Suelta las cargas imagen

No hay cargas livianas, todas tienen la capacidad de mermar la fuerza de tu espíritu y tu voluntad, por eso es necesario soltarlas.

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Una pelota de tenis puede pesar aproximadamente 2 onzas (entre 56,7 y 58,5 gramos) un poquito menos que un huevo, que puede pesar entre 2.7 y 3 onzas.

Sostenar la pelota en la mano suena fácil si se hace por un corto tiempo, ahora pensemos en la posibilidad de sujetarla en la mano y con el brazo extendido. Sigue pareciendo sencillo hasta que el ejercicio se prolonga por 30 o 45 minutos.

Si lo intentas, verás que con el tiempo esas onzas pesan y terminan venciendo la fuerza de tu brazo y hasta de tu voluntad.

Interesante descubrir cómo las pequeñas cosas tienen esa capacidad de ir carcomiendo la fuerza de nuestra mente y espíritu mientras las sostenemos un minuto, un día, una semana o un mes más.

Dejemos la figura de la pelota para pensar en una tarea que no nos gusta, convivir con una persona que constantemente está socavando nuestros sueños o autoestima, creer estar enamorada de alguien que nos engaña. Ahí el ejercicio se hace más complejo, las primeras veces podemos hacernos las locas tratando de ignorar lo que nos provoca, pero con el tiempo terminamos agotadas, cansadas, hartas y con ganas de salir corriendo.

¿Cuándo soltar la pelota? Hasta que tú quieras. En la mayor parte de los casos la pelota está en tu mano hasta que decidas soltarla y liberarte de ese peso, es decir de esa persona, esa situación o ese ambiente.

Estamos en las últimas semanas del año y entre la bulla de la navidad, los convivios y el afán de los regalos vale la pena que pienses qué puede ser esa carga que te roba la energía poco a poco, te ha desgastado y te ha robado la ilusión de trazar un futuro alentador.

Sabes, nuestro cerebro tiene la capacidad de adaptarse y eso es algo que juega a favor y en contra. A favor porque nos permite reinventarnos y en contra porque terminamos conformándonos a la situación y pensamos que no puede cambiar.

En este punto, es necesario evaluar los motivos que te han llevado a sostener la pelota un tiempo tan prolongado como lo que ha propiciado que alguien más ponga ese peso en tu mano, ambos motivos te ayudarán a cerrar ese ciclo.

Por ejemplo, quien comparte su vida con un alcohólico debe ir más allá de justificar que toma “solo” los fines de semana, porque ganaron o perdieron el partido o porque en el convivio no se pudo hacer el quite… No lo justifiques, hay un detonante que lo lleva a buscar algo en la bebida, mejor ayúdalo a buscar ayuda y abra los ojos para que comprenda que es un vicio que lentamente acaba con su salud mientras destruye a su familia. Ojo, la ayuda no solo la necesita él, tú también debes solicitarla para descubrir cómo ayudarte a ti misma y a tu familia.

Si es una amiga que contamina tu corazón porque sus conversaciones están llenas de amargura a partir de haber sido abandonada por su marido, con cariño confróntala porque quizás nadie le ha hecho ver cómo su actitud es un reflejo de su dolor. No olvidemos que la amargura es como el mal aliento, lo perciben todos menos quien lo exhala.

Si la situación es en tu área laboral, la decisión es tuya. Puedes empezar el año nuevo de diferente manera o justo como has terminado este últimos años con ese peso de la insatisfacción e inconformidad. La decisión es tuya.

Por su bienestar emocional ¡suelta las cargas!

Para nadie es fácil tomar estas decisiones que implican soltar cosas o personas para replantear la vida, pero tarde o temprano debe llegar el momento incómodo de hacerlo o te cruzas de brazos.

Y aunque la edad no es un limitante para los sueños y las metas, quiero enfatizar cómo juega un papel importante en este proceso de llegar cargas de manera innecesaria. Cuando tienes 20 parece que hay toda una vida por delante, a los 30 ya te pudiste haber acostumbrado a la situación y a los 40 el agotamiento te puede llevar a pensar que ya no vale la pena luchar. Con tu permiso, creo que no se vale terminar la vida sintiendo que nos faltó algo o que cada año pudo haber sido mejor.

¿En qué etapa de tu vida estás? ¿Estás cargando un peso de algo que parecía liviano, pero que ya te agotó? Puede que el cambio te llene de miedo, pero déjame decirte que soltar ese peso será lo más saludable para ti. Procura terminar este año con la determinación de tomar acciones que te permitan soltar.

La vida es como una bicicleta: Tienes que avanzar para no perder el equilibrio.

Albert Einstein  

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