A veces se me quitan las ganas de ser agente PMT imagen

Hoy les presentamos las confesiones de un policía municipal de tránsito, en una entrevista intimista y vital. Ellos son personas que buscan ganarse la vida como todos.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Tuve la oportunidad de platicar con un agente de EMETRA en una cena navideña. Por obvias razones omitiré su nombre, dónde lo conocí y de quién es familiar, ya que en nuestra plática se desahogó y nos contó varias cosas que muchos de sus colegas prefieren callar. Para complementar el Relato le hablé de nuevo, debido al incidente del agente de Emixtra que ahora está en el hospital, todo debido a la actitud irresponsable de un piloto.

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Para nuestro amigo de uniforme “verde chinto”, despertarse cada día no es de gran ilusión. Durante las más de 8 horas que presta servicio sabe que tendrá que soportar una infinidad de circunstancias muy complejas.

He aquí algunos puntos por los que un agente de EMETRA se atrevió a decir lo que otros callan. Él menciona que simplemente hace un trabajo, que consiste en seguir las reglas, por ello no entiende la razón por la que su profesión es de las más odiadas en el país.

También hablamos de las cosas buenas del trabajo, porque como él mismo dijo, tienen que existir cosas buenas y positivas para estar y seguir en un puesto y asimismo, esas cosas buenas son diferentes para cada agente. Pero las malas, esas sí se sufren por igual.



Fotos Orlando Estrada.

Tu madre, por la reputa de tu madre y tu mamá también

No siempre es la misma tarea que les piden ejecutar, pero siempre, “casi siempre”, son las mismas respuestas que reciben. Cada día que se le asigna una esquina para dirigir el tránsito, durante una hora pico no son las bocinas lo más irritante de la jornada.

Es la cantidad de insultos creativos que más de alguno de los conductores que pasa a su lado le dedica. “Los insultos no vienen incluidos en el contrato. Ni te dicen que te van a ayudar para una terapia porque hay días en que te sacan de quicio. La presión sicológica es muy fuerte y al final el único apoyo que tenés son tus mismos compañeros, ya que ellos pasan por las mismas circunstancias”.




Ojalá todos calzáramos del mismo tamaño

Más de una vez también insulté, maldije y me molestó esperar a que el agente de tránsito decidiera darme vía. También comprendí que él está haciendo su trabajo. Uno por el que le pagan al igual que a muchos y que en momentos (como él nos confiesa) sí lo hace por joder, pero no es así siempre.

“Me gustaría que la gente que tanto alega, bocina, insulta, se pusiera estas botas. Literalmente uno está parado en una esquina llueve, truene o relampaguee. No es agradable estar guiando el tránsito bajo la lluvia, el sol o cuando hace mucho frío. El agua se te mete por todos lados, aunque nuestro equipo ayuda a protegernos. ¿Cuánta gente trabaja en las mismas circunstancias? Quienes se levantan temprano o se desvelan con tal de que recibir un bono o trabajar bajo diferentes circunstancias en las que el clima tampoco colabora”.




Si las personas tuvieran más educación vial, no habría tanto caos

Sí, aunque suene como una utopía, tener educación y respeto vial es esencial. “Nosotros estamos para ordenar el desmadre de otros. Aquí en el país no hay una educación vial porque no la dan. No se la exigen a nadie. ¿Qué tan difícil es tener licencia? ¿Quienes de verdad pueden conducir? La cortesía y la educación van de la mano. Pero aquí hacen lo que se les da la gana”.

Al principio llegÁs ilusionado, pero al rato te dan ganas de mandarlo todo a la mierda

La frase reza: “si uno disfruta lo que hace no importa en las circunstancias en que lo realice”… pero parece que no es absoluta. “Todavía recuerdo lo que me dijeron en mi primer día de trabajo. ‘Mijo, lo único que no te van a tirar son miados. En la calle la gente es salvaje’. Y es cierto. La personas, además de las palabras, te tiran lo que tienen a su alcance, por lo gereral son monedas, como si el dinero lo regalaran. O a ellos de seguro les sobra. Es triste que lo traten así a uno, cuando se pierde el respeto humano y lo peor, cuando lo hacen frente a sus hijos, quienes creen que tratarnos así es lo normal.




Al final, tristemente, uno siempre es el culpable

Por más señales que existan, por más líneas rojas de no parquearse, de No virar en U y todo aquello que está señalizado, nuestro amigo uniformado explica que es de adorno para algunos. “Poner una multa es para que le digan a uno muerto de hambre. Y que uno lo hace por joder. Lo que hacemos es cumplir lo que nuestro trabajo nos exige. ¿O acaso ustedes solo llegan a hacerse los locos a su trabajo?”.

No es un trabajo de riesgo, pero les gusta jugar con nuestras vidas

Sí, el pez más grande tiene dominio sobre el más pequeño. Y cuando el pez es un monstruo de metal de cuatro llantas, dos o las que lo hagan andar, tiene mucho poder sobre uno, que usualmente anda en dos… piernas.

“En las películas el malo siempre muere. Y en Guatemala los malos siempre somos nosotros, no importa la circunstancia. Y si nos quieren hacer daño no la piensan dos veces. No se dan cuenta de que al acelerar frente a uno son segundos en los que determinan la vida de alguien. Al igual que muchos, cada mañana salimos a ganarnos el pan diario. Pero no sabemos si algún día llegará alguien que decida nuestro futuro por nosotros”.




Los incidentes en el Centro Histórico y los vendedores…

No me resistí y le pregunté de algo que fue, como cosa rara, tema de discusión en las redes sociales. En ese tema hay mucha tela que cortar. No es que él sea el que tenga la explicación correcta al tema ni una opinión final, pero lo que sí me dijo fue: “Siempre hay que ver quién tira la primera piedra. Todos tenemos necesidad de trabajo, todos”.

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