Un famoso refrán dice “Desayuna como rey, almuerza como príncipe y cena como plebeyo”. O uno que aprendí recientemente va así “Desayuna solo, comparte el almuerzo con un amigo y regálale la cena a un enemigo”. Ambos sugieren lo mismo: hacer la comida mas fuerte durante la mañana y en la noche come lo más liviano posible. Las características de nuestras comidas varían principalmente entre países y podríamos pensar que la forma en la que comemos es algo heredado y cultural.
Pero estudios recientes empiezan a sugerir que hay un fundamento biológico detrás de estos famosos refranes, que la hora y constancia de ese horario en el que comemos puede tener un impacto en nuestro organismo y que está relacionado con los ritmos circadianos y el reloj biológico. Esto es conocido como crononutrición y actualmente es una de las propuestas que los científicos están estudiando para comprender más el origen de enfermedades como la obesidad y la diabetes.
Ritmos circadianos
Los órganos están compuestos por muchas células y cada una de estas células tienen un reloj interno que dicta las funciones que cada una de ellas debe llevar a cabo. Todos los “mini relojes” de nuestros tejidos están regulados por un “reloj maestro” llamado el núcleo supraquiasmático, ubicado en el cerebro. Para poder entender más este concepto, piensen en una orquestra: cada familia de instrumentos (órganos del cuerpo) esta compuesto de varios músicos (células) que deben seguir una partitura musical (mini relojes) y son dirigidos por el director de orquestra (reloj maestro). Si todos los músicos tocan en el momento que les corresponde, la nota musical indicada y el tempo correcto, se escuchará una linda y armónica melodía. Pero si uno de ellos falla, incluso el director, escucharíamos desafinar, desentonado o incluso el sonido se torna en ruido. Así mismo funcionan los ritmos circadianos en el cuerpo, conformándose en consecuencia, una “sinfonía temporal interna de 24 horas”. La sincronización de nuestros hábitos a la hora de comer, podría ser una de las soluciones para evitar la ganancia de peso y el desarrollo de obesidad.
Crononutrición: la importancia del horario en el que comemos
La crononutrición propone dos funciones importantes: 1) el horario de las comidas es importante para la salud y 2) tener horarios fijos de comida entrena y optimiza el reloj biológico interno y todo lo que este regule.
El comer en horarios fijos normalizan el gen que regula el reloj biológico del hígado, así como los niveles de colesterol en la sangre. Los hábitos alimenticios estables y constantes contribuyen de forma positiva al metabolismo de los lípidos (colesterol, triglicéridos) disminuyendo el riesgo de obesidad. Evidencia reciente han documentado la importancia de desayunar y su asociación a beneficios de la salud. Así como varios estudios que muestran la relación entre comer mucho en la noche y desórdenes cardiometabólico incluyendo obesidad. Más que la cantidad, lo que sugieren es que aunque uno coma lo mismo, por ejemplo huevos con frijoles, el cuerpo va a metabolizarlo mas eficiente en la mañana que si comemos lo mimo en la noche. Y esto no es necesariamente por la creencia de que en la noche quemamos menos calorías porque vamos a entrar en modo “reposo”, se relaciona mas con el reloj interno de nuestros órganos y que nuestro hígado esta diseñado y regulado para que funcione durante el día. Un estudio concluyó que desayunar más tarde estaba relacionado con un índice de masa corporal más elevado. Lo que sugieren la mayoría de los estudios es que los ritmos circadianos también pueden controlar la forma en la que procesamos los alimentos.
Lo mas interesante de todo esto es que se cree que esa regulación y organización que el reloj maestro ejerce sobre el resto de mini relojes, se da mientras dormimos. Un argumento más del porque dormir lo adecuado en calidad y cantidad es tan importante.