuve que enfrentar varias situaciones que marcaron mi vida. Pero me sirvieron para hacer cambios y aunque estaba tan acostumbrada a varias cosas decidí que cambiaría eso. Así que un día empecé a investigar cuándo era la próxima jornada de donación de cabello y me propuse que cuando llegara el día estaría dispuesta a cortarlo, como símbolo de respeto a todas las personas que con valentía enfrentan esta enfermedad y que son un ejemplo de lucha.

Llamé a Fundecán para saber cómo era el proceso y me dijeron:
“La gran donación será en noviembre”
Por supuesto, me emocioné de saber que pronto será esa donación de amor, también me dieron varias instrucciones.
1) Tenía que donar más de 20 centímetros.
2) El cabello tiene que mantenerse en buenas condiciones.
3) Sí aceptan cabello teñido.
4) Si me lo cortaba por mi cuenta, debía realizar una trenza y guardarlo, para dejarlo en noviembre a Fundecán.
5) La gran donación será el domingo 19 de noviembre en Miraflores.

El martes 24 de octubre decidida hice cita en el salón, para cortar mi cabello. Muchas personas me preguntaron para qué lo iba a cortar si lo tenía largo y bonito, solo respondí que lo iba a donar, entonces sus rostros cambiaron en señal de aprobación, además me dijeron que eso era bueno.




Llegué al salón a la hora que tenía la cita, le dije a la peluquera, que quería donar mi cabello y que si lo podía cortar con una cola, me expresó que eso era un gesto de amor. Cerré mis ojos un par de minutos y sentí las tijeras en mi espalda, fue muy rápido, que cuando me di cuenta ya el pelo estaba listo para donarse.




Al sentir lo corto que lo tenía solo pude recordar a mi abuelito y su cáncer, sin duda me di cuenta que era una buena decisión lo que había hecho.

Estaba nerviosa de cómo me había quedado, pero al mismo tiempo emocionada que ya era un hecho y que por fin iba a hacer lo que hacía mucho tiempo quería, donar ese cabello y hacer feliz a alguien más.

Muchas veces creemos que gestos pequeños no importan, pero sí lo son para otras personas que lo reciben con mucha emoción y comparten esa alegría.

Ya estoy lista para ir a dejar mi cabello a la gran donación y que este pueda servir para llenar de esperanzas a alguien más.




Cortar mi cabello fue un símbolo de desprendimiento y pueda que para alguien solo fue un corte, pero para mí significó un regalo de amor, para alguien que tal vez nunca voy a conocer, pero que la persona sabrá que lo hice con todo el amor de mi corazón.

Esta es una invitación a que puedan decidir donar amor y llevar un pedacito de alegría a alguien que posiblemente esté sufriendo una quimioterapia y que con ese gesto pueda sentir que más personas la apoyamos, aunque no la veamos.

La gran donación está cerca y tú puedes ayudar. 

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