Miedo y pánico de guatemaltecos en avión con fallas mecánicas imagen

¿Cómo reaccionarías al ver fuego en el motor del avión desde la ventanilla? Esto le sucedió a un grupo de guatemaltecos cuando regresaban de la JMJ efectuada en Panamá.

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La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), celebrada en Panamá, fue la excusa de cientos de jóvenes guatemaltecos para viajar en el comienzo de 2019. Junto con la oportunidad de estar en una misa celebrada por el Papa Francisco, la JMJ es un momento para convivir con otros católicos de todas partes del mundo.

Desde adolescentes hasta jóvenes adultos no perdieron el tiempo para juntar suficiente dinero y pagar un boleto aéreo hasta la Ciudad de Panamá. Entre los cientos de guatemaltecos que realizaron sus maletas para este evento, José Sequén partió hacia el país del Canal con la ilusión de “ver al Papa y celebrar su fe en Cristo”.

El tour acabó y el Pontífice partió de vuelta hacia la Ciudad del Vaticano, tras convivir con la juventud católica mundial. Sequén y el grupo de chapines al que acompañaba, también debía regresar. Pero como toda aventura siempre tiene un fin, aún les esperaba una prueba más de fe.

El vuelo de Copa Airlines CM 359, que les fue asignado para volver a casa, estaba programado a las 9 horas del 31 de enero, en un viaje directo desde Ciudad de Panamá hasta el Aeropuerto Internacional La Aurora, en la capital guatemalteca. Un viejo Boeing 737-800, de producción estadounidense y muy común entre las aerolíneas de todo el mundo, sería el aparato que acabaría con la aventura.




Sequén ingresó junto a varios peregrinos de la JMJ y las bromas seguían, incluso, antes de comenzar el vuelo. “Aún estábamos alegres cuando comenzó el vuelo de regreso. Muchos seguíamos hablando tranquilamente sobre las mejores experiencias durante nuestra estadía”, recuerda.



Foto: Commons Wikipedia

Con permiso para despegar, la velocidad del avión comenzó a incrementarse hasta dejar de tocar el suelo. Mientras, Sequén grababa su experiencia en el interior de la aeronave con su teléfono celular apuntando justo al ala.

Turbulento despegue

La distancia en pies hasta el suelo comenzaba a incrementarse cuando, repentinamente, fuertes sonidos y golpes enmudecieron a algunos pasajeros. “Comencé a ver por la ventana y podía observar fuego saliendo del motor. No estaba acostumbrado a viajar mucho e incluso pregunté si era algo normal. Rápidamente alguien contestó que no era algo común”, afirma Sequén.

El aparato continuaba grabando mientras se podían ver los intentos del piloto por recuperar su propulsor al subir y bajar constantemente la velocidad. “Yo no sabía qué pensar, solo podía ver el fuego y traté de no entrar en pánico. Incluso, seguíamos haciendo bromas mientras todo se normalizaba. Hablábamos a la cámara diciendo nuestros nombres y de qué país éramos, en forma de chiste”, agrega. Sin embargo, poco se trataba de una broma cuando comenzaron los procedimientos de emergencia.




En ese momento las palabras del capitán del vuelo sonaron dentro de la cabina de pasajeros. “El capitán dijo que el vuelo tenía algunas fallas mecánicas y que tendríamos que regresar a Ciudad de Panamá, que siguiéramos las instrucciones de las azafatas en caso de una emergencia. Creo que en ese momento fue donde realmente me asusté, pues una amiga que estaba junto a mi asiento empezó a sentirse mal y casi a entrar en pánico. Las azafatas caminaban por la aeronave diciendo que no era algo extraño y que debíamos estar tranquilos, pero cuando se alejaban podía ver sus rostros de preocupación. Algunos gritaban mientras regresamos y eso me contagió de cierta manera su miedo”, recuerda.

“Podía sentir cómo constantemente subía y bajaba el avión. Recordé algunas frases de mis abuelos sobre la muerte y que no debíamos temerle. Apreté lo más que pude el cinturón de mi asiento para tratar de calmar mis nervios. Soy muy religioso y comencé a rezar mientras intentábamos aterrizar. No paraba de hacer mis plegarias, hasta que tocamos suelo y sentí cómo todo el peso del miedo que tenía se esfumó”. – José Sequén

Al regresar al Aeropuerto Internacional de Tocumen, en Panamá, los planes de emergencia se pusieron en marcha en caso de un incendio o explosión. Por otro lado, Sequén afirma: “Podía ver desde mi ventanilla cómo los bomberos y las ambulancias esperaban a que se detuviera el avión”.

Hora de abandonar la aeronave

Los pasajeros y tripulantes comenzaron a abandonar el avión y llegaron de nuevo a la terminal aérea. Algunos recibieron atención médica para calmar los nervios. “Cuando estábamos esperando una respuesta por parte de Copa por el accidente, me encontré al copiloto y no dudé en enseñarle el video. Él se miraba agitado y un poco nervioso. Tras ver el filme, me respondió que era la primera vez que le pasaba algo así y que, mientras sucedía todo, él también se asustó por lo sucedido”, expone.

Miembros de Copa Airlines llegaron con los pasajeros para asignar otro vuelo de regreso a Guatemala. “Honestamente, no quería volar en ese momento, pero los empleados de Copa insistieron en que debíamos hacerlo en el siguiente viaje, aunque varios seguíamos muy asustados por lo sucedido”, explica Sequén. Una hora después del accidente y justo al mediodía, aquel grupo de peregrinos guatemaltecos enfrentaron sus nervios y abordaron otro aparato para intentar regresar nuevamente a su país.

“Tuve la oportunidad de ir a la JMJ para experimentar alegría, hablar del Papa y del Santísimo. Muchos decían que gracias a las bendiciones recibidas durante la JMJ fue que no pasó nada”, afirma Sequén. Sin embargo, en los próximos vuelos “recordaré perfectamente lo que ocurrió al regresar de Panamá y el miedo que sentí. Nadie cree que puede estar en un accidente aéreo o sufrir fallas mecánicas en pleno despegue. Puede pasarle a cualquiera”, señaló el viajero guatemalteco.

¿Cómo habrías actuado en una situación de peligro dentro de un avión?

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