La decisión 6a. Parte imagen

Francisco Alejandro Méndez es Periodista, catedrático universitario, pero antes que todo, escritor. El Comisario Wenceslao Pérez Chanán continúa su aventura.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

La decisión, primera parte

La decisión, segunda parte

La decisión, tercera parte

La decisión, cuarta parte

La decisión, quinta parte

Las palabras de Sara eran de pasión y amor. Eso me asustó, porque, al principio consideré que se trataba de la atracción exótica de una gringa hacia un tercermundista, indígena y de una muy baja condición económica y cultural, claro. Le contesté que tuviera cuidado. Le envié un artículo muy interesante de la violencia en Guatemala y la implicación de algunos taxistas en asaltos a turistas extranjeros y a pasajeros cotidianos. Creo que se enojó conmigo porque me dejó de escribir un par de semanas a pesar de que le mandé unos mails y le dejé mensajes en la casa donde se estaba alojando. No me contestó. Pensé que hasta allí había llegado la relación con ella. No consideré que era una malagradecida porque al final de cuentas había sido yo la que se había entrometido en una parte privada de su vida.

Nos vimos un par de veces con Guille. Nuestros encuentros eran muy difíciles, demasiado complicados por todo lo que teníamos que hacer o dejar de hacer para vernos un rato. Con las amigas del club de lectura leímos una novela policiaca de John Dos Pasos. La comentamos, especialmente por el lenguaje que utiliza ese escritor norteamericano. ¿Lo ha leído usted, comisario Pérez Chanán?…Bueno. Con las del Americano nos vimos un jueves en Kalhua. Había Ladie’s Nigth. 

De mis hijos le diré que como tenemos tres empleadas domésticas y una tutora para sus clases, pues no los he atendido mucho estos días, pero están en buenas manos. Para vacaciones los vamos a llevar a Disney. Yo paso días enteros sin ver mis correos o el FB. Con Guille nos comunicamos por teléfono celular. Es más práctico y sin tanto enredo. Una noche, mi hijo José Eduardo tuvo muchos cólicos. Como que le cayó mal la comida. Pues esa ocasión me desvelé con el pequeño. Cuando se calmó ya eran como las dos de la mañana. El sueño se me había quitado por completo. Fui al cuarto. Jóse roncaba plácidamente. Me regresé al estudio. Encendí la computadora y me topé con otro correo electrónico de Sara. Era terrible lo que me contaba: su padre había muerto de un paro cardíaco hacía tres días. Tras la desgracia familiar, su madre le pedía que tomara de inmediato un vuelo hacia Arizona. Además, le acusaba de algo muy severo, según yo, pues la hacía responsable por su muerte, ya que, según ella, debido a la angustia de que su hija se encontrara en un país que era casi una jungla, el padre se había deprimido mucho y luego había sufrido un infarto masivo. 




A Sara no le quedó más remedio que arreglar lo de su vuelo. Justo ese mismo día, cuando yo había leído la nota, su avión había despegado del aeropuerto La Aurora. Sara me agradecía todo lo que yo había hecho por ella. Se lamentaba de que no nos pudiéramos despedir. En su mensaje también fue muy severa con ella, pues se autocalificó como cobarde para las despedidas. Pero eso no quedó allí: Al final de su nota me pedía un favor. Me explicaba que había tomado la decisión de continuar su relación con el taxista. Él la había acompañado en todo momento y sobre todo tras conocer la noticia trágica sobre su padre. La apoyó incondicionalmente (me dije: pobrecito, tan chulo y qué buena persona). Él mismo la llevó al aeropuerto. El favor que me solicitaba Sara consistía en que debido a que ambos no podían comunicarse, pues él apenas hablaba un par de palabras en inglés y ella tres en español, quizá yo podría servirle de intérprete en algunos correos electrónicos que intercambiarían entre los dos.

Ilustración: Tenshi Arts 

BLOG EL COMISARIO VA A LA UNIVERSIDAD POR FRANCISCO ALEJANDRO MÉNDEZ




Periodista, catedrático universitario regional, pero antes que todo, escritor. El Comisario Wenceslao Pérez Chanán es su personaje principal, entre una larga lista de libros que exploran la novela negra guatemalteca. Lea la novela anterior en este enlace 

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