Geordani Castillo se debatió entre 2 opciones cuando cumplió 17 años, ya que buscaba un empleo o ponía un negocio, pero el dinero fue el principal problema para comenzarlo. No quería un jefe, tampoco un horario de entrada y salida.
Tuvo muchas ideas que no concretaba, pues aseguraba que tenía todo el tiempo del mundo para cumplir sus sueños.
Siempre imaginó su trabajo soñado, en donde tuviera disponibilidad de tiempo, uno que no sintiera que la vida se le iba sin un propósito.
Un amigo le presentó una propuesta, Zrii una empresa en donde podría crecer y ganar miles de quetzales.
Geordani, ansioso, fue a conocer de qué se trataba y se enamoró de la compañía. Le vendieron la idea de laborar en un lugar donde podría crecer, sin horarios, ataduras y sobre todo con ingresos altos.
El joven empezó con su familia cuando puso a prueba su capacidad para atraer a más personas. Sus familiares dudaron sobre su labor, pero con el tiempo Geordani ganó un nombre adentro de la compañía.
Poco a poco escaló de estrella en estrella, logró avanzar hasta ahora a la número 7.
“Ha habido días donde me quedo sin comer, pero no es porque esté mal en el negocio, sino porque me gusta invertir dinero en más proyectos”. Geordani Castillo
Él lleva más de cinco años en Zrii, tiempo en el cual ha cumplido varios sueños, como adquirir el carro que siempre había querido.
Viajar por el mundo y conocer diferentes culturas.
Y sobre todo conoció a Bill Farley, fundador de la empresa, quien le entregó un reconocimiento a Castillo por su valiente aporte a la empresa en Latinoamérica.
“Yo no sé dónde estaría, si no fuera por Zrii. La compañía me ha dado lo que siempre soñé y hasta más”.
Castillo logró sus sueños vendiendo los productos y que más personas se unieran al sueño de pertenecer a Zrii.