Querido motorista imprudente, hablemos imagen

Motoristas de Guate, no estamos en su contra. Pero, por salud de todos, tenemos que hablar acerca de su conducta.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Hoy es uno de esos días en los que hablaremos del elefante blanco de la habitación, llamado Motociclistas. No estamos en su contra, pero reconozcan que sus imprudencias ponen en riesgo la salud física y emocional de todos. Por eso este Relato es un foro de opiniones respecto de sus prácticas.

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Fotos: Orlando Estrada

“Recuerdo que iba en la camioneta sentado y absorto en mis pensamientos. Lo que me llamó la atención fue la cantidad de motociclistas que se meten entre los carros, lo imprudentes que son. Y es que cuando el semáforo da verde, parece carrera de motocross.

Pues ese día hasta parecía que iba a suceder algo malo, y bueno, la camioneta en la que iba se detuvo a esperar pasaje y pasó el chingo de motos. Debido a la posición de la camioneta, no dejaba ver a los conductores de los carros que cruzaban la calle. Entonces, una señora que iba en su Mitsubishi Lancer gris, cuando el semáforo le dio luz verde, comenzó a cruzar. Fue entonces cuando a una moto que venía le peló el rojo y se pasó. Como era de esperarse, chocó.

Lo que me asustó es que iban cuatro en la moto. Un niño como de 2 años y una niña de 4, más una señora y el cuate que manejaba. Él era el único que iba con el casco. Con el impacto, el niño voló por los aires y cayó en la grama. La niña se abrió la cabeza. La cosa es que la gente de la camioneta comenzó a gritar y, ¡puta!, te quedás con el ahuevón porque el chavo que iba manejando la moto rebotó con el poste del semáforo.

La gente levantó al niño, que no reaccionaba… hasta que al fin lloró. Unos chavos se bajaron de sus carros para ayudar. La señora del carro estaba muy ahuevada. Todos le dijeron que se fuera, que no era su culpa, le gritaban: ‘¡Váyase! ¡Váyase!’ Y la doña llorando… ¡vaya día! En fin. Después, la camioneta ya iba bajando por el columpio de Vista Hermosa y miré las ambulancias que iban hechas mierda rumbo al choque. Ni modo, los tres quedaron inconscientes y solo el niñito pegaba los grandes gritos. Lo peor de todo es ver eso y ser testigo de lo frágil que es la vida, al momento de un accidente parecemos muñecos de trapo, eso es lo más horrible”, Allan Martínez.




El Relato anterior es una reacción a un convocatoria en Redes Sociales que decía lo siguiente: “¿Me querés ayudar con la nota de hoy?, si es así, ¿me contarías qué cosas aborrecés de los motoristas cuando vas manejando? O si es lo contrario, ¿crees que se les estigmatiza y que el trato es cruel?”.

Y pese a lo que se creería, de que esta sería una nota en contra de ellos, es una colección de vivencias que llevan a la reflexión. En la recolección de historias estábamos cuando nos encontramos con el de la esposa de un motorista, quien debido a su condición y sus comentarios pidió no ser identificada. “Odio que manejen rápido… sufro mucho porque yo lo vivo. Y, por otro lado, los motoristas se ponen muy brincones. Cuando un carro se quiere pasar a otro carril es lo peor. Mi pareja es motorista y yo lo vivo a diario con él.

“Los odio porque no respetan las leyes básicas del tráfico. Se meten por donde sea y les vale verga dañarse a ellos o a otros”, Juan Pablo Dardón.

Y la verdad, ellos no son tan inocentes. Creo, y estoy tan segura, que los accidentes ocurren por imprudencia de los motoristas. Mi pareja no respeta, y como te digo, odio cuando va muy de prisa. Se cree dueño y por ello le digo [a él y a los motoristas de la ciudad] que hay que manejar con prudencia, respetar los semáforos y siempre ir en medio del carril, que respeten a los que manejan los autos y no ser brincones –que en su mayoría son así. Y sobre todo, que se pongan casco y no manejen ebrios.

