La botella tirada en la Roosevelt contamina el Caribe y se degrada en 450 años imagen

Lo que hubiera sido un lindo recorrido por la playa en el Caribe se convirtió en golpes en los pies provocados por los plásticos, cubetas, envases y chancletas tirados en el camino.

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Entre la riqueza natural que posee Guatemala se encuentra una región privilegiada conocida como el caribe guatemalteco que resguarda joyas naturales entre ellas se encuentra Siete Altares…Este destino natural se encuentra ubicado dentro de un área protegida en la selva tropical de Livingston…”, escribió exclusivamente para MundoChapin.com Ana Lucía García, guía turística.

Cuando leí “destino natural ubicado en un área protegida”, me sorprendí y me quedé muda. Hace poco visité Siete Altares, para lo cual tomé un taxi en Livingston que me dejó en la aldea Qehueche, al cruzar el puente caminé por unos 35 minutos para llegar. ¡Dios mío! realmente lo que hubiera sido un hermoso recorrido por la orilla de la playa de la bahía de Amatique, en el mar Caribe, se convirtió en golpes en los pies, en un cansancio extremo, provocado por tratar de esquivar los pedazos de plástico, jeringas, cubetas, envases, trastos y hasta “chancletas” y bacinicas que yacen en todo, absolutamente todo el camino. No hay un lugar limpio donde se pueda pasar sin peligro y libremente.

Los vecinos del lugar comentaron que esos peligrosos y destructivos desechos son llevados por la comunidad garífuna a basureros, pues no hay un relleno sanitario. Me indicaron que limpian por la mañana y llega basura de la capital al poco tiempo.



Los plásticos que llegan a la playa ubicada a un costado de Siete Altares llegan en su mayoría de la capital.

 Me da tristeza escribir este relato, porque me gustaría compartir algo lindo del camino a pie de Qehueche a Siete Altares, pero no puedo dejar de comentar que la basura que los chapines tiran en la calle viaja por los tragantes hasta el río Las Vacas, zona 17 capitalina, pasa por el río Chinautla y desemboca en el Motagua, que a su vez arrastra los desechos al mar Caribe y llega a la playa de la bahía de Amatique, allí donde se encuentra Siete Altares.

El parte aguas en la capital guatemalteca es la calzada Roosevelt, pues algunos desechos se van al lago de Amatitlán y otros al río las Vacas para viajar 300 kilómetros y contaminar el caribe guatemalteco.

Dicho afluente forma uno de los mayores desagües de aguas servidas en la ciudad de Guatemala, por lo cual es altamente contaminado, tiene poca vida acuática y contribuye a la contaminación del río Motagua y, como hemos indicado al ecosistema marino.



El Río de las Vacas, zona 17 capital, es el principal contaminante del Motagua.

Lo peor, los plásticos.

Con las lluvias los objetos tirados en la calle, en los tragantes o en los ríos son arrastrados por las aguas, muchos se deshacen en el camino, no así los plásticos que pueden durar hasta 450 años para degradarse. Por esta razón, en la playa a Siete Altares la mayor parte son desechos de plástico. Las botellas están fabricadas de PET, derivado del petróleo, mismo que no es biodegradable.

Si se puede observar en las fotos y el video que acompañan este relato, hay múltiples pedazos de plástico porque los rayos ultravioleta del sol rompen la pieza de plástico y la convierten en pedazos. Pero si esa botella queda enterrada en la arena, esos 450 años pueden convertirse en más de mil años.

Ahora bien, un estudio de la Universidad de Nihon (Japón) revela que un plástico expuesto en el océano puede descomponerse más rápido, pero el dato tampoco es alentador, pues produce tóxicos ingeridos por animales acuáticos, contaminan el agua y por ende pueden llegar a las personas.

Los envases y las botellas deberían ser reciclados, por su alto nivel de contaminación, no tirados a la calle por las ventanas de los vehículos o de los buses; o dejarlos después de una fiesta callejera en las aceras. Y no digamos, no deben ser botados  en tragantes, en donde hay casos que hasta colchonetas, cubetas, baños,  llantas e inodoros tiran. No es posible tanta desconsideración con nuestro medio ambiente.


Llamado a los alcaldes

El ingeniero industrial Gustavo Estrada es de la opinión que los alcaldes están obligados a tener rellenos sanitarios y plantas de tratamiento en sus municipios. “En Guatemala la gente hace con la ley lo que quiere”, cuenta el experto. El Acuerdo Gubernativo No. 236-2006: “Reglamento de las descargas y reúso de aguas residuales y de la disposición de lodos”, tenía que ser presentado por las comunas, en su primera parte, en el 2016; sin embargo, el gobierno actual amplió el período hasta el 5 de mayo de 2019, y para el 2024, el planteamiento secundario. Para Estrada, aún no existen estudios, no hay presupuesto, ni plantas de tratamiento. Así que el rescate de nuestros afluentes está lejos.

La educación debe cambiar. No podemos seguir tirando basura, mientras esperamos que los alcaldes construyan rellenos sanitarios y plantas de tratamiento. Somos responsables de nuestro planeta. Pocos sabemos que lo desechado en las calles viaja por los afluentes y como en el presente caso llega a contaminar nuestro Caribe. Reciclemos, cuidemos y amemos el planeta, es nuestra casa.

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