Respaldado en mi trayectoria jugando en Cejusa, Campo Marte y en un amistoso en Patzicía—Cuando nos vapuleó un combinado local bajo una temperatura tan maldita que solo habría podido detener a esos bólidos chimaltecos disparándoles mis pezones, que el frío convirtió en balas calibre treinta y tres—les presento los 4 chamusqueros que más odio.
EL DONCITO SALUDABLE
Comanda la zaga y conserva una excelente forma por medio de hacer mierdas extraordinarias y dementes como salir a las cinco a.m. a correr la cuesta de Villalobos. Al finalizar, este caballero felicita a cada uno y después camina ocho kilómetros al transmetro, y a aquel que intente romper este ritual ofreciéndole jalón le contesta “No tenga pena. Me cae bien la caminada ¿acaso es viejito uno pues?”. También vende Omnilife.
Frase favorita: “Partidón se echó el gordito ¿verdá? Púchica, si yo le digo que quitándose el pan y saliendo aunque sea a trotar sería la estrella. Qué visión la que tiene. Aquí te dejo una tu muestra de regalo, gordito. Échale a tu jugo de las mañanas y ay me vas a contar el otro sábado cómo te sentís”.
Nivel de irritabilidad: Un pelotazo en el vientre.
EL CHAMUSQUERO QUE LE DEDICA GOLES A SU NOVIA
Este chamusquero lleva a la novia a verlo jugar, por lo que ella debe fingir noventa minutos que se divierte—aunque le guste el futbol, no significa que le guste ese futbol—y además evadir las preguntas de un cerote en la banca: “¿A pues usté, cuándo invita a sus cuatas a que vengan al campo?”.
Luego su hombre anota un gol y se lo dedica como diciendo “Gracias por ser mi roca. Sin tu amor que me inspira, jamás le habría anotado este gol a un portero obeso en un campeonato en el que algunos jugadores del mismo equipo usan medias de diferente color”.
Frase favorita: “Te amo, Kimberly”.
Nivel de irritabilidad: Un pelotazo en la cara.
EL QUE SE CREE MUY CABRÓN PARA TU EQUIPO
Supongamos que es MUY cabrón. Eso no justifica su actitud condescendiente de “Muchá, no es posible que yo solo he venido tres partidos y soy el goleador. Dónde están los demás. Miren, a mí no me cuadra venir a perder. Para eso me hubiera quedado ayudándole a mi tío a llevar una arena en el picop”.
Frase favorita: “Tírenmelas largas, hombre, aprovechen mi velocidad. Solo una buena bola les pido”.
Nivel de irritabilidad: Un pelotazo en la cara con un balón que previamente rodó en popó.
EL RICO QUE ES ATROZ, PERO COMPRÓ LOS UNIFORMES
El mito de la meritocracia capitalista hecha chamusquero. Vos querés entrar al partido y él es el cambio lógico, pero te da pena pues recordás que vestís una camisola fresca y de buena calidad gracias a él, así que terminás sacando a otro. Cuando acumulás el coraje para decirle al árbitro “Cambio por el diez, profe”, el joven acaudalado responde “Aguantámela un cacho, manito”, así que de nuevo volvés a sacar a tu compañero talentoso y es allí cuando intercambian una mirada que fragua la semilla del levantamiento obrero.
Frase favorita: (Mientras remueve sus Adidas Ace Purecontrol y les escribe a sus amigos que solo se pasa bañando y les cae en Ambia) “Buen partido, jóvenes. Lástima la que me comí con la portería vacía y la que quise dársela de taquito a nuestro portero y fue autogol y por eso perdimos. A la próxima. Pagué lo del torneo y acá les dejo seiscientos pesos por si pasan a Taco Bell”.
