El milagro de Isa imagen

Una historia sobre la batalla contra el cáncer, los milagros y la solidaridad.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

#prayforIsa

Por: Carolina Ladd (mamá de Isa)

El 27 de octubre 2016, recibí la peor noticia posible, mi hija Isabella tenía un tumor cerebral. Ese mismo día pude concertar una cita con el mejor neurocirujano de Guatemala, quien de inmediato me dijo que tenía que operar a mi niña de 17 años. Mi mundo se derrumbó. En lugar de tratar con las fiestas o con lo que la mayoría de las chicas jóvenes están lidiando a su edad, mi hija posiblemente se estaba enfrentando a un cáncer mortal.

Isabella fue operada el 28 de noviembre. Durante la operación, el médico nos dijo que el tumor era más grande de lo que pensaba y que solo iba a ser capaz de extraer el 40 por ciento. Iba a necesitar otra cirugía. A pesar de las posibles complicaciones de la operación, en la que podría perder el habla, la  motricidad o la capacidad de reconocer a las personas, Isabella se recuperó espectacularmente.

El resultado del análisis patológico en Guatemala confirmó que el tumor era un ASTROCITOMA etapa 2, que era operable.




Nuestro doctor recomendó que la segunda cirugía de Isabella se realizara en los EE.UU., en donde la mayoría de hospitales tienen el equipo necesario para extraer el tumor completamente. Con la ayuda de mi hermana (Yaya) y la intervención de una recepcionista que trabajaba en la clínica del médico en Carolina del Norte, el Dr. Mark Van Poppel aceptó llevar el caso de mi hija.

Según nuestro doctor en Guatemala la operación tendría un costo aproximado de US$200 mil (que el seguro no cubriría). A pesar que todos los pronósticos de conseguir el dinero estaban en mi contra, debido a que no contábamos con dicha cantidad y el padre de mi hija no nos apoyaría, traté de recaudar lo más posible con una página en GoFundMe, eventos, recaudaciones en mi entorno de trabajo y a quién pude, pedí.

Con el esfuerzo de mi familia, amigos, mamás del colegio, colegas de trabajo y gente que nunca conocí recaudamos una cantidad considerable para antes de la operación (esto me daba una paz financiera “ficticia”), pero con eso lograba por lo menos el inicio de todo el tratamiento básico para mi hija.

Increíblemente en un par de semanas, el caso de Isabella era trending topic en redes sociales, creamos un hashtag #prayforIsa que incluso se imprimió en sombrillas que la mamá de una alumna de colegio nos donó para la recaudación.







Tengo que decir que afrontamos todo el proceso con la convicción que ella sería sanada, siempre pensé que Dios no me daría una promesa sino la vería cumplir y yo sé que la veré casarse y tener hijos (tengo años orando por ello todas las noches).

Desde que llegamos a Charlotte, North Carolina fuimos recibidas por mis hermanos y sus familias a quienes tanto amamos, mi mamá también nos acompañó para que tuviéramos todo el apoyo necesario en el proceso que esperábamos durara 2 semanas.

La primera cita que tuvimos con el Dr. Van Poppel fue impactante, en la cual nos asegura, frente a mi hija, que de confirmarse la patología del tumor y de poder extraer la totalidad del mismo, ella no viviría más de 10 años. ¡La probabilidad que saliera sin poder hablar, de no reconocernos o perder la motricidad de todo su lado derecho era ALTA! No lo podía creer, aceptar o asimilar… no lo sé, pero me aferré con todas mis fuerzas a que Isa estaría bien. (Dios no miente, me decía a mí misma). Tengo que contar que Isabella estaba más tranquila y más fuerte que todos (creo que no asimilaba bien todo lo que nos habían dicho). No dudo que el apoyo que recibió de todos sus amigos y familia la mantuvo de muy buen ánimo y con actitud positiva.

El día llegó, 3 de febrero de 2017, nos encontrábamos con mi familia a las 5:00 a.m., en el Levine Children’s Hospital, listos para el proceso. La operación tardó 3 horas, solo 3 horas. El Dr. Van Poppel nos salió a decir que todo estaba muy bien y que no había logrado sacar el 100 por ciento del tumor, ya que le haría más daño, que si extraía una pequeña parte localizada en el centro del cerebro. Cuando ella despertara sabríamos qué tanto había sido afectada o no. Una hora después, Isabella despertó hablando en inglés y entendiendo todo lo que le decíamos, podía mover su cuerpo perfectamente bien. A los 3 días, la niña salió caminando del hospital con una recuperación extraordinaria. Regresamos a Guatemala en la fecha prevista y ella con todas sus capacidades funcionando a la perfección.




En la última cita con el Dr. Van Poppel nos dice que es muy probable que el tumor sea benigno y que de ser así, la niña tendría una vida normal. A la semana de haber regresado nos confirman que la patología del tumor era un DNET (que es un tumor benigno), por lo que ella tendría una expectativa de vida normal.

Hoy se cumple un año de haber iniciado todo el proceso, mi hija se está graduando del colegio. Ha sido maravilloso ser testimonio del amor infinito de Dios hacia mi vida y la de mi hija.

Pagué la operación completa con lo recaudado (gracias a Dios y mi hermano Juanpa, quien me ayudó a negociar con todos los proveedores en EE.UU.).

Dios me mandó muchos ángeles y para mi sorpresa muchos que no esperaba, algunos aportaron en dinero y otros en oraciones, todo esto ayudó a lograr la operación (ellos saben quienes fueron) y no me alcanzará la vida para agradecer tanto apoyo.

El testimonio no es de un milagro sino de varios en una situación que nunca imaginé enfrentaría. Mi familia y amigos fueron la roca que nos sostuvo en la tierra y Dios en los cielos. 

Todas las noticias, directamente a tu correo

Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

Haz click aquí
Comparte
Comparte