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Cuando alguien se enamora es capaz de hacer muchas cosas por el ser amado, incluso soportar y aunque parece que fue ingenua, ella creía que él era el amor de su vida.

Les voy a contar la historia de amor, dolor, sufrimiento y tristeza de una mujer que se enamoró de un hombre que ya estaba casado y que ya tenía hasta hijos.

Cynthia en aquellos años, apenas tenía 20, estaba en la Universidad de San Carlos y estudiaba Odontología, vivía con su familia, en la zona 12 capitalina. Cursaba su segundo año cuando conoció a un hombre que sin duda le cambió la vida.

Todo inició en los pasillos de la U, cuando un hombre delgado, alto y de ojos claros la vio y le preguntó la hora.

Ella le respondió que eran las 3:15 de la tarde. Él le dio las gracias y le dijo aún es tiempo para ir por algo de comer. La chica le dijo que había unos lugares de comida cercanos.

¿Quieres ir conmigo? Le pregunto él.

Ella le dijo que no, porque no lo conocía y ni sabía nada de él y se fue.

Ese fue el primer encuentro que cambiaría su vida.

Pasaron varios días sin verlo, pero a ella le causó una gran emoción la invitación, porque él era muy guapo.

A las 3 semanas de su primer encuentro, volvió a aparecer y le dijo: “Hola ¿me recuerdas? El otro día no me pude presentar, soy Rodrigo y estudio Ingeniería”.

Cynthia le respondió sí, eras el que me pidió la hora.

Rodrigo le dijo: ya que nos volvimos a encontrar ahora no somos desconocidos y querrás ir conmigo a comer.

Ella sonrió, sus mejillas se ruborizaron y le contestó que sí.

La invitó a comer unos panes que venden por el edificio de Ingeniería.

Platicaron de sus vidas, alegrías, tristezas, miedos y retos.

La comida terminó y acordaron que se volverían a ver, pero sin quedar en día ni lugar.

A los pocos días volvieron a verse y fueron a comer, Rodrigo aprovechó para preguntarle a Cynthia si quería ir al cine, ella aceptó, pero mencionó que no la podía ir a traer a su casa porque sus papás le harían preguntas y sería mejor si se juntaban en el lugar.

Acordaron que irían el sábado siguiente a Miraflores y allí sería el punto de encuentro.

Cynthia se despertó muy emocionada pues el día del encuentro había llegado, se bañó, secó y planchó el cabello, además se maquilló y escogió lo mejor de su guardarropa. Salió de su casa 1 hora antes, para estar a tiempo y llegó justo a tiempo a las 4:00 de la tarde al centro comercial.

Al llegar su caballero ya la esperaba en la entrada con un ramo de rosas amarillas. La saludó con un beso en la mejilla y le entregó las rosas con un mensaje que decía: Qué linda te ves hoy.

Cynthia se emocionó y solo le agradeció.

Entraron a ver la película, una de terror, en las escenas de miedo Rodrigo la abrazó.

En cada salida, Cynthia se fue enamorando de él y pasaron rápido los meses y el amor creció, se hicieron novios, sin embargo algo le decía que él no era bueno.

Él no quería que ella conociera a sus padres, pues decía que aún era muy pronto, además los fines de semana no se veían. 

Pasaron 3 años de relación, donde los problemas también se hicieron presentes, uno de ellos fue en una reunión familiar de Cynthia, en la que su familia empezó a preguntarle a Rodrigo por su vida, él se puso tan nervioso que salió de la reunión.

Un día la historia de amor se convirtió en dolor y traición.

Un domingo por la mañana, la familia de Cynthia la llevó a desayunar a un restaurante en la zona 1, al llegar pidieron una mesa para 5 personas, sus papás sus hermanas y ella.

Estaban sentados casi en la entrada donde se podía ver quiénes entraban y salían, de pronto vio a alguien.

Era Rodrigo, quien había llegado al restaurante, pero la sorpresa es que no iba solo, llevaba una bebé en brazos, que por el color de la colchita era niña, atrás iba una mujer con un niño como de 3 años caminando, él le decía papi y ella “mi amor”.

Cynthia no pudo seguir comiendo más y sin pensarlo se levantó de la mesa y le habló a Rodrigo, quien con una cara de sorpresa, solo dijo no conocerla, le pidió a la mujer que se fueran del lugar, la agarró del brazo y se marcharon.

Ella con el corazón destrozado solo pudo llegar de regreso a su mesa y en un mar de llanto le pidió a su papá que la consolara.

Cynthia y su familia se fueron del restaurante y llegaron a su casa, pasó deprimida un mes por la desilusión de Rodrigo, en ese tiempo no fue a la universidad y tampoco quería comer. Un día, su mamá le dijo que era el momento de afrontar las situaciones, entonces se arregló y fue a la U. Le pidió a Dios no encontrarse con ex novio.

Pasaron varios días más hasta que Rodrigo fue a la casa de Cynthia a pedirle disculpas.

Él le contó que su matrimonio estaba casi destruido, que él seguía con su esposa por sus hijos, que ya no sentía nada por ella y a quien de verdad amaba era a Cynthia. Sin embargo, por ahora no se podía divorciar y que mejor fueran “amantes”.

Eso no le pareció a Cynthia y decidió que todo había terminado.

Sin darse cuenta y sin explicación Cynthia fue la amante de un hombre casado.

De esa historia pasaron ya un par de años, pero Cynthia ahora sigue con temor que le vuelva a suceder y que se aprovechen de sus sentimientos.

Según los profesionales, la mayoría de las personas que son infieles en una relación, lo hacen por inseguridad en sus parejas, por sentirse superiores, incluso por estar aburridos de estar con la misma persona.

Del 100% de los matrimonios que se separan el 40% es por infidelidad. 

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