La justicia en mano propia imagen

Ante las extorsiones puede que nazca el deseo de tomar la justicia con mano propia, pero es un error. Velar por el cumplimiento de la ley es trabajo de la PNC, entre otros, funcione o no.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

El tiempo camina y a su paso le nacen nuevos bríos a las extorsiones en Guatemala. Desde las clásicas a pilotos de camionetas, comercios o casas, a una que va en aumento en el país: la extorsión al usuario del transporte público. Este Relato es consecuencia de la frase “Q5 por cabeza y no les hacemos nada” y de un post en Facebook en busca de “hombres huevudos” para bajar de los buses a los asaltantes.

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No hace mucho, en redes sociales navegó un post que invitaba a tomar justicia con mano propia. La publicación solicitaba tres personas huevudas para hacerse cargo de los “asaltantes pegamenteros” que en la 18 calle y el Bulevar Los Próceres exigen Q5 por persona. A todas luces, esta es una invitación a convertirse en un vigilante clandestino, mas debería meditarse un poco tal intención.

En un escenario como el que plantea Frank, podría verse como una acción ilegal; ser parte de grupo autodesignado para convertirse en juez y parte del aparente cumplimiento de la ley y sin autoridad legal podría meter en problemas al ciudadano entusiasta y deseoso de justicia. Sin embargo, esta situación debe verse como un síntoma. Pongámonos en los zapatos de este ciudadano. Venís de tu trabajo, acaba de pasar quincena y entre las posesiones que llevás encima están el bolsón con tus cosas de la universidad: smarthphone, billetera con papeles, tarjetas de débito y algo de efectivo.

De pronto suben dos sujetos y gritan: “¡Bueno, hijos de la gran puta. Queremos Q5 por persona y no les va pasar nada! ¡Vivos, si no les quitamos todas sus mierdas!”. Ahora, mientras leés la nota, respondete: ¿qué harías? ¿Llamar a la policía? ¿Arriesgar tu vida? ¿Dar los Q5, si es que los tenés? En el caso de Juan Pablo, a quien le ocurrió esta historia, nos relata: “Yo di los Q5. Hasta ganas de darles las gracias me dieron por ser tan conscientes. Es que mirá, mano, esto no se va a arreglar, y si con Q5 evito que me disparen, no pierdo el celular, ni el DPI, que se los lleven. ¿Lo que significa quedarte sin DPI, más ahora que no te lo dan rápido? ¡Que se lleven los cinco pesos, total no tardarán en terminar muertos!”.






Fotos: Orlando Estrada



Puede que esas sea una reacción y una visión demasiado exageradas, pero una vez más, ¿qué harías en una situación similar? Repitamos el escenario, pero esta vez estás enojado y escuchás la amenaza. Sube tu presión arterial y entonces con la cabeza caliente tu lógica se reduce y tus decisiones son menos conscientes, la adrenalina aumenta y por tanto el miedo desaparece y decidís tomar justicia con mano propia. Y te dejás ir. Aceptémoslo, no es la decisión más acertada. Primero porque una acción ilegal no puede ser contrarrestada con otra. La ley lo dice. Es la policía la que debe hacerse cargo.

Claro, el post de Facebook que generó esta noticia es una invitación a la violencia, incluso con roces de anarquía, pero seamos justos, digamos que es una buena intención, pero nada más. Pero si aún no lo ha hecho, al marcar al número que aparece en el post, este está desconectado. Sin embargo, con un poco de suerte logramos contactar a Frank, con la intención de entrevistarlo. Al marcarle al nuevo número, nos propuso otro día para realizar la entrevista.

DEl MP a la PDH

Al no tener la entrevista con el aspirante a vigilante lo antes posible, esta nota empezaba a caer. Tocaba entonces marcar al 2411 9191 de Ministerio Público. El fin era conocer qué diría la autoridá ante una acción como esta. Luego de 8 llamadas, por fin logramos hablar con el departamento de Información y Prensa de la cartera en cuestión y nos topamos con la siguiente respuesta: “Para recibir información de estadísticas de extorsiones o de cualquier otro tipo, debe enviar un correo a info@mp.gob.gt solicitando el período y región específica de lo que solicita y en 10 días plazo recibirá la información”… Ahí te contamos si nos responden.



Efectivamente, cinco días después de la solicitud, recibimos un correo con la información solicitada. “El motivo del presente es en cumplimiento de la ley de acceso a la información pública, notificar la resolución de su solicitud de la cual puede descargar en el archivo adjunto”.