Buenos y sanos no respetan todos los detalles que te di, menos lo hacen con la cabeza llena de copas. [Aprovechamos para preguntar por el casco-codera]. Ja, ja, muy buena pregunta, no lo utilizan porque son huevones y no quieren despeinarse. Además, porque creen que nada les va a pasar, pero sí. Me da miedo ir en moto. Solo con eso te lo digo todo”.

¿La queja de los automovilistas respecto de los ciclistas es justa?

En un 5%, sí, y en 95%, no. Ciclistas irrespetuosos y que no acatan las leyes de tránsito existen. Sin embargo, del lado del automovilista no existe la conciencia de respeto y tolerancia. Un ciclista es un vehículo más que tiene derecho a circular en la calle.

El Código de tránsito establece la prioridad al ciclista, pero este sigue siendo visto como un estorbo. Asimismo, no solo para los ciclistas, sino para todo el mundo, debe existir una cultura de respeto.

El punto es que el ciclista es invisible para el automovilista, aunque tiene derecho a circular, al automovilista le vale madre. Aunque también existen los ciclistas imprudentes, pero la verdad no hay comparación”, Luis Villacinda, ciclista.

Mientras los colaboradores se unían a este Relato, más allá de la queja, las opiniones se acercan más a la denuncia, como expresa Angel Castro: “Me saca de onda que se pasen las luces verdes y no tengan la mínima educación con el peatón. Usualmente es con los de las motos tipo repartidor… los de las motos racing ni se miran, esos son otro rollo. Lastimosamente es más con las motos del proletariado”.




“Sentarse así es garantía del 200%, sin exagerar con el número, de que si hay accidente, morís. Yo nunca me siento así. Se supone que con falda o pantalón siempre es más seguro sentarse con las piernas abiertas. Esto te garantiza que el golpe sea menos doloroso”, pasajera de moto.

Pero Ana José Álvarez, quien se une con un breve Relato, cuenta que su caso fue el de ir en bicicleta y ser chocada (¿atropellada?) por un motorista. 

“Yo aplico ‘el vive y deja vivir’ y pienso que nos falta mucha cultura de urbanismo. Son irritantes las faltas en la cortesía al conducir, pero entiendo que la moto es un medio de transporte económico y rápido.

Sería como tener conciencia vial y establecer reglas de quién debe ir en cada carril. Apoyo a los motoristas, pero no comparto la manera de manejar tan peculiar de algunos, como cuando me atropelló uno. Terminé con dos costillas rotas. Yo iba en la bicicleta y él iba muy rápido. Al pasar frente a mí no calculó bien y me impactó. Tardé en recuperarme 4 o 5 meses, incluso quemó mi piel de la espalda con la llanta; me raspé el rostro. Aunque él se bajó y me auxilió, pues mi papá sí peló cables y le alegó. Yo me preocupé por mi dolor. Eso fue hace 5 años.

No hay recomendación para la prevención, solo que la manera en la que reacciones es importante para enfrentar el desastre, porque estoy segura de que si reaccionás con ira empeora todo. Yo aplico la tolerancia ante casi todo lo que hago”.

“Lo que más me molesta de los motoristas es la imprudencia al viajar con más de dos personas. He visto que a veces llevan bebés en brazos. El sábado pasado íbamos con mi familia y justamente iba el motorista, su mujer y un niño de más o menos 1 año en medio. El semáforo estaba en rojo, pero por ser sábado no había mucho tráfico. Ellos se pusieron adelante de mi carro y se pasaron el rojo.

Fue tan molesto ver la manera en que les importa tan poco su familia y no les molesta ponerla en riesgo”, Lourdes Argueta.

Pero, ¿qué dice EMETRA?

Ante tantas dudas, teléfono en mano marcamos el 2380-1099 de Emetra para cerciorarnos de qué tan equivocados o no estamos respecto de nuestras percepciones acerca de los motoristas. Nos topamos con una lista de NO LO HAGAS, obvios y no tan obvios.

No manejés entre carriles, así haya tráfico.

