Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Armando es un conductor de taxis, graduado de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) como Administrador de Empresas, quien al sentir la falta de empleo siguió trabajando como taxista.

Todo empezó cuando Armando tenía 14 años y se fue de su casa, porque su papá padecía problemas de alcoholismo y le pegaba a su mamá, además en su casa pasaban muchas penas económicas porque el único que trabajaba era su padre.

Desesperado y angustiado decidió irse de su casa y empezar a trabajar, las primeras noches fueron las más duras, pues al principio tuvo que dormir en las calles de la zona 1.




Encontró trabajo como ayudante de panadería.

Se levantaba a las 3:00 a.m. y se iba a costar a las 22:00 horas.

De pronto, logró encontrar un cuarto para vivir, compró una cama pequeña y una televisión, eso era nada más lo que tenía en su habitación. Así pasaron algunos meses, él continuaba viviendo en la habitación y trabajando en la panadería.

Hasta que los dueños le dijeron que ya no podía seguir trabajando con él, porque se iban a regresar a vivir a San Marcos de donde eran originarios.

Armando se quedó sin trabajo y con deudas que pagar, pero no se dio por vencido y empezó a estudiar, él únicamente había llegado a 6to. primaria antes de irse de su casa.

Encontró trabajo en una ferretería de barrio donde ganaba Q50.00 quincenales.

Regresó a los estudios en la jornada nocturna y pasaron 4 años y se graduó.

Por la cabeza le pasó intentar meterse a la universidad, pero en ese momento solo fue un sueño.

Pasaron 10 años después que se graduó y mientras en la ferretería le enseñaron a conducir.

Lo que ganaba no le alcanzaba y decidió que era el momento de cambiar de trabajo.

Encontró un taxi para ser conductor y, hablando con un pasajero, le dijo que nunca era tarde para empezar la universidad, ese día cambió su vida. Por la noche alistó sus papeles y muy temprano a la siguiente mañana salió con rumbo a la USAC.




Se hizo todos los exámenes y ganó el privilegio de ir a la U.

Mientras él seguía trabajando como taxista, su sueño era ser un Administrador de Empresas y ganar mucho dinero.

Al fin logró graduarse después de 9 años de estar en la universidad y con mucho esfuerzo terminó.

Pero en los primeros trabajos a donde fue a solicitar, la respuesta era no, por la edad que tenía, pues a la fecha ya contaba con 38 años y las empresas buscaban personas de 25 años con experiencia.

Al darse cuenta lo difícil de buscar trabajo en algo que él no tenía experiencia y edad siguió trabajando como taxista.

Han pasado 10 años que se graduó de la universidad y no ha logrado laborar como Administrador.

Decidió que su trabajo sería conductor de taxi.

Ahora hace su trabajo con la mejor actitud y, aunque tenga una licenciatura, no ha sido suficiente para conseguir un empleo diferente. 




Todas las noticias, directamente a tu correo

Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

Haz click aquí
Comparte
Comparte