Back el cachorro de los zapatitos rojos imagen

¿Que opinas de lo que le pasó a Back, el de los zapatitos rojos y cuyo trabajo era detectar droga en Guatemala? Te cuento algo de él.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Back, el cachorro de los zapatitos rojos




Cuando Back llegó a Guatemala tenía dos años de nacido. Su pasaporte decía: Pastor Alemán, norteamericano y de nombre Back.

Venía para quedarse en la Policía Antinarcótica y poner en su lugar a los narcotraficantes. Back no era un perro normal.

Tenía habilidad para detectar droga fácilmente en carros, casas o en la propia selva. Su mayor logro lo hizo en Petén. Olfateó el escondite de 92 kilos de cocaína.

Los agentes que compartieron con él aún derraman una que otra lágrima, porque era un elemento importante. Y hoy, solo conservan de recuerdo su chaleco táctico, sus zapatitos rojos y su collar.

Con el corazón en la mano, cuentan que Back solo se dejaba tocar de su guía y cuando agarraban la correa, se las quitaba para llevársela a él.




Back tenía poderosos enemigos. Su nariz y habilidad cognoscitiva lo privaron de la vida. En un allanamiento olfateó su muerte.

Era un viernes cuando entraron a un inmueble y el cachorro detectó cinco kilos de cocaína. No tuvo contacto con la droga, pero unos minutos pasaron y bajo la sombra de un árbol comenzó a agonizar.

No alcanzó a llegar a la veterinaria, cuentan policías que estuvieron en la escena. Back expiró su último aliento durante el camino. Su guía no habla, solo externa un par de palabras, “lo cuidé dos años y medio y estoy muy triste. Era ‘mi amigo el Back’.”




¿Envenenamiento? ¿Cómo dejó de respirar, de un momento a otro, si estaba sano? Más aún, si era un ejemplar entrenado para oler cualquier sustancia prohibida (los perros como Back son capaces de detectar 24 olores diferentes).

La causa, no oficial, es que los colombianos detenidos habrían diseminado una sustancia letal, no perceptible a ojos de los humanos, y la fría nariz de Back inhaló el químico que paró su corazón y pulmones.

Hoy, la pelota de tenis, el juguete preferido de Back, quedó abandonada en un rincón de Antinarcóticos de la PNC.

Perros como Back no podían jugar con cualquier cosa. Ni comer algo ajeno a su concentrado. Estaba entrenado para no recibir un solo bocado que no fuera de las manos de su guía.




Back siempre iba en la patrulla, así lo recuerdan, presto a trabajar. Su nariz era experta, además, en oler dinero. Descubría una caleta donde estuviera.

Su aparición en las redes sociales fue con sus zapatitos rojos, que usaba para cuidar sus huellitas y evitar dañar la pintura y tapicería de un carro o avioneta.

Pero, ¿por qué Back merece este Relato? Porque en Guatemala, ningún perro entrenado para combatir a narcotraficantes y al narcotráfico había muerto en una escena de esta manera.

Back era capaz de oler la presencia de droga en la ropa, aun pasadas 48 horas de haber sido lavada.




Hoy, tres días después de sepultado en una caja blanca, y con honores, se le extraña en la SGAIA como el cachorro de los zapatitos rojos que murió en cumplimiento de sus funciones, y de pie, combatiendo al narcotráfico.

Imágenes, PNC y Medios de Comunicación

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