No te conduzcás por el carril central o el izquierdo, no son para motos. La explicación es simple, debido a la velocidad, si optás por esas rutas es muy probable que un automotor más grande, pensemos en un camión o un cabezal, pueda hacer que perdás el equilibrio y ocurra un accidente. Al final, es por tu bien. “Cuando pasa un tráiler, quizá por la fuerza o inercia que lleva, los hala hacia el furgón. Acaba de pasar un accidente así en la Aguilar Batres, pero eso fue porque además iban entre carriles”, agente Emetra.

No habrá ganadores. Si en un caso hipotético atropellaras a un motorista y no es tu culpa y hay un Emetra cerca, ocurriría lo siguiente. Se verificaría si el motorista está bien y, de ser así, se verificaría si se arregla verbalmente el problema y se toma el procedimiento. Si hay heridos son traslados al hospital, queda en manos de la PNC y el conductor del auto queda detenido mientras se investiga. Si el conductor del auto está seguro de que no tuvo la culpa y sospecha que el motorista iba en estado de ebriedad, debe solicitar la prueba de alcoholemia –incluso alcohol en la sangre.

No llevés a tu familia en moto. En el caso de un accidente en el que los heridos son los copilotos de la moto, sancionan a los dos. Al motorista por romper la ley de No más de dos en moto y al conductor por el accidente. Al motorista se le sanciona con una multa superior a los Q1 mil y el conductor debe hacerse cargo de los gastos médicos, si los hay. Como habrá juicio, será la autoridad la que determiné qué sucederá. Pero, al final, la sanción es a los dos.

No andés sin licencia. La mayoría de motoristas no tienen licencia. Solo compran las motos y andan sin ella. Por eso es que se ven por las mañanas y tardes operativos para motoristas. Es para revisar que porten licencias y si hay multas pendientes. Lo que sucede es que al comprar la moto creen que eso es suficiente, pero al no recibir clases no saben de los puntos ciegos en autos, buses y tráilers. “Le cuento un caso reciente. La semana pasada, en la Avenida Petapa, a las cinco de la mañana, tres estudiantes murieron al ser arrollados por un tráiler. Se le pegaron al punto ciego y el conductor del cabezal no los vio, ninguno de los tres logró llegar al colegio. El piloto fue consignado”, agente de Emetra.

Lo que sucede es que el responsable siempre va a ser el conductor del cabezal, (en este caso) por homicidio culposo, mientras los investigadores determinan la causa del accidente. Pero es prisión domiciliaria –a menos de que el el piloto vaya en estado de ebriedad… entonces toca la zona 18.




Al final, todo está en uno mismo

“Te voy a dar un punto de vista más político, porque la verdad es que tooodos manejamos mal en Guate, ja, ja, ja, ja. Partamos de la base de que los motoristas son uno de los colectivos más vulnerables que podemos encontrar en las calles y carreteras, junto con los ciclistas, tuctuqueros y peatones.

Es por este motivo que todos los usuarios, incluidos nosotros, que nos movilizamos en vehículo, debemos respetar las normas y conducir con mucha empatía. El que nos peguemos mucho por detrás, que no les dejemos espacio entre carros cuando hay tráfico o en semáforos en rojo, o el que encendamos el parabrisas cuando vamos circulando y los mojamos con el chorro de agua… son algunas de las quejas que lanzan los motoristas contra los automovilistas. 

Creo que todos tenemos nuestras necesidades y cosas a mejorar; lo ideal es que aprendamos a tener una mejor cultura como conductores y seamos más responsables en nuestro trato cuando estemos tras el volante”, Cecilia de Mata.

“Fue yendo a un ensayo. En un semáforo, cuando cambió a rojo, todos paramos y la moto siguió con todo. Me imagino que calculando que pasaba, o quizá solo iba con prisa, total que se fue a dar en seco contra otra moto.

Recuerdo perfectamente que no llevaban casco y, como cosa milagrosa, en los minutos que cerraron la calle los involucrados ya se estaban levantando. Así fue que nació la canción Motobomba”, Estuardo Alvarado, uno de los fundadores del grupo Iguana Manga. 

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