El bullying escolar me llevó a la depresión imagen

El maltrato de sus compañeros de clase, le provocó a Andrea depresión. Esta es su historia.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Andrea no podía ir al colegio sin sentir miedo. El rechazo de sus compañeros era solo una de las razones por la que la joven pasó toda su niñez en depresión. Y, aunque existieron reclamos, el centro educativo jamás actuó.




En su niñez, Andrea siempre fue un poco tímida y no muy sociable, los padres creyeron que se debía por ser hija única.

Iban a trasladarla a otro colegio, cerca de donde vivía, esto no le afectó, puesto que nunca tuvo amigos y siempre hacía todo ella sola, incluso, le pedía a los maestros hacer los trabajos grupales de manera individual. Nadie intentaba hablarle ni viceversa, por lo que a Andrea le pareció algo muy normal y tampoco se sentía mal por eso.

En el nuevo colegio, cursaría de quinto primaria a tercero básico, para luego buscar su carrera de bachillerato, ya que ese centro educativo no contaba con esos niveles académicos.

El año comenzó y es típico que un niño se emocione el primer día de clases; eso no le pasaba a Andrea, sentía que era un día común y corriente.

“Yo no quería ir, pero tenía que hacerlo porque quería ser alguien en la vida. Sin embargo, no hablarle a nadie no me representaba algo malo, al contrario, podía concentrarme más en mis clases y, por lo general, siempre era la mejor en cuanto a notas”, comentó la joven.

El rechazo

Era la única persona nueva de la clase ese año y todos comenzaron a molestarla y a decirle cosas como “la niña nueva”, “huele mal” “¿y esa quién es?”.

Andrea, antes había experimentado rechazo donde anteriormente estudiaba, pero jamás le dijeron algo que le afectara, como lo empezó a sentir en ese momento.




“No me molestaba trabajar sola, siempre lo hice, pero sí me enojaba que dijeran que mi olor era feo o mis pies apestaban. Llegué a un punto de comenzar a creérmelo, por lo que al llegar a mi casa me bañaba nuevamente, una vez por la mañana, por la tarde, luego del colegio y otra por la noche. Mi mamá me preguntaba si tenía algo, solo le decía que era el calor”, relató Andrea




El maltrato

Ya no solo se trataba de insultos, de malas miradas o chismes. Andrea comenzó a ser empujada, en los baños le tiraban agua, mientras estaba en un cubículo ensuciaban su refacción. Incluso, fuera del colegio era perseguida por sus compañeros de clase y la golpeaban.

Su madre, siempre preguntaba por qué llegaba lastimada, pero el miedo de la niña era tan grande pensando que la regañaría, que decía que jugando en el recreo.

“Una vez me cortaron el pelo, la verdad me lo trasquilaron, estaba tan nerviosa, no sabía qué decirle a mi mamá y se me ocurrió algo: le dije que se me pegó un chicle porque me tiré al suelo y no me quedó otra más que cortarlo”, indicó la joven.

Sabía mentirle muy bien a su madre, pero la excusa no le sirvió porque al final de cuentas la regañó.

Con el tiempo, el trato de sus compañeros era más violento y las excusas eran más; si le mojaban su mochila, ella decía que se le cayó el pachón abierto dentro, si tenía una pequeña cortadura en su rostro, decía que jugando con sus amigas fue aruñada accidentalmente. Así empeoró la situación de Andrea.

Llegó un punto en el que las excusas se le terminaron, después de casi dos años de soportar el bullying, la joven no dio más.

Dejó de comer, lloraba todas las noches, ya no hacía sus tareas y en clase era muy distraída, por esa razón, citaron a la madre de Andrea al colegio para hablarle de su comportamiento y el cambio drástico que hubo en ella.

“Mi mamá me habló, pero yo nunca le dije nada porque me daba miedo, no sé por qué, pero estaba asustada de que ellos me trataran peor, si se enteraba de lo que me hacían. Un niño de tercero básico, incluso me intentó tocar, pero reaccioné rápido y le pegué. Sus amigas me pegaron después”, expresó Andrea.




Intento de justicia

Una niña nueva de la clase, ese año, se dio cuenta de lo que le hacían a Andrea y se fue a quejar a la dirección del establecimiento educativo. Nunca le prestaron importancia hasta que logró hablar con la mamá de Andrea.

Ya preocupada habló con su hija y de tanto soportar los abusos de sus compañeros, le dijo todo a su madre, por lo que ella fue a hablar al colegio acerca de la situación.

“Yo estaba sentada junto a mi mamá en la dirección y la directora se reía entre dientes insinuando que eso no podía suceder en su colegio, mi mamá se alteraba, se desesperó hasta que le gritó , la directora solo le decía que se calmara y que se sentara porque lo que ella estaba diciendo seguro yo lo había inventado”, señaló la joven.

Su mamá no sabía cómo reaccionar ante la falta de cordura de la directora, por lo que ya no asistió al colegio, ambas tenían miedo de que le hicieran algo a Andrea. Ella, quería demandar al colegio, pero siendo madre soltera, no podía pagar esos gastos, por lo cual solo le pagó un psicólogo a Andrea.

Ella mejoró, inició sus estudios en otro colegio donde hizo amigas y amigos. Fue más social y con el tiempo se volvió extrovertida. Actualmente, está en la universidad pronta a graduarse.

 
8 de cada 10 niños son víctimas de ello y el 23 por ciento de padres lo desconocen y este es uno de esos casos. Andrea fue víctima del bullying escolar y este es su testimonio.

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