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“Tenía 9 años cuando mis dedos tuvieron contacto con una guitarra por primera vez, mi abuelo fue el motor que cambió mi vida”, desde ese entonces, el enamoramiento de Stephanie Zelaya por los sonidos, las notas y acordes, era inevitable. Cantaba todo el día, a toda hora, el papel y el lápiz se convirtieron en sus más grandes aliados, en los cuales desahogaba cada uno de sus pensamientos, hasta convertirse en la que es hoy: una mujer joven con una pasión insaciable por cantarle al mundo.




Como para cualquier artista, el inicio no es nada fácil, su primer álbum Es un viaje fue un gran reto, pero luego de una recaudación que excedió la donación solicitada, logró mostrar su talento a través de tracks como El reflejo del hoy y Toca esperar, un talento que rompería cualquier frontera. Cada vez sus ganas de crecer eran más grandes, su voz era escuchada por muchos lugares, miles de guatemaltecos y personas fuera del país se sentían identificadas con cada palabra que salía de su cabeza y era combinada con una melodía.

Traigo un corazón sería el siguiente sencillo, en el que estaría reflejando las actitudes necesarias en una persona que quiere cumplir su sueño, lo inútil que es “sentarse a esperar, mientras los días pasan llevándose el anhelo de intentar”. Para ese entonces, Stephanie crecía a pasos agigantados, “con un deseo de correr pero disfrutar cada momento”, siempre al lado de su compañera de vida, La negrita, esa guitarra que ha sido testigo de sus más grandes alegrías y tristezas, la que ha dado vida a sus letras y sentimientos.




Luego de momentos difíciles, emociones encontradas y una gran sensibilidad ante su entorno, Stephanie se ha convertido en una mujer completa, íntegra y dispuesta a seguir soñando para convertirse en una artista reconocida a nivel mundial. La inspiración es una de sus mayores características, así, con La negrita en mano, en una noche bajo la luz de la luna, nace su nuevo sencillo Bastaba una mirada, el cual rompe con todos los esquemas tradicionales y la línea que había seguido hasta el momento. “Quise mezclar pop con música latina para este sencillo que es una fusión perfecta que transmite tantas cosas, la importancia de una mirada, de un amigo, un familiar, un amor e incluso un extraño, que nos puede cambiar la vida, por más tonto que parezca”.

El sencillo se movía rápidamente, alcanzaba los 1.8 millones de vistas en la red social Facebook, tan solo en 1 semana. “La gente la recibió incluso mejor de lo que estaba esperando, me motivó a hacer el video” que ahora ya se puede encontrar en la plataforma YouTube.



Esta es la vida de Stephanie, grabaciones en Estados Unidos, giras por varios países, una sonrisa, un corazón abierto y una luz que le permite conectarse con su equipo, sus fanáticos y cada persona que le rodea. Una joven enamorada de Guatemala, el país que le brindó su primera oportunidad, la vio crecer y convertirse en uno de sus más grandes orgullos. 

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