Lo que cuesta la lista de útiles, según mamá imagen

En opinión de un grupo de madres, el costo de la lista se mantuvo en la educación pública. No obstante, aumentó en la privada.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Para conocer la opinión respecto del costo de la lista de útiles acudimos a un grupo de madres elegidas al azar, la tarde del viernes. Frente a dos librerías obtuvimos una serie de opiniones que encontrará en este Relato. Nos llamó la atención que, ante la recolección de información, se nos acercó una vendedora de calcomanías y nos dio una versión extra al tema de los útiles escolares.

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La semana pasada publicamos el Relato de una directora de un plantel público y su visión de la lista de útiles. Si desea conocer su historia, haga clic en el siguiente enlace: Cuando no alcanza, o no se quiere, dar para la lista de útiles

Hoy por la mañana usted pudo encontrar ofertas de útiles en los distintos medios impresos. En nuestro caso, tomamos uno e hicimos la suma de lo mínimo que se necesitaría para comenzar el ciclo y llegar equipado a clase. Nuestra suma fue de Q270, con dos libros y una flauta, y Q174.50 sin los textos y el instrumento. Ahora bien, nos podemos poner cínicos y decir, “meeeh, lo que cuesta un cubetazo de cerveza”. Habría que preguntarse si con el salario mínimo devengado y tres bendiciones que cursen 1ro., 3ro. y 5to. primaria ese meeeeh no se convierte en, “¿de dónde voy a sacar Q810, solo para cuadernos?”. Ahora, súmele la tacita de chocolate de los zapatos nuevos, uniforme y transporte. En realidad, es un reto grande. Por ello, el estado anímico de algunas de las madres entrevistadas no era necesariamente el de una sonrisa de oreja a oreja, como si de miel sobre hojuelas se tratara.






Viernes, 14:00 horas. El agotamiento era evidente en las madres que intentamos entrevistar. Incluso nos lo indicaron: “No joven, estoy cansada”, o “gracias, pero quizá en otra ocasión”. Al mismo tiempo pudimos observar a madres que comían mientras esperaban en la cola para para recibir la mercadería comprada.

La primera madre entrevistada nos indicó que tenía dos hijos y confirmó la dificultad de adquirir la lista: “Sí, este año fue difícil juntar para sus útiles. Fue muy difícil y muy cansado. Y como yo estoy sola, me cuesta más… Yo diría que este año gasté 80% más, pero toca. ¿Qué le puedo decir?”.



Fotos: Orlando Estrada

El anterior fue el caso de una mamá cuyos hijos acuden a un plantel privado. Asimismo, en opinión de la segunda entrevistada, su inversión no fue muy distinta a la de 2016, pues sus dos hijos van a una primaria estatal: “A decir verdad, siento que me fue más o menos. No sentí mucho el cambio de precios”.

En la tercera entrevistada se repitió una condición: madre soltera. En este caso, con tres hijos y todos en colegio. “Tengo que salir adelante, pero este año las cosas se encarecieron mucho. Yo diría que gasté como 70% más que en 2016. Pero todo sea para que los patojos estudien. Ahí vamos”, afirmó.

Finalmente, la última entrevistada en la librería, quien indicó que se hacía cargo de la educación de sus dos hijos y un sobrino, recordó que, aunque 2016 fue difícil, este año debió invertir Q500 más en total para la educación de los tres menores.

Lista de útiles mínima

A la escuelita primaria mixta Nuestra señora del Relato no podrán entrar los estudiantes que como mínimo no traigan el siguiente material. No olvide que el niño que no traiga un corte de cabello de varón no ingresará en las instalaciones y las niñas deben utilizar el cabello agarrado en una cola alta. Aunque parezca broma, lo anterior lo puede encontrar en las distintas circulares de colegios privados de cualquier categoría.

Compás, Q15Q6.90Q15Q18.20Q10.90Q22.85Q6.20Q6.20Q4.10Q47.95 (a Q6.85 c/u); una resma de papel, Q24Q22Barbuchín, Q46, flauta dulce para aprender a tocar Amigo Felix, El himno de la alegría y el Cóndor pasa, Q27.50Q1.75Q1.65: todo suma Q270, pero si quitamos los libros y la flauta, es como decir Q174.50.



Las láminas costaban Q5 en 1995 y ahora cuestan Q3.

Karen, la señora que vende estampitas

Una vendedora de calcomanías, esos membretes autoadhesivos para identificar los útiles, nos preguntó qué hacíamos mientras hablábamos con los padres de familia que compraban los útiles. Luego nos dio la siguiente entrevista, ante la poca concurrencia a su puesto.Con su canasto con calcomanías como testigo, declaró.

“Huy no, joven. Este año está bien muerto. Le voy a contar. Yo tengo mi trabajo normal, pero siempre pido mis vacaciones para enero porque así vengo a poner mi puesto acá. Yo prácticamente me crié en este lugar. Por eso sé lo que le digo, este año está muerto.

Para estas fechas, las colas de papás salían de la librería. Abundaba la gente y siempre fue así, pero esta vez no. Miré cómo está, muerto. Y eso no solo afecta a la librería, también me afecta a mí. Yo vendo láminas con calcomanías de lo último que hay en la televisión y el cine. Mire, tengo a los Avengers, equipos de fútbol y novelas para niños. Pese a ello, este año, mire, me ha ido mal. Ni Q200 diarios saco.

Antes me iba mucho mejor, ¡mucho mejor!, créame. Se lo pongo así. En 1995, cuando yo me quedé sola con el puesto y mi hermana subió a la novena avenida con su canasto, yo vendía cada lámina (con 12 calcomanías) a Q5. Y diario sacaba Q1 mil 500 o Q2 mil, bendito sea dios. Pero ahora las cosas cambiaron mucho. Le bajé el precio a la lámina y ni así.

Ahora cuestan Q3, y aunque es la misma calidad de impresión, ahora solo vendo Q140, Q150 o Q200 diarios, mire. La situación está fea. Yo creo que es porque no hay trabajo. Es la única explicación que encuentro. Pero, qué le vamos a hacer, primero dios las cosas cambiarán”. 

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