La cuenta regresiva para los querubines imagen

Para el Estado, todos estos narcos eran ciudadanos comunes, sin antecedentes, sin perfiles, sin historial de sus asuntos con el narcotráfico y sus relaciones con instituciones criminales internacional

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Era la mañana del 2 de marzo de 2010. El presidente Álvaro Colom, como solía hacerlo a diario, se comunicó conmigo a las 4:30 de la mañana para informarme de una reunión importante que tendríamos más tarde en Casa Presidencial.

A la hora acordada llegué a la oficina del Presidente. Apenas habían transcurrido 48 horas desde mi nombramiento como Ministro de Gobernación cuando el embajador de Estados Unidos llegó con una clara demanda de parte de su Gobierno: capturar a no menos de 15 extraditables que la justicia estadounidense demandaba que estuvieran frente a sus estrados. “Puta madre”, pensé… Un día antes capturamos junto con la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG) y su comisionado, Carlos Castresana, al mismo director de la Policía Nacional Civil y a la Jefa Antinarcótica, sospechosos e investigados por tumbe de drogas.

Apenas me había repuesto de semejante operativo y ya Estados Unidos nos tiraba una lista de narcos extraditables. Debo ser sincero –y lo he dicho en cuanto foro sobre seguridad y justicia he participado–, en ese momento pensé: “No tengo ni la mínima idea de cómo incautar un kilo de cocaína y menos de cómo capturar a uno de esos peces gordos buscados por la Agencia Antinarcótica (DEA, en Inglés). Pero pusimos en marcha un plan que incluía la participación de personal del más alto nivel de la Dirección de Inteligencia Civil (DIGICI), unidades especializadas antinarcóticas capacitadas por los mismos estadounidenses, apoyo de unidades especiales del Ministerio Público y, por supuesto, de la misma DEA.

Como cualquier plan, lo primero que pedí a todas las unidades encargadas en el Ministerio de Gobernación fue que me proporcionaran toda la información sobre estos personajes conocidos por las poblaciones en donde vivían. Supuse que iba a tener de vuelta montañas de documentos o archivos digitales que me llevaría varios días leer. Pero, para mi sorpresa, sucedió todo lo contrario. ¡NADA!

Tuve que esperar en mi escritorio más de dos días para que alguien se dignara a informarme que los archivos de la entonces División de Análisis e Investigación Antinarcótica (DAIA) estaban vacíos y que el argumento era que como se trataba de una estructura de operativos de reacción no había archivos de investigaciones. Mientras, la DIGICI me informaba apenas con recortes de periódicos de operativos fallidos en contra de algunos narcos, en particular los Lorenzana. Se trataba de toda una conspiración y huelga de brazos caídos en la propia institución encargada de investigar, detener y entregar a la justicia a todos los narcos.

Como dato importante debo comentar que en el gobierno anterior al de Álvaro Colom, el del empresario Óscar Berger, se realizaron más de siete operativos para capturar a los Lorenzana, sin éxito alguno. Pero eso será contado en otro relato.

Así que para el Estado, todos estos narcos eran ciudadanos comunes, sin antecedentes, sin perfiles, sin historial de sus asuntos con el narcotráfico y sus relaciones con instituciones criminales internacionales. Eran unos santos, unos querubines. Eran perfectamente conocidos para Estados Unidos pero desconocidos para las autoridades del Estado de Guatemala. Se pasaron el alto, por inacción o ineficiencia, no lo sé, pero pasaron el alto.

Estos narcos crecían en sus zonas, justo en el contexto del golpe de Estado en Honduras, cuya debilidad institucional fue aprovechada por el crimen organizado transnacional para incrementar sus operaciones de trasiego de drogas por Centro América y en especial en ese vecino país.

Era entonces una operación altamente delicada, pues todo alrededor era sospechoso. Todos eran poco confiables y en ese momento los extraditables eran “señorones respetables”, más respetables que los santos de los pueblos.

Decidimos bautizar el plan como “La hora regresiva para los querubines” y empezamos a darle forma. Lo primero que hicimos fue perfilarlos como personas normales, como empresarios, como ganaderos y como acaudalados.

En poco tiempo el equipo a cargo descubrió que estos famosos extraditables eran una nueva cepa de millonarios guatemaltecos que ostentaban propiedades de muy alto valor y vehículos exclusivos pedidos por catálogo. Eran dueños de grandes extensiones de tierra, incluso hasta en zonas que pertenecen al Estado –como reservas naturales. Eran responsables de violaciones, ocupaciones, despojos, saqueos, extorsiones. Eran dueños de la vida de los habitantes de los pueblos, quienes vivían sumisos ante ellos; lo más indignante era que sustituían al Estado en toda su dimensión.

Es cierto, cometimos errores y desaciertos en estos operativos en contra de los querubines. Pero, al final de esta historia, durante mis 23 meses y 14 días de gestión como Ministro de Gobernación fueron capturados al menos 12 de los más buscados y demandados por la justicia de uno de los países que más ha cooperado en el sector de seguridad, justicia y –últimamente– en el combate a la impunidad.

Este relato que apenas empieza es un humilde reconocimiento a las unidades de inteligencia, policiales, fiscales y jueces honrados que se atrevieron a romper este esquema de relaciones del narco con las estructuras tradicionales.

También es un relato que contiene un testimonio en primera persona y que aclarará a detractores –entre ellos columnistas de opinión– que en su momento pedían mi cabeza. Posteriormente varios de estos detractores hablaban grandezas de algunos de estos narcos… ¿Seguirá este relato? Por supuesto que sí.

Los querubines capturados con fines de extradición a Estados Unidos

-Mario Ponce *Detenido en Honduras con apoyo de Inteligencia Civil de Guatemala. 2010 Tráfico Internacional
-Ottoniel Turcios *Detenido en Belice con el apoyo de Inteligencia Civil de Guatemala. 2010
-Luciano Soto Chávez 25/05/2010 Conspiración para distribuir mentafetaminas
-Mauro Salomón Ramírez 02/10/2010 Tráfico internacional
-Víctor Estrada y Edgar Estrada 27/01/2011 Droga sintética
-Juan Alberto Ortíz (Chamalé) 30/03/2011 Tráfico internacional
-Waldemar Lorenzana Lima 26/04/2011 Tráfico internacional
-Víctor Arévalo 23/05/2011 Tráfico de estupefacientes y narcóticos
-Byron Linares Cordón 02/10/2011 Tráfico internacional
-Alma Lucrecia Hernández 10/10/2011 Tráfico internacional
-Elio Lorenzana Cordón 08/11/2011 Tráfico internacional
  

Fotografía de portada: elPeriódico.

Blog CARLOS MENOCAL




Periodista de formación y socialdemócrata por convicción, aunque prefiero correrme más a la zurda. Trabajé en tres periódicos y una radio, desde donde aprendí que los periodistas somos almas salvajes que galopan junto a la libertad de expresión.

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