¿Un cafecito en el tráfico? El profe Gerardo te lo sirve imagen

Mientras las personas están en el tráfico el profesor Gerardo les sirve algo calientito. El congestionamiento vial siempre está a su favor, esta es su historia.

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Mientras las personas están en el tráfico el profesor Gerardo les sirve algo calientito. El congestionamiento vial siempre está a su favor, esta es su historia.

Gerardo López tiene 37 años, se graduó de maestro de educación física y cuenta con un profesorado de enseñanza media por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Por años se dedicó a trabajar como maestro y coordinador de deportes en colegios privados.

Conforme iban pasando los años y las necesidades de su familia lo requería se daba cuenta que los trabajos que tenía no cumplían con sus expectativas salariales. Pagar el colegio de su hijo de 13 años, los gastos de la casa y el transporte cada día salía más caro.

Un día parado en el tráfico se le ocurrió una idea, ¿Qué tal un cafecito caliente en la mañana?. Había un lugar ideal para su emprendimiento: en el cruce de San Miguel Petapa para Villa Canales el policía de tránsito daba más prioridad hacia una vía que la otra.

“Empecé a prepararme y el primer paso era estudiar la factibilidad del negocio” dice. El siguiente día se fue a parar enfrente del policía y con el cronómetro de su celular calculó el tiempo, dependía de la generosidad del agente pero tenía hasta 10 minutos para servir el café.

El terreno no estaba del todo listo, él no conocía nada de la bebida que iba a vende,r entonces en Anacafé estudió un módulo que lo acreditó como técnico de barista, los olores del café lo llevaron a soñar en su negocio y llevarlo al siguiente nivel.



Durante los dos años que lleva dentro del tráfico ha hecho amigos invaluables. Aquí con Federico y Amelia.

El profesor cafetera

Para el profe Gerardo era importante la movilidad entre los carros, buscó en internet y encontró unas mochilas cafeteras ideales para su emprendimiento. Su hermano que reside en Estados Unidos le propuso prestarle el capital y le envió dos de esas y tres tanques más por aquello de que la demanda creciera.

En cuanto las tuvo en sus manos las llenó de agua caliente y salió a caminar por su colonia. “Necesitaba saber cuánto duraba el agua caliente y cuánto soportaba con la cafetera en hombros” comenta.

Ya con todo medido y calculado el siguiente lunes salió a la calle, se levantó a las 5 de la mañana a preparar el café y decidió que el día de su debut sorprendería a los conductores con “shots” de café gratis.

En cuanto llegó a la esquina demonios se apoderaron de su mente y su ego. “Eres un profesor, has sido coordinador en varios colegios, fuiste a la universidad”, eran como martillazos que le hicieron retroceder algunos pasos mientras tenía la mochila en hombros.

Reconoce con humildad que “se chivió” pero aun así trató de ignorar esos pensamientos negativos y caminó con firmeza hacia los carros. Para su desgracia los filtros de la mochila no funcionaron, ni los del segundo ni tercer tanque. Logró servir uno con suerte y se regresó a su casa decepcionado.

“No me da vergüenza contarlo, llegué a mi casa y me encerré en mi cuarto a llorar” cuenta. Era todo en un mismo sentimiento.



El profe Gerardo el día de su graduación en la Universidad de San Carlos de Guatemala

De la decepción a la innovación

Ya más tranquilo, cuando su esposa llegó a casa se dieron a la tarea de buscar la razón de su primer fracaso. Las mangueras se tapaban con la escarcha del café, lo único que necesitaba hacer era pasarlo por un colador y todo estaría listo para el siguiente día.

Así comenzó su negocio y desde ese día ya no paró, a los meses se dio cuenta que podía introducir algo más que el café, los martes y jueves también servía chocolate.

Conforme la demanda siguió creciendo y algunos conductores empezaron a conocerlo se dio cuenta que servir únicamente esas dos bebidas lo limitaba.

Actualmente ofrece champurradas, panes con pollo, jamón y queso, huevo y frijol. Se convirtió en una cafetería entre el tráfico, en redes sociales una clienta le escribe: “Bendiciones Gerardo, bien preparaditos los panitos, te felicito, te saludan las chicas del chocolate enviado al carrito gris, sigue adelante Dios te multiplique tu esfuerzo”.



También lo han contratado para servir café en eventos para distintas empresas. 

Gerardo después que se aprovecha del tráfico administra una academia de natación en la zona 9 y da clases particulares de deportes.

Actualmente participa en un concurso para emprendedores, la idea es captar likes y comentarios para ganarse US$1000 en electrodomésticos y hacer crecer su negocio.

Para apoyar al profe Gerardo puedes entrar aquí

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