Año viejo, año nuevo imagen

Monsanto reflexiona sobre los propósitos de fin y principios de año. Usted ¿cumplió sus metas del 2018?

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Se acabó el 2018 y, a estas alturas, muchos comienzan a darse cuenta que no cumplieron con los propósitos planteados a principios de año. Los que juraron que ahora sí harían la dieta pospuesta no quieren ni acercarse a la balanza. Saben, con certeza matemática, que los números jugarán en su contra. Con los pasaditos de libras, están los que se plantearon regresar a la rutina del gimnasio. Más de alguno quería, durante la Semana Santa, lucir los abdominales y vaya si no lo hicieron. Lo único malo es que la distribución fue la incorrecta.

En otro punto, no tan halagüeño, destacan los que querían ahorrar para finalizar en buen balance el año. En un frenesí descontrolado, una gran mayoría abrió hoyos tapando otros, provocando un suicidio financiero, que las fiestas, acentúan en despilfarros y jolgorios. Es una rutina que, en lugar resanar cuentas, las deteriora al extremo poniendo en peligro las pocas (o muchas) posesiones que se posean. Aun así, no hay que entrar en pánico. Hay que ser inteligentes y saber jugar sus recursos. Solo es cuestión de no ofuscarse y dejarle a la suerte su futuro.

Respecto al amor ¿qué se puede decir? A veces hay una máxima recurrente que regresa constantemente a mi cabeza: “hay que tenerle miedo a lo que uno desea porque se le puede cumplir”. El amor es algo espontáneo que llega a nuestras vidas porque las puertas están abiertas para que entre. Si lo estamos esperando con un listado de condiciones, probablemente este nunca aparezca en nuestras vidas. La relación entre parejas fluye y, en el ejercicio de conocerse, se van dando encuentros que alimentan esa sociedad entre las dos personas. Se aprende a respetar individualidades y se construyen vidas paralelas. Dele la oportunidad, cada amor que llega a nuestras vidas es diferente.

¿Qué puede ser una meta alcanzable? Quizás uno debería empezar un nuevo ciclo sacando de su vida todo aquello que, en lugar de sumarle, le resta. Empezando con las cosas ¿Cuánta ropa vieja hay en el fondo del armario? En realidad ¿la va a volver a usar? Si no la quiere regalar porque le costó mucho, podría intentar venderla. Siempre hay un roto para un descocido y puede ser que localice gente que desee las prendas que usted compró.

Lo vintage está de moda. Y en las relaciones humanas ¿no es buen momento de arreglar aquel pendiente que tiene años sin resolverse?

Un nuevo año es una oportunidad simbólica para empezar. Siempre, si se es positivo, se puede salir adelante. Y, sin lugar a dudas, siempre habrá alguien dispuesto a tenderle una mano, a escucharlo, a apoyarlo. Como diría una de las máximas de la novela “Lo que el viento se llevó”, “después de todo, mañana será otro día”. Feliz año nuevo 2019. Que sus planes y sus proyectos se realicen gracias al empeño y la voluntad que les insufle.   

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