Así ocurrió la chicomanía en Guatemala imagen

De fanática apasionada a perdurable amiga: la historia de Sarah Alzugaray, la guatemalteca que estuvo más cerca de Los Chicos.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

¿Será porque te amo, Bailando al ritmo de la lluvia frente al mar que solo pienso: Vuelve? Si usted pasa los 40 años, encontró cuatro canciones de Los Chicos en la pregunta anterior y con ella un maremágnum de recuerdos de aquella dorada época llamada adolescencia. Hoy presentamos un Relato retro dedicado a todas las fanes guatemaltecas de Chayanne, Migue, Rey y Tony, integrantes originales de Los Chicos. ¡Ave María!

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Cuánta envidia me produjo la valentía de aquella decena de muchachitas de segundo básico que se saltaron una pared para escapar del instituto para señoritas INCA. Su objetivo fue ir a recibir al aeropuerto a Los Chicos. Era 1982 y la chicomanía estaba en su clímax. Yo ya cursaba cuarto magisterio y era una adolescente de 15 años, demasiado miedosa como para atreverme a romper las reglas.

No recuerdo bien qué tipo de consecuencias tuvo el comportamiento de las fugitivas, pero sí tengo presente que yo sentía unos callados celos. Hubiera querido tener las agallas, pero no las tuve. Así que, aparte de pasarme cantando sus canciones e imaginando episodios inexistentes de su vida, fui una fanática casi anónima, a la que nunca le dieron ni dinero ni permiso para asistir a sus conciertos.






Aquellos eran otros tiempos. Sin celulares, cable, ni redes sociales, eran solo radio y televisión nuestros contactos con el mundo exterior. Y Los Chicos estaban presentes en los cinco canales nacionales (3, 5, 7, 11, 13) y en las ondas hertzianas, mañana, tarde y noche. Sus canciones, entre ingenuas y apasionadas, matizaban nuestras tardes y fines de semana. 



Esta foto pertenece a la imagen de su segundo disco. Así los conocieron las centroamericanas.

La chica que lo logró

Precisamente por la radio me enteré de la existencia de Sarah Alzugaray. Ella era identificada por muchas, con poca o mucha envidia, como la “novia de Migue”. Aunque públicamente ellos se decían “solo amigos”, como exigía la etiqueta farandulera de esos tiempos.

Sarah compartía sus pláticas telefónicas con su “amigo”, cuando él le contestaba desde Puerto Rico. Y todas las admiradoras, tanto las más abiertas como las discretas, suspirábamos. A mí me gustaba Rey y esperaba con ansias que en las pláticas se le mencionara. En ese ese entonces no existía el Internet y menos San Google, que todo lo averigua.

Muchos llegamos a pensar que lo de Sarah era nada más resultado de los privilegios de una chica acomodada. Hoy, más de 30 años después, la exitosa empresaria y mentora de emprendedores en la Universidad Francisco Marroquín devela detalles de quienes, señala, fueron sus héroes y luego se convirtieron en amigos.




 Los Chicos, Será porque te amo


¿Cómo se inició tu historia con Los Chicos?

– Fue una tendencia, fue una moda, que para todos fue igual. Nos enteramos de ellos cuando comenzaron a cantar. Me enteré viéndolos en televisión, tan simple como cualquier otra fan.

¿Cuándo cambió tu estatus de una simple fan a amiga cercana? ¿Cómo fue ese proceso?

– Cuando se empezaron a hacer muy famosos, dije: “Tengo que conocer a alguien que me lleve hasta ellos y ver al que a mí me gustaba”. Yo era una niña de 14 o 15 años, pero siempre he sido muy independiente y he creído que si necesito hablar con alguien, lo voy a hacer, no importa quién sea. Con ese pensamiento contacté, sin conocer, a mucha gente.

“La intensidad de ellos se vivió como la pasión de un romance truncado. Nunca sabremos qué habría pasado si hubieran continuado”, Sarah Alzugaray.

¿Cómo se dio tu primer encuentro con ellos?

– Hablé con Ernesto Porras, que era el gerente de Dideca, y, de tanto que jodí, logré que se compadeciera de mí. Me entró a conocerlos y a una firma de autógrafos.

¿En qué momento lograste el contacto más directo?

