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Diego y Jorge eran primos; un sicario los mató y luego fue condenado a 32 años de prisión

Aquella noche, Diego y Jorge cenaban en su abarrotería cuando, de repente, una bala impactó en el estómago del segundo y dos en la espalda del primero. Ambos cayeron inmediatamente al suelo.

Su asesino, un joven de 23 años que corría con el arma en la mano, sin pensar que más adelante iba a ser capturado por la policía.

Él había llegado a local para acabar con la vida de quienes eran primos.

¿Pero… Quiénes eran estos jóvenes, a quienes se les arrebató la vida en cuestión de segundos?

Diego tenía 26 años. Era un chico que quería ser de todo para salir adelante en la vida.

Era hijo único, nacido prematuramente. Creció sin su padre, y su madre le guio por la vida para ser un buen ciudadano.

Estudió para chef en el Instituto Técnico de Capacitación (INTECAP), donde sacó el curso de panadería. 

Esa fue la primera de otras profesiones que tendría. Diego soñaba con ampliar su casa, para que su madre viviera más cómoda. Decidió terminar una carrera universitaria que le generara más ingresos, y así fue como comenzó sus estudios de Administración de Empresas.

Pero Diego era inquieto y en el proceso de estudiar, se enteró de que podía tomar un curso de inducción para guardia penitenciario.

Hizo el curso y en 8 meses ya estaba trabajando en Mazatenango, custodiando reos. Jorge, en cambio, era un poquito diferente.

Su madre era una mujer que había enviudado cuando él tenía 18 años, por lo que el joven tuvo que asumir la responsabilidad de su casa.

Su madre le había sugerido abrir una abarrotería y que él fuera quien la atendiera.

Los primos vivían en el mismo sector de la zona 6. La familia de ambos, incluyendo otros tíos, también habitan en ese sector.

Jorge tenía 32 años y era un apasionado del fútbol; tanto, que se integró a la especial de Comunicaciones cuando era más joven.

A sus 18 años tuvo que abandonarla, debido al fallecimiento de su papá. Aun así, no dejó del todo la pelota y siguió jugando en la liga de aficionados.

Jorge, todos los días abría su negocio; era puntual, y lo cerraba entre 8 y 9 de la noche.

Aquel fatídico día le había dicho a Diego que lo acompañara a cenar en la abarrotería, un lugar a donde muchos jóvenes llegaban a tomarse una gaseosa o una cerveza para luego platicar por horas.

Estaban solos cuando ocurrió el hecho. El hombre se acercó y accionó el arma sobre sus víctimas. Los bomberos llegaron a auxiliarlos y aunque los primos iban con vida al hospital, Jorge fue el primero en morir; 8 horas después, Diego dejó de respirar.

Ambos primos dejaron, aquel junio de 2018, a dos niñas en la orfandad.

Su asesino fue capturado y sometido a un atropellado juicio, donde la madre de Diego batalló para hacerle justicia a su hijo y a Jorge.

La sentencia recibida: 32 años por los dos asesinatos

Y aunque se logró hacer justicia, dos madres, dos esposas y dos hijas se quedan sin sus seres queridos, a quienes ahora recuerdan por el amor que se tenían y a quienes les truncaron su futuro en un país donde la juventud vive expuesta todos los días.

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