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Eran las 6:00 de la mañana cuando el Ministerio Público informó que estaban haciendo 3 allanamientos, para poder capturar al supuesto responsable de atropellar a más de 10 adolescentes. Uno de los puntos donde se desarrollaron las diligencias era una iglesia evangélica, el presupuesto responsable era el hijo del pastor.

El capturado era nada menos que un joven de 24 años, Jabes Emanuel Meda Maldonado, quien en su desesperación por llegar a trabajar, no le importó pasar sobre los adolescentes que exigían sus derechos en su centro educativo.

Ese no fue un día como cualquiera, ese día cambio la historia de una niña de 15 años que peleaba por sus derechos. Esa niña este sábado por la mañana falleció.

El Ministerio público no se detuvo realizando los allanamientos y de repente apareció el responsable, ese joven que al llegar a la torre de tribunales iba con una sonrisa, como si no hubiera hecho nada malo.

Él llego con un sudadero azul y  cara de que no mata a una mosca, pero él le arrebato los sueños a una niña, ella que quería ser una profesional y tenía aspiraciones en la vida. Sueños que se quedaron destrozados en el pavimento frente a su centro educativo.




Ella murió por la mañana, él se entregó por la mañana, ahora está a la espera de ser escuchado por el juez de turno, pero como el lunes es 1 de mayo, ese joven, al que no le importó atropellar estudiantes, podría pasar hasta el martes en una carceleta.

Cualquier castigo podría ser poco al dolor que ha dejado en una familia, en un centro educativo y en un país, donde la tolerancia sólo se predica pero no se practica. Ese hijo de un pastor religioso ahora está señalado de asesinato, luego de varios días de espera, por fin el crimen tiene cara, una cara de niño que parece no mata ni una mosca, pero que si le quitó la vida a una estudiante. 

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