“El amor es lo esencial, el sexo solo accidente. Puede ser igual o diferente. No es el hombre un animal, sino carne inteligente, por suerte, a ratos doliente”, Fernando Pessoa
Son 10 años de matrimonio y parecía que “la llama de la pasión se había apagado”, él trabaja en una fábrica en la zona 18 y ella, desde que se casó, está dedicada a su familia. Para esta historia decidieron mantenerse anónimos porque “les da pena”, les pondremos por nombre ficticio Ericka y Daniel.
Ericka dice que “todo empezó desde que su último hijo nació”, desde entonces no ha habido nada entre ellos, su esposo se dedica a trabajar todo el día y casi no se ven, solo por la mañana y la noche. Ella por su parte, está al cien por ciento dedicada a sus 3 hijos.
“Ya no es lo mismo, apenas si nos damos un beso”, indica Ericka. “Somos conscientes que la mayoría de relaciones parece ir apagándose luego del matrimonio”, comenta José Díaz Morfa, asesor de la Asociación Mundial de Psiquiatría. Agrega que esto se debe a “la valoración que hacen las parejas de la sexualidad dependiendo de su grado de satisfacción. Cuando esta funciona le conceden mayor importancia”.
El psiquiatra explica que: “La disfunción sexual más frecuente, tanto en hombres como en mujeres, es el trastorno del deseo. Sus causas pueden ser físicas o psicológicas y la monotonía es el enemigo a vencer”. “Además de que el factor sorpresa se ha perdido”.
Daniel nunca habla del tema “porque los niños lo pueden escuchar”, es un hombre bastante serio. Pero lo importante de la historia no es saber las razones por las que se pierde el deseo, mucho menos hablar de lo mal que la pasan sino más bien relatar cómo Ericka revivió esa “chispa”.
“La idea me la dio una amiga y a mí me parecía una locura”, “ella dice que la manera en la que te desnudas ante un hombre puede hacer que un encuentro sexual se convierta en lo mejor de tu vida”. Ericka decidió hacer, lo que para muchos aún es un tabú: un striptease.
Lo primero que hizo fue acondicionar la habitación para su esposo: unas velas, decoración sexy, un aroma de encanto y una luz tenue, además de una buena playlist.
Luego se mentalizó para lo que estaba a punto de ocurrir. Así que fuera complejos, eso de los kilos de más o la celulitis no tenía que ser un obstáculo, al contrario ella dice que al desnudarse “se sintió la mujer más bella del mundo”.
Por último, consiguió el outfit perfecto: ropa interior de encaje que le entallaba muy bien a su cuerpo, cubierta nada más que por una bata. Y comenzó el show, ella mandó a los niños con su tía y todo estaba listo.
Cuando Daniel entró se percató del aroma de la casa, se acercó a la habitación y lo primero que visualizó fue la luz que cubría la cama llena de pétalos de rosa. De pronto, vio entrar a su esposa con ese look tan sexy y lleno de vida, ella se acercó a él y sin decir palabra alguna le mordió los labios.
De inmediato, él reaccionó y quitándose la corbata, la tomó por la cintura y la besó como nunca, ella se dejó llevar y empezó con su striptease. Luego, lo sentó a la orilla de la cama, mientras se quitaba las prendas con suavidad, dejó caer el tirante de su brasier y ese fue el detonante de todo.
“La relación mejoró mucho luego de esa noche”, dice Ericka. ¿Fue el striptease? O él valoró el esfuerzo de su esposa, lo que haya sido provocó que su matrimonio tuviera “un toque diferente” y que ambos encendieran lo que un día se había apagado.
“Tu cuerpo es el infierno donde quiero arder”, Danns Vega, comunicólogo.