Odilia es una mujer que tiene un puesto de tortillas cercano a la casa de mi tía, ambas residen en zona 5 y desde que ella se mudó ahí todos la conocen como “doña Odi”. Es originaria de San Marcos, pero se vino a la capital cuando tenía apenas 20 años, es madre soltera de 2 hijos.
Los vecinos dicen que es “muy amable y sonriente”, aparte de que sus “tortillas son buenas”, además tiene un pequeño puesto de verduras y artículos de primera necesidad. Ella trabaja muy duro para poder mantener a sus niños, todos los años viaja para estas fechas a ver a su mamá.
“Son 8 horas de camino hasta allá”, los tres salen a las 5 de la mañana de su casa para llegar a su destino a las 2 de la tarde aproximadamente, ellos ahorran todo el año para poder llevarle algo bonito a su familia. En San Pablo, San Marcos pasan Navidad y Año Nuevo.
Arturo, el hijo de doña Odi es el que más disfruta del viaje, y uno de sus sueños es comprar un carro para que su mamá ya no pague pasaje ni se arriesguen, pues cuentan que hace dos años en el bus que abordaron les sucedió una tragedia.
Los tres subieron el bus a las 6 de la mañana, como todos los años para estas fechas, en las cuales es toda una odisea poder irse, ya que la gente se amontona y los pasajes suben. “Llevábamos tres cajas y un costal, más una mochila en la mano”, la camioneta iba sobrecargada, porque era una ruta que requería transbordo en San Marcos.
Cuando llegaron a Chimaltenango, el bus empezó a tener desperfectos, los bajaron por alrededor de 40 minutos. Por fin parecía que todo iba bien, cuando llegaron a Xela, hizo una parada para que se bajaran al baño o a comprar cosas, los tres descendieron a comprar comida, su error quizás fue dejar la mochila sobre su asiento para que nadie les “robara el lugar”.
“No nos tardamos mucho porque sabemos cómo son los buses”, les faltaba alrededor de 4 horas para llegar, unos kilómetros adelante una mujer bajó con su niña pequeña y le dio al ayudante un rollito con algo envuelto.
Poco a poco los pasajeros empezaron a darse cuenta que sus bolsas estaban abiertas, incluyendo la de Odilia. “Llevábamos Q500”, la mochila de ellos estaba abierta, nada quedó, así como ellos a varios pasajeros les sacaron su dinero.
Aunque todos reclamaron, el chofer les dijo que “él no era responsable por el robo”. Odilia dice que el ayudante solo agachaba la cabeza. No recuperaron nada, sus cajas llegaron todas “apachadas” y les cobraron Q5 más de pasaje de lo habitual.
Los días de fin de año son los más transitados, por ello las autoridades de tránsito junto con la Procuraduría de los Derechos Humanos realizará operativos durante estas fechas, en las rutas principales del país: ruta al Atlántico, carretera Oriente, Occidente y ruta a Escuintla. Estos operativos serán permanentes durante las fechas.
Las autoridades hacen el llamado para que, si viajas, denuncies cualquier anomalía como incremento a la tarifa o abusos.
Para ellos, los que se aprovechan de los demás, los que siempre buscan lo fácil no hay tiempo de Navidad, ni mucho menos de solidaridad sino más bien es tiempo de acechar.