La decisión, 5ª. Parte imagen

Doña Giordanna continua su Relato mientras es interrogada por el Comisario Chanan.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

La decisión, primera parte

La decisión, segunda parte

La decisión, tercera parte

Yo no perdía nada con ofrecerle algo, yo también andaba sola y atravesando por un momento difícil de mi vida. Le pedí que se viniera conmigo. Imagínese la cara de Jóse cuando la vio con su mochila y su aspecto de Lara Croft. No tuve que explicarle mayor cosa, solamente le volví a mentir, pues aseguré que ya la conocía. José se fue en el asiento del copiloto y nosotras dos atrás. La invitamos a almorzar a la Hacienda Real. Mi marido se quedó en el club. Yo me la llevé a un centro comercial y de paso me compré una mi ropa en Max Mara. Le regalé una chalina a ella. Al final de la tarde le pedí al chofer que la fuera a dejar al Hotel Casa Grande, donde le reservé una habitación por dos noches. Sara estaba muy agradecida. Desayunamos una mañana en Los Cebollines. En esa ocasión, cuando terminaba de comer, me confesó que estaba enamorada de un taxista guatemalteco. ¡Qué! le grité automáticamente. ¿Cómo va a ser eso Sara, sos una estudiante universitaria? No te podés meter con un tipo que no tiene tu nivel. Ella no entendió mi reacción. Por un momento, pensé en que había invadido su privacidad, pues se puso roja como un camarón.

Le expliqué que en este país no se puede hacer lo que normalmente ocurre en Estados Unidos. Aquí las clases son muy cerradas. No podemos meternos con personas de otros círculos, porque es mal visto socialmente. Si lo hacemos, como fue mi caso, debe ser completamente a escondidas. Quizá por ello se sonrojó y cambió luego de tema.

Durante la semana nos juntamos dos o tres veces más. El jueves me junté con mis compañeras de promoción del colegio Americano. Fuimos a Friday’s. Hablamos de todo. Les conté que Guille andaba en Europa por razones de negocios y que regresaría en tres semanas. Les conté lo de Sara, pero ninguna pidió que yo les contara de mi nueva amiga. Creo que fue mejor. El siguiente sábado fui a dejar a Sara a La Antigua. Nos llevó uno de los choferes. Le hice algunas compras en el supermercado. Le regalé café de la Vinoteca y unos chocolates exquisitos. Intercambiamos correos. Le expliqué que todo iba a estar bien. Que por favor no siguiera su relación con el taxista, pues en La Antigua seguramente conocería algún holandés o inglés guapo.

Como le digo, me desentendí de ella, seguí con mi vida, tensa con Jóse, pero amena con mis amigas de beneficencia o las del club de lectura. Pasaron como dos semanas o tres. Creo que tres porque fue cabal cuando regresó Guille. Me junté con la Maru y la Ana el jueves en Jean Francoise. Fue una cena agradable. El menú consistió en: una sopa de puerro como entrada, luego unos escalopes en vino. El postré estaba delicioso, era un muss de chocolate blanco. La Ana pidió, pero luego no quiso, yo me lo comí. Tomamos como dos botellas de vino. Cuando sentimos, ya eran las doce de la noche. El maitrê nos invitó a otra de cortesía. Yo regresé a la casa somatando los tacones. Jóse estaba en la cama viendo una película inglesa sobre Margaret Tatcher, por lo que decidí ir a la computadora y revisar mi correo. Me topé con uno de Sara. Era bastante extraño lo que me contaba. Comenzó a explicar sobre el inicio de clases, pero, también, de que su relación con el taxista se había intensificado. Casi me confesó que estaba loca por él. Era un muchacho de veinticinco años, capitalino, sin estudios, de origen humilde pero, según ella, trabajador y encantador con ella. Me dio mucha risa. Quizá por el vino, quizá por lo absurdo que una muchachita norteamericana viniera a este país a enrollarse con un hombre evidentemente con una condición inferior, en todo sentido. 




Ilustración: Tenshi Arts

BLOG EL COMISARIO VA A LA UNIVERSIDAD POR FRANCISCO ALEJANDRO MÉNDEZ




Periodista, catedrático universitario regional, pero antes que todo, escritor. El Comisario Wenceslao Pérez Chanán es su personaje principal, entre una larga lista de libros que exploran la novela negra guatemalteca. Lea la novela anterior en este enlace 

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