Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Un evento geológico comenzó a formarlo hace más de 40 mil años, junto a él aparecieron los tres colosos: San Pedro, Tolimán y Atitlán. Mucho después, los primeros humanos en maravillarse por su belleza fueron los pueblos precolombinos, así, lo adoraron, alabaron y crearon mil y un cuentos sobre su origen, así como divinidad.

Los siglos pasaron y la belleza del lugar permaneció incorruptible. Hasta la llegada de los detergentes, fertilizantes y los desechos de los 12 pueblos que lo rodean y los más de 100 mil turistas que anualmente lo visitan.




Última llamada desde Atitlán

Hoy, el llamado de auxilio del lago viene desde el fondo, pues un estudio determinó que los últimos 50 metros “son una zona muerta, donde nada crece ya”. Allí la “caca”, plásticos, llantas, latas y cualquier desecho que, tanto locales como visitantes tiran, se acomoda para nunca salir.

Y nada fue más evidente que en 2009, cuando el afloramiento de cianobacterias despertó el sentido patrio de miles de chapines. “Salvemos nuestro lago”, “El lago más bello del mundo”, “Ati es nuestro”, fueron los eslóganes con los que miles de entusiastas de redes sociales se unieron a la causa.



Pero como todo, fueron solo palabras, pues la mayoría siguió visitando el lago y poco o nada hizo por salvarlo.

Como un aporte social, un grupo de universidades guatemaltecas, extranjeras y organizaciones ambientales traen el último aliento de esperanza para evitar que “Ati se convierta en Amati”. Para los expertos, el rescate de Atitlán es un tema de nación y es un proyecto que pondrá a prueba la determinación de un país para salvar su patrimonio natural.

Para Eduardo Aguirre, gerente del proyecto Amigos del Lago de Atitlán, “al ritmo actual de contaminación, Atitlán se convertirá en un lago como Amatitlán” y evitar que esto suceda es la prioridad.

Xocomil Científico

Para salvar el lago se han dispuesto de fondos privados en hacer estudios que puedan dar una hoja de ruta viable de trabajo. Y se ha tomado el caso del lago Petén Itzá como ejemplo de conservación.




“Allí desde hace diez años se manejan los desechos sólidos para evitar que ingresen al cuerpo de agua”, asegura Aguirre. Además, en Atitlán se han coordinado esfuerzos con las alcaldías de la cuenca, para que destinen fondos de sus presupuestos en construir infraestructura amigable con el medio ambiente, tales como redes de drenajes y plantas de tratamiento.

También, se han dispuesto de drones para fotografiar la topografía del área, para determinar a dónde se deben invertir los recursos en mejoramiento de desechos por parte de las alcaldías. “Todo como parte del plan maestro de rescate del lago”.

El próximo 25 de octubre se darán cita en Guatemala expertos de Israel, Estados Unidos, Alemania, Brasil y Guatemala para plantear una propuesta definitiva sobre el rescate del lago. Esta será entregada a la vicepresidencia para que en conjunto, se pueda implementar las recomendaciones de los científicos y así comenzar con el largo camino de rescate.

Y es así como juntos salvamos nuestro lago o lo perdemos juntos. 




Para más información visita AMIGO ATITLÁN

Datos de Lago de Atitlán:
• La palabra Atitlán proviene del náhuatl Atl y titlan, que significa entre aguas. Otros aseguran que viene del tzutuhil Atit y alan que puede interpretarse como la hija de la abuela.
• Es el reservorio natural de agua dulce más importante para Guatemala y en Centroamérica.
• Hay lugares del lago donde la profundidad supera los 300 metros y los expertos aseguran que los últimos 50 metros son una zona muerta.
• Los 12 pueblos que se asientan en las orillas del lago viven del turismo y sus ingresos se ven directamente afectados por la salud de este.
• Es la única fuente de agua de más de 120 mil pobladores de comunidades al sur de la cuenca.
• 10 plantas de tratamiento de aguas se han instalado a orillas del lago, pero no toda el agua que entra pasa por estas plantas.
• Un informe de 2014, de USAID detectó tres problemas graves que afectan al lago: la basura, residuos de fertilizantes y las aguas negras.
• Las aguas del lago permanecen hasta 120 años antes de salir.
• En 2015, limpiar el lago de Atitlán tenía un costo de US$90 millones, mientras que construir una tubería recolectora de desechos apenas llegaba a los US$40 millones.
• El Gobierno de Otto Pérez y Roxana Baldetti detuvieron el proyecto al no entregar los recursos de un préstamo que estaba vigente y disponible. 

Todas las noticias, directamente a tu correo

Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

Haz click aquí
Comparte
Comparte