El creador de los héroes que adornan Guatemala imagen

La historia de Galeotti, el hombre que tallaba titanes para la posteridad

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

***

Quetzaltenango en la década de los setenta: conservadora, llena de prejuicios y con la imagen de una mujer desnuda bailando de lo más tranquila sobre una marimba que representaba la naturalidad de la música interpretada en este instrumento, como una forma de bienvenida a la ciudad. Esa era la idea para crear el monumento a la marimba, fue una solicitud expresa de las autoridades municipales para honrar el legado musical de la localidad, la obra fue considerada demasiada atrevida para la época y luego de muchas presiones tuvo que ser cubierta con el traje femenino k´iche´, muchos años después sigue recibiendo sin demostrar cansancio a los cientos de automóviles que entran a la ciudad.




***

Era el cuatro de octubre de 2012, en el lugar conocido como “la cumbre de Alaska” se llevaba a cabo la primera masacre cometida por el ejército de Guatemala en épocas de paz, el resultado, varias personas fallecidas y la indignación de un pueblo que exigía justicia.

Al siguiente día los cuerpos eran velados por una multitud en la plaza central de Totonicapán, el dolor y el luto colectivo fue muy fuerte que se demostró con una capa negra sobre la escultura hecha a base de piedra de Atanasio Tzul, líder k´iche´, más que un objeto alegórico, ese día se convirtió en un altar que se llenó de velas, en un epicentro para la reafirmación de la identidad de ese territorio.




***

La estatua de Tecún Umán, guía espiritual y defensor del pueblo k´iche´ fue originalmente un proyecto de la Municipalidad de Guatemala con un precio de dieciséis mil quetzales, por ser una pieza de bronce era necesario la ayuda de expertos que para ese entonces no existían en el país, por esa razón, Galeotti Torres decidió buscarlos en México, eso duplicó el costo, por lo que ya no fue posible su pago, eso provocó que se volviera un proyecto personal que terminaría en Quetzaltenango, actualmente se ubica en la rotonda del periférico de esa ciudad, eventualmente aparecen ofrendas de flores a sus pies, es una imagen imponente que se incrusta todos los días en el paisaje compuesto de peatones y automóviles.




***

La escultura es de las expresiones artísticas que tienen mayor contacto con la gente, se vuelven parte del paisaje, además de dotar de identidad a los espacios en donde se encuentran. En Guatemala ha existido una tradición en la escultura desde tiempos prehispánicos, durante la colonia las esculturas tomaron un papel importante en la imposición de la religión cristiana y ya en la época republicana fueron incorporadas para cimentar el nacionalismo, esa tradición impactó en Galeotti profundamente, provocando su interés por dejar obras que estuvieran al alcance de todos.

Buena parte de las esculturas que adornan parques, escuelas, edificios y otros espacios del territorio nacional nacieron de las manos de Rodolfo Galeotti Torres para convertirse en elementos del diario vivir, como el Monumento a Justo Rufino Barrios en la cima del cerro El Baúl que según la tradición en su interior hay escondido un tesoro, el Palacio Maya que todo el tiempo es disputado por los municipios de San Marcos y San Pedro, los bustos de Enrique Gómez Carrillo y Dolores Bedoya de Molina, la fuente de la plaza de la Constitución que recientemente se tiñó de rojo como muestra de repudio a la masacre de las 41 niñas del hogar Seguro Virgen de la Asunción, los acabados de la fachada del Palacio Nacional de la Cultura, edificio que representa el centro del Estado, el jugador de pelota Maya, el tríptico de la revolución, el Papa Juan Pablo Segundo, entre un listado enorme de piezas que han traspasado el tiempo, lográndose incrustar en el imaginario local, además de ser elementos claves de la arquitectura del siglo XX.




Exaltar a algunos personajes que no habían sido tomados en cuenta por la historia “oficial” del país fue lo que marcó su trabajo, dignificarlos y colocarlos en la categoría de héroes aportó a esa lucha en el territorio de lo simbólico que se disputa todo el tiempo en Guatemala.

***

Nació en la ciudad de Quetzaltenango el 4 de marzo de 1912, su madre, una mujer quezalteca y su padre, un escultor italiano llegado durante el gobierno del presidente José María Reyna Barrios. Desde muy pequeño empezó a demostrar su interés por las esculturas, particularmente por la figura humana, durante varios años se dedicó a hacer los pastores y animales de su nacimiento, el barro y las piedras que forman buena parte del paisaje quezalteco llamó su atención, sus ojos de niño se empezaron a alimentar de elementos que luego convertirían en imágenes que se instauraron en el paisaje guatemalteco.

A los 19 años por influencia de sus padres viaja a la ciudad italiana de Carrara, para estudiar arte en la misma escuela en la que su padre estudió, luego de tres años regresa al país, en esa época conoce a varios artistas que marcaron su visión y su trabajo, entre ellos Carlos Mérida, Manuel Yela Günter, Dagoberto Vásquez, González Goyri, entre otros, que vieron en la estética maya el centro para desarrollar su obra.




Para muchos que tuvieron la oportunidad de conocerlo lo recuerdan como un tipo alegre, elegante, vivía en su estudio, entre rostros de personajes que en su mayoría han marcado la vida de Guatemala, siluetas conocidas y otras inventadas por su mente, cada vez que nacía una nueva escultura llamaba a un número grande de sus amigos para celebrar la nueva creación, como ya era tradición, compraba chicharrones, tortillas y preparaba una bebida compuesta de aguardiente y frutas que repartía a modo de ceremonia, de fondo las piezas más conocidas de marimba que sonaban con fuerza y un dejo nostalgia hicieron de aquellos momentos imborrables, como su propia obra que pese al tiempo perdura en diferentes ciudades guatemaltecas.

***

En el año 2012, se cumplieron cien años de su nacimiento y poca gente lo recordó, recibió la medalla presidencial el 16 de mayo de 1988, a los pocos días murió, sus restos descansan en el cementerio general de Quetzaltenango, su lápida fue robada por chatarreros pero por iniciativa de varios artistas plásticos se le colocó una nueva, esta vez de mármol, hay una plaza que lleva su nombre, la plaza tampoco existe, la consumió el tiempo y el olvido, a pesar de eso, el espíritu del maestro sigue vigente en el país, en una sociedad carente de héroes tuvo la osadía de fijarse en aquellos personajes que han sido borrados intencionalmente para colocarlos como puntos de referencia en nuestro imaginario, los buses y los carros dan vueltas alrededor de la rotonda donde se ubica el imponente Tecún Umán de Quetzaltenango, todos pasan absorbidos por la cotidianidad, a pesar de eso, está y estará ahí, como la mayoría de los héroes que fabricó, por muchos años presentes, de eso se trata el arte al final, de trascender e incrustarse en nuestra realidad, Galeotti lo sabía.




Fotografías: Cortesía de Cultura de Occidente

Todas las noticias, directamente a tu correo

Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

Haz click aquí
Comparte
Comparte