Seguro has visto el surgimiento de las cuentas falsas en Guatemala, sobre todo si usas Twitter o Facebook y te sigues los temas de política, corrupción y participación ciudadana
El 2015 fue un año turbulento en las redes sociales en Guatemala. Pero había un sentimiento en común: El apoyo a las instituciones que lideraban la lucha contra la corrupción: el MP y la CICIG.
La etiqueta #RenunciaYa ondeaba en Twitter como un grito de reclamo a un sistema corrupto.
Los famosos #JuevesDeCicig se esperaban casi con tanta expectativa como los días de pago.
Pero luego llegó el 2016 y a medida que los casos fueron tomando su rumbo en los tribunales (con una cadencia más bien lenta), la protesta social en medios digitales se fue relajando.
Curiosamente, el sentimiento de la comunidad tuitera se fue diversificando. O dicho de otra forma, un porcentaje del apoyo al MP y la CICIG se fue diluyendo.
Este escenario en que la justicia es muy lenta, y la ciudadanía olvida muy rápido, fue el ecosistema perfecto para que poco a poco germinaran cuentas de detractores del MP y la CICIG, y de las personas al frente de ellas.
Twitter: Cuentas reales y Cuentas Falsas en Guatemala
En honor a la verdad y a la libertad de expresión, debemos reconocer que las cuentas de personajes como
·Ricardo Méndez Ruiz
· Diputado Fernando Linares
· Rodrigo Polo
entre otros, decidieron tomar una postura en contra de cualquier planteamiento de la CICIG y el MP, pero lo hacen a título personal, con nombre propio y foto real.
Es decir, debemos reconocer que estas personas emiten opiniones a título personal, o como se dice coloquialmente “dando la cara”.
Por el contrario, han surgido cientos de cuentas a las que, por tener foto y nombre falsos, se les ha denominado “trolls”, “cuentas falsas” o “de call centers”.
Estas cuentas “calcenteras” se caracterizan por proferir insultos, ridiculizar y amenazar no sólo a Iván Velásquez y Thelma Aldana, sino con las personas que les apoyan.
¿Vale la pena discutir con estas “cuentas falsas”?
Pienso que no. Se rumora que estas cuentas son manejadas por personas contratadas para torcer la información e influir en la opinión pública.
Y debido a que el anonimato les libra de cualquier responsabilidad, suelen amenazar e insultar cuando se quedan sin argumentos válidos y razonables.
Ante esta oleada de cuentas con fotos de Darth Vader o Clint Eastwood, queda en cada ciudadano digital, la tarea de discernir qué cuentas emiten opiniones con las que se puede debatir, y qué cuentas debemos ignorar.