Acoso Publicitario: Cuando los anuncios nos persiguen imagen

El tema del bullying en internet ocurre de una persona a otra, pero ¿Existe el Acoso Publicitario?

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El tema del bullying en internet ocurre de una persona a otra, pero ¿Existe el Acoso Publicitario?

Luego entregar una presentación extensa que su jefe le había solicitado, Nohemí necesitaba un descanso mental, y a escondidas, decidió visitar Amazon para ver ese reloj que le había gustado.

Luego de estar navegando y ver algunas otras opciones de relojes, escucha el sonido de los pasos de alguien que se acerca y apresuradamente minimiza el navegador.

Debido a que tenía otra docena de pendientes, se olvida del reloj.

Pero el reloj no se ha olvidado de ella.

Ya en su casa, entra a Facebook para ver cuál es el video cómico del día y de repente, entre las publicaciones de sus amigos, aparece el reloj que había visto en Amazon esa tarde.

Decide ignorarlo y antes de dormir, quiere volver a ver ese tutorial de maquillaje que le gustó hace unos días en Youtube. Pero antes de cargar, hay un anuncio previo de 4 segundos que le muestra el temido reloj.

¿A qué se debe este constante acecho? ¿Podemos hablar de un acoso publicitario?

Esta persecución de los anuncios de ninguna manera es producto de la casualidad.

Las marcas y la industria de la publicidad digital han desarrollado mecanismos para “perseguir” a los clientes potenciales en una estrategia que se llama retargeting.

El Acoso Publicitario y Las galletas que a nadie le gustan




El término re-targeting es usado para describir la práctica de colocar anuncios en base a la actividad de un usuario en un sitio como Amazon o cualquier otra empresa de venta de productos.

Cuando Nohemí visita Amazon, el sitio genera lo que en internet se denomina como cookies, que lamentablemente no son galletas.

Las cookies son un conjunto de datos de tu actividad que luego serán vendidos y usados para lanzarte publicidad en otros sitios.

Lo que hace al re-targeting tan atractivo para las marcas, es que se implementa a través de empresas que tienen espacios de anuncios en millones de sitios y blogs.

Este acoso publicitario o acecho comercial, se ha vuelto en una práctica perturbadora, en el que se pone en juego el derecho a la privacidad digital.

Esto también funciona en las redes sociales. Las cuales usan la información contenida en las cookies, pero también la información en base a tu actividad en la misma red social.

Si Nohemí ha visitado varias veces la fanpage de una marca X, es muy probable que en su timeline aparezca contenido de esa marca, porque Facebook quiere mostrarle sólo aquel contenido que sabe que la mantendrá enganchada.

¿Cómo solucionar este acoso comercial?

– Aunque no hay una solución 100% efectiva, algunos analistas recomiendan navegar en modo incógnito.

– Otra práctica digitalmente saludable es borrar las cookies y el historial de navegación cada cierto tiempo.

– También existen extensiones para que los navegadores como Chrome, Firefox o Safari no guarden las cookies.

Si bien, estas prácticas y herramientas ayudan, no son la solución definitiva, porque las marcas siguen persiguiéndonos, acechando detrás de cada interacción.

Algunas personas incluso han comentado que los anuncios en internet aparecen al sólo pensar en un producto, sin haber tenido ningún contacto con internet.

¿Será esto fruto de la casualidad, leyenda urbana o el siguiente paso de la publicidad digital para hacernos comprar?

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