“No buscaba a alguien, pero la encontré”, desde ese momento en su vida existe un antes y un después.
La conoció en la tan famosa aplicación Tinder, recuerda que no buscaba algo serio, pero la encontró, desde que la vio sabía que su vida jamás sería como antes. Llenó de luz su día a día.
Luego de varias charlas coincidieron en tomar un café, eso bastó para que todo entre ellos se desarrollara como si se conociesen desde hacía mucho tiempo, compaginaban a la perfección. “Una conexión inmediata”.
Besarla el primer día que la vi, fue inevitable. ¿Cómo evitarlo? Si su rostro risueño, su astucia lo persiguieron durante toda la cita. ¡No lo pudo evitar! Besarla fue suficiente. Y nada mejor que haber sido correspondido.
Citas y visitas al apartamento de ella, fue lo que siguió luego de ese café. La atracción cada vez era más evidente. Al menos él asegura haberse sentido pleno y feliz durante esa etapa.
“Era imposible no perderse con el resplandor de su cara, perfectamente blanca, sus ojos que proyectaban una luz que no puedo explicar, pero que me hacía sentir dichoso, pleno y feliz”.
Así era ella en su vida, paso a paso iba iluminándolo con su cabello de colores (con la excusa que el negro se le hacía muy aburrido para usarlo en su ropa y pelo al mismo tiempo). Su cuerpo hacía voltear cualquier mirada.
Todo marchaba muy bien en la relación, que ambos día tras día construían, la familia de la chica lo recibió muy bien, en especial la madre. El trato entre ambos era casi igual como una relación de madre e hijo.
“No puedo recordar algo durante toda la relación que haya sido negativo”. Había encontrado un nuevo hogar. Frases como “sos el primer boludo que no me parece un imbécil, espero que todo termine bien”, por parte de amistades y amigos de la chica eran recurrente en los días.
Precisamente, había algo dentro de esa última frase que jamás logró captar hasta que fue demasiado tarde, TODO IBA A TERMINAR y no se dio cuenta hasta que sucedió.
Pero de repente, todo el fuego de su relación, eso que era capaz de consumir el mundo entero se apagó. La chica dejó de hablarle.
Ya no había tiempo para platicarle y mucho menos para ir por un café. Siempre estaba ocupada. Si bien ella era muy dedicada a su trabajo jamás lo apartó a causa del mismo. Pero, luego ya lo hacía.
Después, de luchar día tras día por ella y por la tan linda relación que ambos habían construido, él desistió y terminó con la relación.
Se prometió olvidarla a como diera lugar, alcohol, trabajo, familia y amigos no fue suficiente para arrancarla de su pensar.
Por las noches al salir del trabajo lo invadía un sentimiento de desolación. Las luces de los postes, los edificios iluminados, parecían no iluminar su camino. Trayecto que recordaba transitar junto a ella en varias ocasiones.
Pasó el tiempo, mucho o poco no importa, dolió igual. Una llamada sacudió su mundo entero, su cuerpo se estremeció, era ella. Lo llamó para pedirle perdón por haber permitido que todo terminara tan fatal, de la manera más triste y desgarradora.
La llamada era para comunicarle que se iría de Guatemala, y no contaba con la fortaleza suficiente para despedirse de su amor, eso supuso el adiós más desgarrador para él. La chica argumentó que no había encontrado otra manera sin lastimarlo más, porque no encontraba la fuerza para terminar con él
¿Cómo olvidar a alguien que fue perfección en tu vida? ¿Cómo despedirse si te arrebatan esa oportunidad?
Aunque su corazón aún está arrugado, y se estremece con cada recuerdo de ella, no reprocha su decisión, la manera tan desgarradora de decirle adiós. Agradece e insiste que fue lo más hermoso que ella pudo hacer.