Todos tenemos una relación amor-odio con las entrevistas de trabajo. Por un lado, la idea de empezar a laborar es una gran ilusión (al menos para quienes están solicitando trabajo por primera vez) y por el otro, los nervios, ansiedad que genera tener que ir a lucirse frente a un desconocido puede ser desgastante (sobre todo para quienes han estado desempleados por varios meses).
Ser el “entrevistado” es muy diferente a ser el “entrevistador”. Aquí te compartimos las mejores recomendaciones desde la perspectiva del que te está contratando:
1. Previo a una entrevista de trabajo, todos nos disponemos a realizar única y exclusivamente “comentarios inteligentes y acertados”… por muy raros que estos sean. ¿La recomendación? Sé tú mismo, sé genuino.
2. Tu postura, tu forma de vestir, la manera en que hablas, tu mirada, tu tono de voz, entre otras cosas, realmente importan. Es preciso aclarar que para algunas empresas, que llegues vestido formal sea vital y puede que para otras ir así sea “tratar mucho”. Es por esto que es necesario que investigues a dónde vas.
3. Creer que sabes no es lo mismo que saber. En ocasiones, la persona que está entrevistándote te hará preguntas y será mejor que si no conoces del tema seas sincero y no te inventes algo que podría costarte la oportunidad.
4. Si vas a buscar empleo, lee todos los requisitos del mismo, presta especial atención en dónde y en qué horarios se desarrollarán las actividades laborales. No querrás pasar la pena de un silencio incómodo, cuando te digan que fuiste contratad@ y que la próxima semana se tiene programado tu mudanza a Quetzaltenango.
5. Cuando el entrevistador te dé la oportunidad de que plasmes tus dudas y preguntas no te enfoques solo en el salario, bonificaciones, vacaciones, prestaciones, etcétera. Recuerda preguntar también por ambiente laboral, políticas y valores de la empresa, eso hablará muy bien de ti.
