Los pies descalzos de Mirna imagen

Vino a aprender español y su encuentro con Mirna hizo que se quedara.

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Los distintos caminos que la vida te ofrece pueden llevarte a lugares donde menos te lo esperas, somos viajeros y ciudadanos del mundo, sin importar las aparentes barreras que nos separan. Marten, es un holandés que vino a Guatemala en 2006, para aprender español, jamás se imaginó lo que estaría a punto de encontrar en este viaje.

Inició sus clases de manera normal en La Antigua, luego de que estudió para ser abogado en Holanda, pero no le gustó y por eso decidió viajar. Él dice que Guate es un lugar muy inspirador y la gente es muy amable. Aparte, el ver todos esos paisajes que le rodeaban, el clima y el estilo de vida le hacía sentir como en casa. Todo cambió cuando una niña descalza y de escasos recursos se le acercó para pedirle ayuda, sintió compasión por ella, entonces fue capaz de ver el otro lado de la vida: el humano.




A raíz de ese encuentro, decidió que era momento de hacer algo por ellos, no solo bastaba con darles dinero o algo de ropa, de vez en cuando, sino ayudarles a tener un futuro que aparentemente estaba descartado.

En abril de 2006, Marten puso manos a la obra a este proyecto, que sería uno de los más importantes de su vida, le escribió una carta a sus amigos y familiares para pedirles ayuda. Les contó sobre Mirna, la niña descalza y sus ambiciones para ayudar a su comunidad. La primera ayuda vino casi de inmediato con 5 mil euros, una cantidad demasiado grande para solo una familia.

Fue entonces cuando inició el plan de construir una escuela que ayudaría a todos los niños de esa comunidad y se creó una ONG en La Antigua. Él regresó a Holanda para organizar una cena con posibles socios para completar este sueño de construir el centro escolar. En 2009, esto fue una realidad, se abrió la primera escuela a la que nombró Nuestro Futuro.




Otra escuela fue creada en 2011, llamada El Porvenir, aunado a estos logros y la educación que estos niños estaban recibiendo de manera gratuita había más en qué pensar.  Luego de las instituciones educativas, había que darles un futuro, en el cual pudieran explotar su talento y optar por un buen trabajo. En vista que La Antigua es un lugar turístico, Marten decidió crear un hotel, en el que los papás de estos niños pudieran trabajar y ser capacitados.

Good Hotel fue inaugurado en Holanda, con el fin de atraer socios. En 2014, compró una vieja mansión para construir el hotel en Guatemala y abriría sus puertas en 2016, ese mismo año se graduó también la primera clase. En 2015, se creó la tercera escuela enfocada en la educación media llamada El Horizonte.







Hoy, son más de 500 niños beneficiados con estas escuelas, sus padres cuentan con un trabajo digno en el hotel, donde además se les capacita en distintas materias. Lo mejor de todo es que todas las ganancias del establecimiento van destinadas a las 3 escuelas de La Antigua y van por más.




En palabras de Marten Dresen “tenemos que hacer negocios, pero que no sea en torno a una ganancia sino a una visión o una meta, invertimos en las personas y su futuro”. Todos quienes han sido parte de este hermoso proyecto han quedado impresionados con el trabajo en equipo y el potencial que tienen las personas.

Las comunidades desfavorecidas están siendo capacitadas para ser autosuficientes, utilizando el turismo como una fuerza poderosa y la autosostenibilidad para crear un verdadero cambio a largo plazo. Conoce más sobre la fundación Niños de Guatemala en: https://ninosdeguatemala.org/ .



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