– Busqué el teléfono de Migue en Puerto Rico y comencé a hablar con su mamá. Cuando él regresaba a su casa, después de una gira, su mamá le decía y lograba hablar con él, de tanto que yo llamaba. No puedo recordar ahora qué tanto hice, pero entraba con mentiras al hotel. Me favorecía mi porte, porque físicamente no parecía una fan. Cuando sentía ya estaba en el nivel de Los Chicos.

¿Qué tipo de sacrificios hiciste para lograr esas metas?

– Pintaba mi casa, cortaba la grama y lavaba el carro para que mi papá me diera dinero para pagar las llamadas de larga distancia. Había una china que tenía una librería en Mariscal y le pedía chinitas (zapatos de tela planos) fiadas y las vendía en el colegio para poder comprar las entradas a los conciertos. Cuando Migue me avisaba que venían, yo ya tenía acreditación directa para entrar con ellos. Así se dio una relación con Migue y que medio nos hicimos novios.

Eso era lo que se decía de ti, “la novia de Migue”…

– Sí, pero era simpático porque, en ese entonces, Carlos Alfonso Ramírez (mánager) prefería que Grace Matta, hermana del Baby Matta, que eran dueños de la Pepsi, fuera la que platicara con Migue. A él le convenía más que en alguna entrevista Migue dijera que era Grace Matta quien había sido su novia. Él nunca dijo que lo era. Migue en cambio decía, “Sarah por ahí, Sarah por allá”. Me hice también muy amiga de Rey, y con el tiempo también me hice muy amiga de Tony.



Tony y Ssarah. Tomada del facebook de Tony Ocasio

¿Formaste un grupo de doblaje (como se les conoció a los grupos de baile de imitadores)?

– Me acuerdo de que en la Radio Rumbos me llamaban para entrevistarme constantemente. Me tuve que conseguir un aparatito de los que se ponían en el teléfono para grabar las llamadas y las compartía en la radio. Por mi amistad con ellos me volví famosa. Acudían a mí un montón de grupos que querían que yo les dirigiera sus coreografías. Pero que yo fuera amiga de ellos no significaba que fuera coreógrafa. Al fin, hubo unas niñas que me fascinaban. Las mamás me fueron a suplicar que las preparara. Eran niñas del Colegio Valle Verde y del Monte María. Teníamos que desarmar la sala de mi mamá para ensayar sobre la alfombra. Les mandábamos a hacer sus trajes. Todas amábamos a Los Chicos y a veces, cuando estaban ensayando, llamaba Migue y ellas lo oían.

¿Cómo se llamaba ese grupo?

– Era el grupo Sarah. Ganamos todos los eventos que se hacían en el Cine Latino. Después, Michelle Lara, que se parecía a Chayanne, y Chacha Luna me convencieron de que hiciéramos un grupo en donde yo era Migue, y logramos que ellos nos mandaran ropa que ya no usaban. Ese grupo se llamó Encuentro. 

¿Qué pasó cuando se fueron y ya no volvieron?

– Esa transición fue muy dura. Se desarrolló por una situación interna con Carlos Alfonso Ramírez. Chayanne decidió independizarse y lo hizo en el momento justo en que iban a iniciar la película (Conexión Caribe). La verdad es que los desmoronaron por completo. Luego, encontraron a los primeros que tenían, pero la gente no los aceptó y no aceptarlos fue porque todas estábamos casadas con un grupo de cuatro, que cada uno tenía su ángel.



En esta foto aparecen Rey Díaz, Giro López (de la segunda generación de Los Chicos), Carlos Alfonso Ramírez (mánager) y Migue Santa.

¿Cómo vivieron ellos los años después de Los Chicos?

– De hecho te podría decir que fue lo más importante que hicieron en su vida. Yo, que fui directora de prensa de Julio Sabala, soy amiga de Laura Bozzo y traigo a los artistas de Teletón desde hace 20 años, te digo que lo de ellos fue una carrera truncada en su mejor momento. Fue como cuando una relación se trunca y uno queda marcado, cree que pudo haber sido lo mejor de su vida, aunque tal vez no, pero se dio la frustración de las posibilidades.

¿Cómo reanudaste tu relación con ellos?

