Todo lo que está mal con Playboy | El Blog de Juan imagen

¿Es el mundo un mejor lugar después de Playboy? ¿Qué aportó Hefner a la sociedad? ¿Tú que opinas? A continuación todo lo que está mal con Playboy en #ElBlogDeJuan

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Es innecesario que gaste líneas de este post describiendo quién fue Hugh Hefner, porque claramente son pocos los que no saben quién es. Puedo asegurar que el logotipo del conejo blanco con una elegante corbata de moño es uno de los más conocidos a nivel mundial o al menos en occidente. Además, si analizamos Playboy Enterprises a nivel de empresa, podemos concluir sin ningún problema en que es una de las empresas de comunicación (en esta categoría encontramos periódicos, revistas, agencias de publicidad y televisoras) más exitosas del mundo. Es un hecho: Playboy y Hefner adquirieron una fama y una especie de admiración incuestionable desde que la revista fue lanzada en 1953. ¡Desde la primera edición el magazine fue el más vendido en Estados Unidos con 3 millones de copias mensuales!



Hugh Hefner. Imagen: nacion.com

¿Cuál fue el secreto de este emprendedor y su compañía multimillonaria? Es simple pero perturbador: la utilización de la figura de la mujer como un producto; el tabú del porno convertido en normalidad.

Hefner murió el miércoles 27 de septiembre y en instantes las redes sociales se inundaron de una cantidad ridícula de posts de fanáticos que decían estar tristes porque el mundo había perdido a un “ícono de la revolución sexual y cultural”, una “inspiración para los emprendedores” y un “ejemplo para los hombres”. ¿Ícono? ¿Inspiración? ¿Ejemplo? Lo siento, pero no. Estos comentarios me obligaron a resumir en dos temas todo lo que considero que está mal con Playboy y la ciega admiración de sus fanáticos:

1. La normalización de la pornografía

Hablemos claro y sin pelos en la lengua: Playboy es una revista pornográfica. Si supiéramos cuáles son los verdaderos efectos negativos de la pornografía no estaríamos alabando a una compañía cuya misión es promover y vender una droga capaz de arruinar vidas, familias, relaciones y sociedades.




Hace un mes escribí un artículo titulado “Una sociedad drogada con porno”. En él di a conocer algunos datos (basados en estudios) sobre esta industria y sus efectos en la sociedad. Los “grandes emprendedores” detrás de estas pantallas juegan con la persona ignorante, inmadura y curiosa que acude a la pornografía para “calmar sus necesidades” sin saber que lo que consume no es más que una representación audiovisual de una sexualidad distorsionada, fantasiosa, mentirosa y materialista que contamina el concepto que las personas tienen de la naturaleza de las relaciones íntimas.

Playboy se ha dedicado a normalizar la pornografía a través de su distribución. Lo peor de todo es que ha ganado toneladas de dinero por ello y quienes la admiran contribuyen, lastimosamente, a multiplicar un mal.

2. La mujer como un objeto

No es ningún secreto: el principal producto de la revista son las mujeres expuestas como prostitutas. Lo que se vende no es la revista como tal, sino las fotografías desnudas de las modelos. El “valor” de Playboy no es Playboy en sí, sino sus “conejitas”. Y como todo material de la industria pornográfica, si no es extravagante, vulgar y materialista, no vende.

En 2015, Playboy (que irónicamente está a cargo de la hija de Hefner, Christie) tomó la decisión de dejar de publicar desnudos en sus páginas. Sin embargo, la revista no sobrevivió ni un año con estas nuevas políticas (comenzaron a perder mucho dinero) y rápidamente decidieron regresar a los desnudos. Los directores de la empresa le llamaron “el peor error” y decidieron jamás hacerlo de nuevo. Este suceso habla por si mismo: Playboy no es nada sin su comercialización pobre de la figura de la mujer y ese es el problema de fondo.

¿Por qué admirar una revista que se dedica a violar la intimidad de la mujer, exponiéndola como un pedazo de carne en un supermercado? ¿Por qué contribuir con este tipo de publicaciones que deforman la forma de consumir información? ¿Por qué reducir a la mujer a un par de pechos? Es ridículo. 

En una entrevista Cooper Hefner, hijo de Hugh y CEO de Playboy, defendió su revista diciendo que “la desnudez no fue nunca el problema (de Playboy) porque la desnudez no es un problema”. Y estoy de acuerdo con el: la desnudez no es un problema. El cuerpo es hermoso. Nadie puede negarlo. ¿Pero por qué exponerlo y por qué así? Y peor aún, ¿por qué alabar este trabajo? La desnudez no es un problema pero su exposición degenerada sí. 




Puede que todas las famosas “conejitas” defiendan la revista alegando que fue “decisión” de ellas posar desnudas y vivir como la sexo-servidoras de un anciano millonario de 91 años, pero ese argumento solo ha llevado a que crímenes como la trata de personas y las violaciones aumenten puesto que son un efecto de que como sociedad hayamos aceptado este tipo de publicaciones que normalizan esa versión vulgar de la mujer.

El fundador de una revista que “llevó la desnudez femenina a las fiestas y a las casas” (como dicen sus hijos) y su exitosa empresa cambiaron el mundo. La pregunta es, ¿es el mundo un mejor lugar después de Playboy? ¿qué aportó Hefner a la sociedad? ¿merece admiración, elogio y fama el cambiar el mundo para mal? Juzguen ustedes, mi respuesta ya la saben.  




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