POR: ROBERTO DIAZ
La modas, como un comportamiento infeccioso, se “viralizan” con una facilidad enorme en estos tiempos gracias a las redes sociales. Guatemala, como tantos otros países no está exenta y está teniendo una crisis mediática. En las noticias de los últimos dos meses las palabras claves han sido atropellados, bebes y corrupción. Este alarmante crecimiento en accidentes viales, recién nacidos abandonados y casos de corrupción ha llegado a preocupar a la población en cierta mesura hasta poner en duda la cordura nacional.
En un país en donde la política y la corrupción han ido de la mano no es de sorprenderse, pero en cuanto a los otros dos temas es mayor la preocupación; lo que alguna vez fue tomado como un hecho aislado ahora está sucediendo una vez por semana cuando menos. En un artículo leí que han habido catorce víctimas de atropellos en los últimos cuarenta días, definitivamente esto ni puede ser moda ni esperemos que lo sea, si no simplemente es más fácil ahora estar al tanto de este tipo de accidentes gracias a las redes sociales.
Con relación al tema de los recién nacidos, han habido tres casos en donde la madre lo da por muerto o lo deja tirado en la calle cual colilla de cigarro. Definitivamente esta atrocidad tiene varios orígenes, desde una deficiente educación sexual en el país hasta la carencia de valores y sentido común; nuevamente enfatizo que no es que ahora sucedan más abortos tardíos clandestinos si no que ya nos damos cuenta de la frecuencia con que sucede en el país.
Al final, esperemos que este tipo de comportamientos no sea una tendencia que se adopta de otro país. Hemos evidenciado que ahora son más frecuentes ya sea porque las redes nos lo recuerdan, la sobrepoblación en la capital o el estrés con el que se conduce el guatemalteco promedio. Lo que sí me parece curioso y puede ser considerado una moda muy particular es que muchas figuras públicas en Guatemala se tiñan el cabello amarillo a lo Trump, como la “Patrona” o el líder del difunto partido político rojo. Que no nos sorprenda si vemos esta tendencia en otros huéspedes en Matamoros o el congreso.