– Años después, en 1998, yo viajé con Carlos Alfonso Ramírez. Estuve en Puerto Rico. Estuve en el proceso de organizar el reencuentro. Vi cuando tuvieron que bajar de peso, porque Tony volvió del ejército y Rey acababa de tener un gran accidente. Cuando yo lo vi estaba con bastón y ni pensar en bailar en un escenario. Les organicé el concierto. Fue un éxito en la Plaza de Toros.



Tomada del Facebook de Los Chicos de Puerto Rico.

¿Por qué no funcionó como ellos querían ese proyecto de reencuentro?

– Esos patojos trabajaron muy intensamente y su carrera fue truncada. Con el reencuentro trataron de recuperar un poco de eso y no lo lograron. Creo que Carlos Alfonso nunca fue un buen administrador. Es una gran persona, pero siento que no supo administrar.

“Para todos los que los seguíamos, era bailar la música de ellos… oírla. No había nada más importante, después de Dios, que Los Chicos”, Sarah Alzugaray.

En noviembre pasado vinieron a Guatemala. ¿A qué atribuyes su deseo de convivir con sus fanáticas de antaño?

– Quieren compartir con sus fanes. Ya no les importa, así no se lleven ni Q5. Es su adrenalina de retomar lo que dejaron. Cuando pasamos los 50 años, nos sentimos viejos y pensamos: “Eso ya no lo podemos hacer. Con tanta música y redes sociales, no volveré a ser famoso”. Ellos tienen tantas fanes todavía. Por eso aman Guatemala, aman Costa Rica y aman Panamá.

¿Tienen planes de volver?

– Sí, de hecho Tony cumple 50 años el 18 de agosto. El asunto es que están pensando celebrar sus con sus fanes y me pidió ayuda.

¿Como lograste mantener tu amistad con ellos?

– Gracias a las redes sociales nos contactamos. Conocen a mi esposo. Han venido a mi casa.

¿Qué te quedó a ti de positivo de esa adolescencia con Los Chicos?

– El haber logrado conocerlos por mis propios medios me enseñó que no hay nada en esta vida que uno no pueda hacer. A mí me dio esa apertura. Mi práctica con Los Chicos fue como un trampolín.

Sigo siendo amiga de las chicas del grupo de doblaje. Ellas son abogadas y también para ellas fue importante pararse en los escenarios a imitar a sus héroes. Era lo más cerca que todas ellas podían estar de ellos.




El cover de Mamma mia! 


CUando los chicos crecieron

Las admiradoras que no contábamos con todos los detalles de la ruptura nos debatíamos entre la incredulidad y la fe. Los rumores, no tan lejanos a la realidad, decían que los padres de Chayanne no querían que su hijo siguiera siendo parte de la agrupación. Todos habían peleado y Tony era el único que permanecía en el grupo. La rivalidad entre las seguidoras de Tony y de Chayanne se hizo patente, pero todas esperábamos que se reencontraran pronto. A finales de 1983 vino Tony al país junto con los nuevos integrantes y ofrecieron un concierto en el Teatro al Aire Libre del Centro Cultural de Guatemala (hoy Centro Cultural Miguel Ángel Asturias). El público que asistió se dividió entre los aplausos y los abucheos.

En mi caso, con 16 años empecé a acudir a un fan club dirigido por el locutor Marco Antonio Reyes. Ante la ausencia de la agrupación, poco a poco el club se transformó en grupo de oración. Sin embargo, gracias a las buenas relaciones de Reyes con los exintegrantes, en 1984 las seguidoras del club logramos tener una convivencia, primero con Rey y Migue, que venían como integrantes del grupo Escape, y posteriormente con el propio Chayanne, como solista. Para finales de 1985 era claro que los proyectos de Tony, Migue y Rey se habían estancado, mientras que Chayanne se consolidaba como solista.

Si en algo coincidimos todas las que confesamos haber sucumbido ante el encanto de la agrupación, fue que el fenómeno de Los Chicos fue algo demasiado intenso y efímero. 

En redes
En Facebook hay dos espacios dedicados a Los Chicos, en los que sus admiradoras se comunican: Los Chicos de Puerto Rico y Chayanne, Migue, Rey y Tony. Los Chicos.

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