Ama tu cuerpo, el testimonio de Katina Zedán imagen

Pocas personas estamos satisfechas con nuestra imagen corporal. Esta insatisfacción tiene distintas consecuencias, nocivas todas. La peor de ellas es la falta de amor a nosotros mismos.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

No recuerdo cuándo fue la primera vez que me di cuenta  de que no era lo suficientemente atractiva: no sé si habrá sido cuando un ser querido me dijo que bajara de peso, o una de las tantas veces que alguien me preguntó por qué era tan blanca o quizás fue cuando vi una película de una chica de 15 años donde lo más importante era ser bonita, gustarle a los niños y ser “popular”. Pero en realidad creo que fue cuando me di cuenta  de que solo el día que llegara a ser delgada iba a lograr ser feliz y estar satisfecha con mi cuerpo. 

Katina Zedán




El testimonio de Katina revela un mal terrible que acecha nuestro entorno social. Desde su adolescencia, empezó a cuestionar y a descalificar su aspecto. No amaba a su cuerpo, y como consecuencia lo sometió a una interminable serie de dietas, tratamientos corporales, ejercicios exhaustivos, pastillas y un sin fin de asuntos dañinos. Pero el daño en cuestión no era únicamente físico, su sistema emocional entró en una espiral auto destructiva que no terminaba.

Cuando crees que ya estás listo para tener pareja, y te comienzan a gustar los chavos y chavas, me iba dando cuenta de que los más solicitados coincidían ser también, el estereotipo de la belleza que la sociedad nos ha impuesto.

Imágenes impuestas ¿Por quién?

El entorno mediático tiene una responsabilidad muy grande en este mal. ¿Quién dispuso que una imagen perfecta, delgada, bronceada, definida, es la única aceptada? ¿Aceptada por qué y por quién? La valía humana se mide con la vara del espejo. ¡Qué terrible! La salud ha sido el chivo expiatorio de esta competencia sin sentido por vernos mejor. La física en primer lugar; y la mental, emocional, psicológica y hasta espiritual también. Es en estas últimas en donde radica el verdadero peligro. 

Dejamos de amar a nuestro ser más íntimo, ese que nos acompañará toda la vida: dejamos de amarnos a nosotros mismos. Nos rechazamos y castigamos.

Comparaba constantemente su aspecto con los de otras chicas. Pero más allá de eso, adoptó formas conductuales que la alejaban de su esencia. Tan profunda llegó a ser su falta de aceptación que imitaba el proceder de “las aceptadas”. Su sistema de valores entró en crisis: la bondad perdió importancia. Luego su salud: como consecuencia de las dietas y mil argucias que realizaba para adelgazar, desarrolló una fuerte gastritis.

La salud emocional también se vio en peligro. Cuando “fallaba” en la dieta, porque se permitía ingerir “prohibidos”, se consideraba una fracasada. Esta actitud va corroyendo poco a poco la valía personal. Ella no era consciente de esto.

Llegué a la conclusión de que mi peso no era mi único problema. Habían mil cosas que no estaban bien en mi cuerpo: marcar mis músculos y tener el abdomen plano, ser más bronceada, quitarme las estrías de mi embarazo, tener la nariz respingada, operarme los pechos, ser más alta, tener los ojos claros, tener el pelo largo, no tener celulitis. Y tal vez, solo tal vez, allí llegaría a conseguir satisfacción y felicidad.

Paréntesis: comida saludable

Katina es empresaria. Emprendió hace unos años el restaurante Paréntesis. Aún en esa iniciativa reflejaba su tremenda frustración ante su imagen. Exigía mucho de sí misma, porque, según ella, para el éxito del restaurante necesitaba una imagen que reflejara la salud que ahí se vende. No salía del círculo vicioso. 

Un camino personal hacia la aceptación

En medio de esa obsesión, poco a poco fue haciendo consciencia.

Fui analizando y dándome cuenta que no es normal que tenga que pensar 100 veces antes de decidir que se me ve bien, no es normal que prefiera morirme de hambre para recibir unos cuantos halagos, no es normal que me hable a mí misma con desprecio y que me culpe por como soy físicamente. No es normal.

Los pasos hacia el amor:

Su despertar la llevó a tomar acción, 4 cambios de percepción que hicieron una diferencia.

1. Hacer la paz con la comida y verla como eso: simplemente comida, que está allí para nutrir y dar placer.

2. Entender, conocer y aprender de nuevo qué es el amor propio.

3. Ver nuestro cuerpo con otros ojos. Amarlo y aceptarlo tal y como es. 

Paréntesis cambia también. Nuestros proyectos reflejan cómo estamos nos sentimos por dentro. Vino de EEUU una persona a hacer cambios en el menú y creo una nueva percepción hacia la comida, Se vuelve un espacio amigable, incluyente, con nuevos sabores y comida deliciosa. La respuesta de la gente fue increíble. Y realmente la razón por la que Paréntesis existe es para que personas que jamás consideraron que la comida de verdad, nutritiva y sana sería parte de sus vidas, descubrieran lo rico y accesible que puede ser.

En Paréntesis celebramos la diversidad de tallas, cuerpos, colores de piel y formas de pensar de otros. Con esto, mi circulo de amigos y personas se amplía todos los días, doy y recibo más amor y cariño. 




Iniciativa BOPI

A raíz de esta vivencia y al conocer a muchas personas que han pasado por situaciones similares, Katina inicia un nuevo proyecto: Iniciativa BOPI. El objetivo es crear consciencia de cómo tratamos a nuestro cuerpo, analizar qué mensajes hemos recibido a lo largo de nuestras vidas, y cómo esto afecta a nuestra salud, a la relación con nosotros mismos y con los demás. El proyecto enseña y promueve las 5 competencias del modelo “Be Body Positive” creado en 1996 en Berkeley, California.

No te pierdas la próxima semana el blog sobre BOPI. 

Tu cuerpo, bien amado, es perfecto.

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