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¿Cuántas veces el presidente Jimmy Morales ha cuestionado la labor y presencia del Comisionado Iván Velásquez en el país? Y ¿cuántas veces la CICIG ha desplegado incontables esfuerzos para que diferentes entidades avalen su presencia en Guatemala? Podría argumentarse que tanto el Gobierno como la misma CICIG se han olvidado de su labor y se han empeñado en demostrar quien da el mejor golpe. 

Pareciera casi un capricho demostrar quién tiene más apoyo.




Poco después de La Línea y los #JuevesDeCicig, los guatemaltecos creímos genuinamente en una nueva Guatemala. Sí, creímos en un país en el que la corrupción no fuera la razón por la que nuestros hospitales se quedaran sin medicinas, por mencionar, algún ejemplo. 

Sin embargo, por la constante pugna de poder entre el Gobierno y la CICIG parece que los únicos “guatemaltecos” que aún creen son aquellos que habitan en los discos duros de las computadoras de los netcenters. Sí, de esos que escriben con mala ortografía a propósito, porque, por alguna razón, quienes diseñan las estrategias de comunicación de los netcenters creen que los guatemaltecos “reales” somos analfabetas.

El deseo de ganar la pelea ha provocado que ni el gobierno del mandatario Jimmy Morales ni la misma CICIG icen la bellísima bandera de Guatemala. Más bien, cada uno de estos se ha encargado de diseñar su propia bandera que lejos de responder a las necesidades de Guatemala ven a sus propios intereses. Mientras, Jimmy Morales iza la bandera de la injerencia extranjera, la CICIG iza la bandera de la lucha anticorrupción. 

Pero, ¿y los intereses de Guatemala dónde están?




Colocarse la bandera de un tema “socialmente aceptado” ya no fue suficiente para ganar esta batalla. Así que cada bando recurrió a la artillería pesada. Los #JuevesDeCicig que se juegan como un as bajo la manga, cada vez que el gobierno del Presidente Morales se queja o pide la destitución del Comisionado de la CICIG.

La disputa es tanta que la creación de hashtags ya perdió todo su sentido estratégico. Entre #IvánSeQueda, #IvánSeVa, #ApoyoCICIG, #YoApoyoACICIG, #NonGrato, #CicigSÍ, #CicigNO, parece un juego de quién puede armar más hashtags con las mismas palabras.




Pero algo sí debemos aplaudir los guatemaltecos y es la creatividad con la que se desarrollan las acciones a favor y en contra. Por un lado, tenemos al Presidente Jimmy Morales, que ante los ojos de muchos, en un intento desesperado declaró non grata a Iván Velásquez y, por el otro, tenemos a la CICIG en portadas de periódicos con lo que parece ser una copia del “I <3 NY”.




¿#IvánSeQueda o #IvánSeVa? El eterno dilema que llena de SPAM las redes de todos los guatemaltecos. 

¿Cuánto más hasta que esta batalla, que ya no tiene sentido, acabe? ¿Cuántas solicitudes más tendrá que recibir la ONU sobre el mismo tema? ¿Cuántas veces más tendrán las autoridades del gobierno de Estados Unidos reiterar su apoyo a la CICIG como si no hubiera quedado claro la primera vez? Pero, aún más importante, ¿cuántas veces más tendremos los guatemaltecos que soportar esta pugna de poder que aún sigue sin solucionarse?

Lejos de criticar a la CICIG o al Gobierno de Guatemala, se trata de hacer una reflexión sobre cómo pueden esperarse resultados distintos al mismo problema, si las formas en las que ambas partes buscan resolverlo es una y otra vez la misma. 

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