No voy a citar nombres y tampoco partidos o figuras responsables. Eso vendrá para el futuro no muy lejano. Esta vez describiré procesos históricos en el país que demostrarán porque la izquierda es un proyecto que no ha cuajado en Guatemala y que si no hay renovación jamás se podrá hablar de revolución social.
Antes de la Firma de la Paz las organizaciones que conformaban la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) tenían una estructura vertical y era lógico dada la características de estructuras revolucionarias marxistas-leninistas (unas más, otras menos).
Esa organización vertical de la guerra no se abandonó después del proceso de paz y la URNG se transformó en caciquismos expresados durante el conflicto armado interno. Muchos comandantes guerrilleros antepusieron sus intereses dictatoriales y la URNG dejó de ser una esperanza para la izquierda en Guatemala. De hecho, a estas alturas del tiempo es prácticamente un cadáver.
Los caciquismos dictatoriales tuvieron su mayor expresión en las Fuerzas Armadas Rebeldes cuyos líderes convirtieron a esa organización en un club familiar destinado para intereses muy particulares que terminaron en la Alianza Nueva Nación (ANN).
Todas las figuras de izquierda en esos tiempos se fueron con proyectos individuales y abandonaron los principios políticos y postulados, sobre todo dejaron por un lado la organización social y la lucha por la reproducción ideológica desde la lógica territorial. Ya no hubo leninismo y menos marxismo, ya no hubo dogma, ya no hubo ideología y todo se vino abajo.
En el campo político partidista la izquierda no ha logrado cuajar un proyecto sólido y a aquellos que medianamente han asomado no lograron avanzar tales como el Frente Democrático Nueva Guatemala, el mismo Encuentro por Guatemala, Winaq, que se autoproclama indigenista de izquierda, y la Unidad Nacional de la Esperanza, bautizado a sí mismo como social demócrata.
Pero no han logrado seducir y menos convencer a la ciudadanía. Más bien la izquierda en Guatemala parece un muerto viviente. Parece que la historia misma se la tragó como sucedió con los Acuerdos de Paz, parece que en el fondo el estatus y los equilibrios perversos en el país le han cobrado la factura.
Pero al final los liderazgos de izquierda no aparecen y aquellos que pregonan serlo no reflejan postulados algunos al respecto. Describir la izquierda en Guatemala es complejo y debe seguir siendo objeto de estudio.
Carlos Menocal
Periodista por formación y socialdemócrata por convicción, aunque prefiero correrme más a la zurda. Trabajé en tres periódicos y una radio desde donde aprendí que los periodistas somos almas salvajes que galopan junto a la libertad de expresión.