La imagen de un nazareno antiguo puede costar hasta Q10 mil.
A inicio de semana nos enteramos del robo de una imagen en Quetzaltenango, del Señor de Esquipulas, que se lo llevaron de la sala de una familia.
Tenía más de 100 años de estar dentro de la cuna familiar, pero un día y sin imaginar la familia regresó y la imagen ya no estaba.
En Guatemala, se han reportado en varias ocasiones el robo de imágenes, pero por qué pasa. Pues por la simple razón que las imágenes se pueden vender a un alto costo.
Uno de los robos que más se mencionó sucedió, el 19 de abril de 2001 y fue el de la imagen antiquísima de Nuestra Señora del Carmen, que se venera desde el siglo XVII en la Ermita del Cerro del Carmen.
Todo comenzó cuando aparentemente, un grupo de hombres ingresó al templo rompiendo una de las puertas de la iglesia, para después llevarse la imagen, sin embargo justo a tiempo una patrulla de la Policía pasaba por el lugar y le avisaron al sacerdote, quien al llegar pudo darse cuenta que hacía falta la pequeña imagen en el templo. Los investigadores en aquellos años señalaron que lo raro era que los barrotes estaban doblados hacia fuera y no hacia adentro.
Lo que sí es verdad fue que la imagen ya no se encontraba en el templo.
La imagen apareció en 2003 en Tecpán, Chimaltenango. La misma fue encontrada en una modesta vivienda, un campesino la encontró en un cerro abandonado, en una caja de cartón. No le contó a nadie del hallazgo para evitar que se la quitaran, pero un médico la reconoció y advirtió del hallazgo.
Mientras más antigua sea la imagen es más cara.
En Guatemala, existe una ley de protección del patrimonio cultural de la nación. En la cual imágenes, pinturas, obras y esculturas son contempladas como obras y se deben resguardar.
Los requisitos son:
Declaración jurada de propiedad o posesión por pieza y/o colección.
Fotocopia de Documento Personal de Identificación (DPI o pasaporte).
Un CD en blanco.
Si el trámite no lo realiza el propietario o representante Legal, deberá de adjuntar nota, en la cual indica a quien autoriza, identificándolo con nombre completo y número de DPI (copia).
Hay personas que han tenido reliquias familiares, pero en la necesidad económica las han vendido, uno de ellos es José, quien conservaba un niño Jesús de madera, que según su familia tenía más de 100 años de antigüedad, pero se quedó sin trabajo y debió venderlo por Q4 mil.
A la fecha, son pocos los casos que reporta la PNC de antigüedades robadas.
