Siete años después, cae la farsa de los Valdés imagen

Los mantuvieron en prisión, les vedaron su derecho al trabajo, los difamaron y expusieron a la condena pública. Siete años después, el juez: “No hay pruebas para llevarlos a juicio”

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Las palabras del juez Mynor Moto dieron una pausa al calvario que una familia guatemalteca vivió durante los últimos 8 años. La clausura provisional del proceso en contra de los hermanos Valdés Paiz, acusados del asesinato de Rodrigo Rosenberg, presentado por CICIG y el Ministerio Público se derrumba.




La historia de estos dos hermanos no es diferente a las más de 12 mil que el sistema judicial de Guatemala tiene entre manos. En abril de 2015, el Procurador de los Derechos Humanos, Jorge De León Duque, denunció las debilidades del sistema de justicia donde ésta no ha sido Ni Pronta, Ni Cumplida.

Para ese entonces el 42 por ciento de los detenidos (unas 3 mil 100 personas), habían guardado prisión preventiva por lapsos de tiempo de entre 12 meses y 6 años, sin que sus casos fueran escuchados por un juez. De León Duque recomendó al Organismo Judicial tomar medidas para acelerar los procesos y así evitar el retardo malicioso en la administración de justicia y caer en ilícitos.

Testigos hunden a la CICIG y el MP

Estuardo y Francisco Valdés Paiz, permanecieron 36 meses detenidos en el Cuartel Mariscal Zavala, a la espera de ser escuchados por un juez. Recursos, medidas dilatorias y maniobras dignas de una novela de intriga detuvieron su acceso a la justicia.

Los pilares de la acusación en contra de los Valdés Paíz, fueron presentados y uno a uno estos recibieron una explicación. Sin embargo el ente investigador internacional y el MP se negaron a aceptar los hechos.

“Ellos eran culpables”, sostuvo la parte acusadora. Sin embargo el palacio de cartas de CICIG y el MP se desmoronaba.

El primer testigo y colaborador eficaz de CICIG y MP en abandonar el barco, fue Manuel Cardona. Cardona dijo en un video que fue amenazado por el MP y la CICIG para implicar a los hermanos en el crimen. (vea aquí el video)






Otro colaborador eficaz, uno de los sicarios que habría asesinado a Rosenberg, Luis Mario Paz Mejía, cambio su testimonio. Paz Mejía, a quien le fue conmutada la pena de 38 años de cárcel, aseguró que el fiscal Rubén Herrera y algunos miembros de CICIG le obligaron a involucrar a los hermanos Valdés Paiz.

Una familia desgarrada

Junto a los hermanos Valdés Paiz, sus familias han pagado el precio de un sistema fallido. Uno, donde la voluntad de un ente investigador pesa más que cualquier prueba o proceso legal. Luis Marroquín, abogado, asegura que el sistema castiga a todos sin excepciones, incluso la misma justicia se ve sacrificada en nombre de intereses particulares, en este caso los del MP y la CICIG.

Hijos, esposas, sobrinos y amigos cercanos a la familia han permanecido junto a los hermanos, pero el tiempo perdido “hasta los santos lo lloran” reza el refrán. En una entrevista con los hermanos, durante su estadía en la cárcel, revelaron la frustración que el negarles el acceso a la justicia les provocó.

Más aún la destrucción del tejido familiar. “Hemos perdido tiempo con nuestras familias, ver crecer a nuestros hijos y eventos importantes que no se repetirán” lamentaron. Sin embargo el encierro dejó una cicatriz que la familia llevará por el resto de sus vidas.

Última llamada

Durante ocho años la CICIG y el MP no han logrado probar la participación de los hermanos Valdés Paiz, en el asesinato de Rodrigo Rosenberg. Sin embargo han mediatizado un proceso y buscado la condena por medios de presión, como lo han demostrado los colaboradores eficaces.

La resolución del juez Moto fue clara, aseguró Sergio Antonio Escobar abogado defensor de los Valdés Paiz, “no hay un sólo medio de prueba que justifique la acusación presentada”. Escobar dijo estar preocupado pues hasta el momento no se sabe cual será el proceder de la CICIG y el MP.

“Ahora el MP puede impugnar la resolución del juez o bien cumplir con la orden de buscar medios que respalden la acusación” aseguró. Lo cierto es que sí durante ocho años no han logrado probar sus teorías, es difícil que en tres meses lo puedan hacer, dijo.




Francis Valdéz, quién tenía 20 años cuando murió Rosenberg, entiende hoy mejor lo sucedido. A sus 28 años la resolución del juez, en el caso contra su padre, le revela que todavía hay quienes buscan la verdad y no toman la justicia a la ligera. 

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