Pecados que le condenaban al infierno en Viernes Santo imagen

Si te reías,escupía o te bañabas eras hereje, siete décadas atrás lo mejor era permanecer en silencio y triste para demostrar que era Viernes Santo.

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Pecados que condenaban al infierno en viernes santo

Imagínese cincuenta años atrás, usted no podía vivir como ahora el Viernes Santo. No podía usar jeans, ni escupir, comer carne, menos bañarse o tirarse una carcajada. ¡¡¡Sí!!! como usted lo lee, tenía que concentrarse en la pasión de Cristo y sino estaba de acuerdo con respetar la tristeza de ese día, su alma era vilmente condenada al infierno.

Le contaré algunas cotidianidades vedadas por la doctrina judía en Viernes Santo y que los guatemaltecos dejaban de hacer fervientemente pero que con los años se desacralizaron porque como todo en la vida es cambiante y las costumbres no están excentas.

El baño. Ni usted ni nadie podía meterse a la regadera, el mar o la piscina. ¡¡¡PECADO!!! y con mayúscula. Si se tocaba el cuerpo al bañarse era como incitar al pecado carnal, deseos impuros, profanos, porque el origen del pecado es el cuerpo y en ese santo día había que respetar la muerte de Cristo.




Escupir. Ni siquiera se le fuera a ocurrir tirar un gargajo, una afrenta, con eso usted recreaba las crudas escenas cuando los romanos escupieron el rostro de Cristo en su largo camino hasta el monto del calvario. Mejor tragárselo antes que lo condenaran al fuego eterno.




Los niños. Pobres pequeños, que sabían ellos de la muerte de Jesús, pero sí esbozaban una sonrisa, chancleta segura porque Viernes Santo era para llorar y sufrir, el derecho a ser feliz  se perdía y quien osara agarrar un solo juguete mancillaba el padecimiento de Cristo.

La carne. Ni pensar que usted podría llevarse un bistec a la boca, sacrilegio. La doctrina judía dice que la carne es el canal de transmisión del pecado. Tanto así que en el siglo XVI se creó una polémica de que si tomar el caldo de res debía suspenderse en Viernes Santo porque el sabor se desprende del líquido de la carne. ¿Y qué cree? La iglesia ganó el pulso. Por eso es que ahora usted solo puede comer pescado del Viernes Santo, de lo contrario es un hereje.




Las mujeres. Los personajes más estresados de Viernes Santo. Tenían que correr de un lado a otro en la cocina dos días antes de Viernes Santo preparando las viandas, porque el día de la muerte de Cristo era para guardarse y no andar en oficios. Ah, pero debían servir el pescado rebosado en salsa, el curtido y las torrejas a la familia. Envueltas en trapos negros largos, debajo de la pantorrilla, tenían que rezar, y cuidar que nadie de la casa cayera en sacrilegio.

La ropa. La muerte de Jesucristo era un día de luto, los colores oscuros debían llevarse como señal de duelo y concentrarse en la Pasión de Cristo. Si vestía de colores claros, caía en rebeldía. Ahora usted va de chanclas y bermudas o falda corta y tenis a ver la procesión, pero en 1910 las mujeres tenían que llevar vestido hasta la pantorrilla y no mostrar un solo fragmento de piel, un mea culpa porque era incitador para los hombres. Ellos bastaba con que lucieran un traje formal oscuro y el cielo ya era suyo.

La música. Que sea sacra por favor, sino mejor se debían guardar los implementos de cuerda y viento para las zarabandas, porque solo las marchas fúnebres eran aceptadas ya que eran un lamento por la muerte de Cristo.

Así era el conjunto de ideas cristianas en los años 1900 hasta 1970, que es cuando comienza la influencia occidental y los jóvenes de la élite viajan a otros países y regresan con nuevos pensamientos a los que prevalecían en Guatemala y se revelan de continuar con estas formas de comportamiento.

Aunque algunas costumbres desaparecieron con el paso de los años, la comida de Viernes Santo prevalece, pero más que por temor a sumar un pecado a su vida, los guatemaltecos lo hacen por una tradición familiar.

Fuente: Anibal Choyá, Antropólogo Centro de Estudios Folclóricos (CEFOL)

             David Molina Antropólogo (CEFOL)


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