***

“Una vez vi a un par de pisados pedirle dinero al chofer de la camioneta para seguir chupando, y como el chofer les dijo que no tenía, le enseñaron una pistola y se bajaron. Sin embargo, ver extorsionar, propiamente dicho, no he visto. Eso sí, en la ruta 73 han matado a varios choferes por esa onda. Este bus va de la 1o. de julio a la zona 1, vía periférico y el Naranjo. Otra cosa que he visto es que en la Castellana, cerca de la estatua de Tecún Umán, se suben varios sujetos a decir que acaban de salir del bote, que buscan una colaboración, etcétera. Y yo pensando: ‘¿Y qué querés, que te aplauda?’, ja, ja, ja,’. Por lo general, estas situaciones se dan cerca de los puntos de crack, o de las tiendas-chupadero de mareros, por si querés hacer la relación, de eso estoy seguro… Ahora, con esa publicación de Facebook de la que me hablás, pues ojalá lo hagan. Sí he escuchado eso de los pisados que suben a pedir de Q5 a Q10”, Armando.

“Hace como dos semanas llegué a la tienda y en la banqueta (la tienda tiene reja) había un patojo con aretes y chumpa. Debajo de la chumpa de cuero se veía la cacha de la pistola. Le dijo al patojo de la tienda: ‘Vengo por mis cien quetzales de la semana’… el otro se puso pálido. Ahora ya no está, dejó el trabajo. Ahora tienen a un niño como de 12 años en su lugar”, Stela.

Si bien el post en cuestión acusa a la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) de tener conocimientos y no hacer nada, pues lo primero que pensamos es en que la procuraduría no tiene relación con el tema. En buen español, no tiene vela en este entierro. Pero como una de las instituciones mencionadas es la PDH, hablamos con Édgar Guerra, defensor de los usuarios del transporte público de la PDH, quien nos desarmó el escenario y nos explicó qué sucedería en la propuesta que plantea Frank.

“En primer lugar enfoquémonos al tema del fenómeno social, al de las extorsiones de cualquier tipo, y hablemos de las funciones del Estado por medio de la Constitución Política de Guatemala. Esta le da a cada institución una función y la de la PDH está clara, supervisión de la administración pública. La PDH no puede intervenir en temas jurisdiccionales de captura, consignación o proceso legal. Eso le competería la Ministerio Público y al Ministerio de Gobernación, por medio de la PNC. Ese es el trabajo de ellos, es la persecución penal de estos presuntos delincuentes, extorsionistas.

La PDH lo que hace es poner el dedo en la llaga, señalar qué no está haciendo el Estado a través de la institucionalidad, en este caso representada por el MP, que es el ente de investigación, y la PNC, que debería perseguir a estos delincuentes. Seguimiento por medio de las autoridades correspondientes, Director de la PNC, Viceministro de Seguridad, Ministro de Gobernación, fiscal contra las extorsiones, pues ellos deben llevarlo con mayor eficiencia”.

Los mega allanamientos 
En 2016 se registraron cuatro mega allanamientos que terminaron en la captura de cerca de 300 personas vinculadas con extorsiones a transportes públicos. Este año ya se realizó uno.

¿Qué pasaría si Frank reúne su escuadrón y todo sale mal? 

Si Frank lo logra, acude a lugar, sube a un bus con su grupo, bajan a los presuntos extorsionadores y los vapulean, esto podría ser visto como un linchamiento, la PNC terminaría llegando y, al final, sería un escenario en el que la PDH podría terminar envuelta. Édgar Guerra nos explica que, en ese sentido, el fin de la PDH es el de velar por los derechos del ser humano y del sentido a la vida, a la integridad de la vida humana. Entonces, en este escenario, la persecución penal va hacia los dos grupos, presuntos extorsionistas y presuntos vigilantes. 

“El Estado vela porque haya armonía y paz en la sociedad y también más allá de eso, que se cumpla la ley. Por tanto, no puedo justificar como ser humano realizar un tipo de justicia al margen del Estado de Derecho y la institucionalidad del Estado. Si sucede el escenario que Frank propone, terminaría arrestado junto con los extorsionistas que pretendía combatir, casi que en la misma patrulla.

No es correspondencia de él como ciudadano. Él tiene el derecho y la obligación de exigir a las autoridades que hagan algo. Es su derecho, y las autoridades deben cumplir con lo que la ley les manda. Como PDH no podemos arrestar a nadie, y es que, además, las instituciones pueden hacer lo que la ley les permite. 

El enfoque del ciudadano se limita a hacer solo lo que la ley permite, si no se volvería una anarquía. Para eso existen el Estado, las leyes y las normas. Él, en esa actitud, generaría una conflictividad posterior, lo imitarían. La idea sería hacer que el Estado funcione y que todos pongamos de nuestra parte para que todo funcione de una mejor manera, algo más civilizado y armonioso”.

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