Guastatoya me hizo sufrir más de la cuenta en el empate contra Municipal imagen

Estamos a 90 minutos de conocer al nuevo campeón. Guastatoya me hace temblar mientras que Municipal me hace vibrar el corazón.

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Comenzó la fiesta grande del fútbol nacional. Pese a ser una aficionada que no se pierde los partidos de los rojos aunque jueguen como visita, este miércoles me tocó comerme el enfrentamiento por Internet. No sé si fue porque salí de la zona de confort, pero me generó más ansiedad de la normal.

El resultado no era mi mayor preocupación, aunque los pecho amarillo sí me hicieron respirar hondo en un par de ocasiones. Mi mayor temor era que las cosas salieran simplemente mal. A qué le llamo mal, no sé pero temí por un juego que nos arrebataran la ilusión. Estuve haciendo algunas cosas del trabajo y a lo lejos escuchaba lo que pasaba.

Por momentos me acercaba al teléfono y veía primero el marcador, el tiempo y luego fragmentos del partido. Leí varios comentarios de la afición. Muchos inconformes por lo que estaban viendo en la televisión. Municipal nuevamente cedió la autoridad dentro del campo y aunque los rivales no hicieron daño, su propuesta fue mucho mejor planteada.

A Municipal le sirve el 0 a 0. No me enamora, pero me hace reflexionar sobre las posibilidades que tiene el equipo. No hay nada liquidado aún. No está sentenciado. Aún, después de tantos años, los escarlatas están cerca de coronarse campeones del fútbol nacional. Todo quedará por definirse el próximo sábado.

Cuando cerró el primer capítulo de la novela, al pitazo del medio tiempo recordé aquellas promesas de los jugadores que estaban dentro de la cancha. Sueñan con devolverle la sonrisa a quienes domingo a domingo llegan para alentarlos desde los graderíos. Personas que han conocido a las mejores generaciones rojas y que ahora descansan sobre el anhelo de un trofeo más.

Los dirigidos por Amarini Villatoro quisieron hacer de las suyas frente a su público. Aunque fueron claros en el objetivo, no pudieron ser buenos anfitriones y dejaron escapar oportunidades de oro.

Juan Manuel Castillo en su blog de hace algunos días, me hizo recordar lo mucho que he vivido desde el último título y lo mucho que puede pasar si aún no nos quedamos con él en casa. Sería desastroso.

Pensar en todo ello me hizo sentir con más corazón el segundo tiempo. Las cosas no eran claras. Reconozco que Nicholas Hagen fue uno de los protagonistas y que pese a algunos errores que cometieron, los defensas hicieron su trabajo.

Con tantas bajas en la ofensiva me preocupa más que todo la vuelta de la llave. Municipal necesita contundencia en ofensiva para marcar y delimitar su rumbo, pero cómo lograrlo con las deficiencias que nos han hecho sombra desde hace algunas jornadas.

Quedará la expectativa para el juego sabatino. Espero ver el Doroteo Guamuch Flores lleno de personas animadas, con ganas de celebrar y alentar al mimado de la afición. Espero que sean miles de seguidores con hambre de triunfo que acompañen al equipo como “jugador número 12”.

Quiero sentir nuevamente la alegría que embarga mi corazón al saber que somos campeones, pero debemos cuidarnos de un aguerrido Guastatoya, sediento de poder y de llegar al primer lugar de su historia. Quiero que se haga sentir el rojo; quiero que se inunde el barco de la algarabía por “la 30”.

Treinta coronas se lee fácil, pero aún está a 90 minutos de serlo. 






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